Las tropas de Trump
El presidente Trump cuenta con el apoyo leal de los votantes que lo elegimos en 2016. Una base sólida conservadora que no deja de crecer con nuevos votantes procedentes de diversas capas sociales y tendencias políticas.
Toda vez que el Partido Demócrata se ha radicalizado a la izquierda, muchas veces con candidatos socialistas, millones de ciudadanos se pasan a votar republicano y con la declarada intención de votar a Trump para la reelección en 2020.
Pero ¿es sólo la radicalización de los demócratas la clave de este fenómeno? En absoluto. Las políticas del presidente están demostrando un éxito formidable en el terreno económico, en el empleo, en comercio internacional y en fortaleza militar. A esto debemos añadir uno de los signos que más reflejan esa grandeza recuperada por Trump: la vuelta de las misiones espaciales tripuladas y dejar de depender de los rusos para abastecer la Estación Espacial Internacional.
Mientras la prensa y los medios progres siguen con su fallida campaña de desprestigio (Fake News), que nadie en su sano juicio cree en absoluto, el presidente Trump conecta de forma directa con los ciudadanos a través de las redes sociales y de rallies electorales masivos, como los celebrados en Florida, Pennsylvania y Ohio, tres estados claves, entre finales de julio y principios de agosto.
Esto le permite cuidar y mantener una lealtad de sus votantes que es extremadamente sólida y que responde a los buenos resultados cosechados por Trump en año y medio de presidencia, así como al discurso de denuncia de las noticias manipuladas con cobertura negativa a su presidencia, la lucha contra un Estados Profundo que se mantiene viva y el combate a unas elites que han enloquecido ante la elección de Trump, al que no pueden manejar, y su posteriores éxitos.
Mención aparte merece la política de Trump contra la inmigración ilegal y la seguridad fronteriza. Ha sido y es uno de los ejes del éxito del mensaje del presidente, que alcanza de lleno a una sociedad harta de que el dinero de los impuestos se malgaste en servicios a ilegales y harta del crimen e inseguridad que traen muchos de esos inmigrantes ilegales, relacionados con mafias, narcotraficantes y pandillas.
Otro eje del éxito de Trump es simple: cumplir las promesas hechas. No ha habido presidente que haya cumplido más y más rápidamente sus promesas que Donald Trump. Esto lo perciben los ciudadanos perfectamente y es la base de que mantenga una aprobación general estable por encima del 50% / 52%. Y un apoyo por parte de los republicanos que alcanza el 92%. Los índices de aprobación entre hispanos, negros, millennials y mujeres aumentan significativamente al mismo ritmo que sus niveles de desempleo descienden gracias a las políticas económicas del presidente. Más y más gente se convierte en trumpiana, de tal modo que parece una tendencia nacional frente al fanatismo ridículo de la izquierda.
Los votantes de Trump más fieles nos hemos convertido en lo que ya se denomina en Estados Unidos las tropas de Trump: una base inmensa de ciudadanos de toda condición social y racial que apoya al presidente de forma leal. La pasión por Trump no está vacía de contenidos o exigencias, se basa en el liderazgo y las promesas cumplidas del presidente, que ha sabido dar respuesta y futuro a millones de estadounidenses venciendo a lobbies y élites.
Cuando encaramos este mes de agosto y la recta final que nos llevará al período electoral de las midterm en noviembre, Trump goza de una popularidad enorme, sólida y en expansión, acorde con el mensaje del presidente de que jamás abandonaría a sus seguidores y votantes. Las tropas de Trump le recompensan y forman hoy un movimiento histórico como no se veía en Estados Unidos desde Ronald Reagan. Vivimos unos tiempos extraordinarios en los que hemos recuperado a la nación de los valores, de la grandeza de miras y de una mayor prosperidad para la gente.
Trump ya ha demostrado en este tiempo que es un presidente fuerte, un negociador hábil, duro y astuto que sabe proteger los intereses de los estadounidenses y del país por encima de todo. Y lo está haciendo mejor de lo que los presidentes anteriores lo hicieron aun con el apoyo de los medios y de los lobbies.
Las tropas de Trump sienten que el presidente da soluciones a las preocupaciones de la mayoría silenciosa y su mensaje es la voz del pueblo, no la de los intereses especiales. Siente, en suma, que está solucionando el problema de la inmigración ilegal masiva al impulsar un sistema de méritos más justo, al proporcionar empleos bien remunerados a los trabajadores estadounidenses, al preservar la herencia cristiana del país, al bajar los impuestos para no sangrar a los trabajadores y las empresas que crean riqueza, al cuidar de los veteranos de guerra, al derrotar la amenaza del terrorismo islamista y al ofrecer optimismo y éxito en sus iniciativas presidenciales.
Son representativas la reanudación de los vuelos tripulados de la NASA y la creación de una Fuerza Espacial militar encargada de proteger los satélites, entre otras tareas. No son ya sólo los vuelos o ese novedoso ejército espacial, es el mensaje profundamente americano de que todo es posible con fe y trabajo duro, con esfuerzo y pasión por lo que se hace; el mensaje de que el liderazgo americano ha regresado con fuerza. Trump está recuperando esa América Grande Otra Vez de su lema de campaña con realidades palpables y proyectos innovadores.
Trump no se muestra como un líder lejano o estirado. Es humanamente presidencial, con sus virtudes y defectos. Las tropas de Trump estamos con él porque no falla, porque lucha sin descanso, porque defiende este país y a sus gentes, porque trabaja duro para hacerlo mejor, y porque es un gran presidente profundamente patriota.
Las tropas de Trump somos millones de ciudadanos que lo llevaremos en volandas a la reelección en 2020. Para pasmo grande de los medios progres. Otra Vez.