Análisis de los primeros 100 días de Trump
100 días de presidencia no es un espacio de tiempo demasiado extenso para hacer balances, pero no cabe duda de que en este período el Presidente Trump ha cosechado logros muy importantes y puesto las bases para futuros éxitos.
Desde el primer día que asumió el poder, Donald Trump ha peleado a favor de los trabajadores y los ciudadanos americanos, ha cumplido sus promesas electorales a una velocidad sorprendente y algunas no se han concretado aún por los impedimentos del Congreso o el poder judicial, pero están en vías de implementarse. Con todo y eso, sus resultados son tremendamente positivos. El Presidente Trump ha eliminado regulaciones innecesarias y hecho posible que se creen miles de nuevos empleos (más de 600.000 hasta ahora); ha retirado a Estados Unidos del acuerdo TPP (Trans-Pacific Partnership), tal y como prometió; está protegiendo las fronteras de la inmigración ilegal de tal forma que ésta se ha reducido en un 70%; ha priorizado comprar y contratar estadounidense, lo que beneficia a las empresas americanas; ha hecho frente a los malos acuerdos comerciales; se renegociará el NAFTA con México y Canadá; y se está trabajando en nuevos acuerdos bilaterales infinitamente mejores con otros países; se está avanzando en la reforma del plan de salud, que será una realidad muy pronto, y en una rebaja de impuestos general para empresas e individuos; ha devuelto el liderazgo mundial a los Estados Unidos y atacado al ISIS en sus propios feudos sobre el terreno, debilitándolo y exterminando a sus radicales yihadistas; ha enfrentado a la manipulación grosera de los grandes medios de comunicación, poniendo en evidencia las noticias falsas y manipuladas; el diseño del muro en la frontera con México avanza imparable a la espera de los fondos para su construcción; y cada vez más estadounidenses y ciudadanos en todo el mundo aprueban las medidas de Trump, al margen de la opinión sesgada que intentan divulgar algunos medios, por ignorancia, por connivencia con los demócratas o porque les rinde beneficios en términos de popularidad y aceptación social.
La confirmación de Neil Gorsuch como juez del Tribunal Supremo es un triunfo histórico del Presidente Trump, sólo esto ya justifica hablar de éxito en estos 100 días, al haber colocado a un juez conservador y constitucionalista en el más alto tribunal de la nación. Un claro triunfo político del presidente Trump, que ha devuelto así la hegemonía conservadora en el Tribunal Supremo, que tiene una influencia decisiva en multitud de asuntos. Además, esta victoria podría extenderse y hacerse duradera en décadas al tener que nombrar, previsiblemente, sustitutos para los tres jueces con mayor probabilidad de dejar su cargo en el mandato de Trump: Anthony Kennedy, de 80 años, Stephen Breyer, de 78, y Ruth Bader Ginsburg, que tiene 84. Si Trump inclina al Tribunal Supremo hacia una mayoría de jueces conservadores, que interpretan la Constitución bien, sin chorradas progresistas, como hacen los jueces que proponen habitualmente los demócratas, estaremos ante una victoria verdaderamente importante en el tiempo.
Pero es que ha habido muchos más éxitos en estos 100 días, como el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas con un incremento del presupuesto, de misiones con objetivos claros y reconocimiento del trabajo de los veteranos; y el combate diario contra el establishment y el Estado Profundo, cuyos tejemenajes han puesto al descubierto y contra los que lucha sin descanso. En estos 100 días se ha caído por su propio peso la mentira que estaban urdiendo algunos medios y periodistas a sueldo de lobbies progresistas en torno al Rusiagate, que ha quedado en nada, en una gran y burda manipulación periodística, mientras que Trump ha desvelado el montaje de escuchas al que fue sometido por la Administración de Obama, un escándalo que los medios cómplices de noticias manipuladas en favor de los demócratas han silenciado vergonzosamente, tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
En estos 100 días, el presidente Trump ha hecho revisar el funcionamiento y los objetivos de la OTAN y exigido mayor contribución de los socios europeos, desempolvando una organización que se quedaba obsoleta por momentos; ha cambiado la dinámica de colaboración con China, atrayendo al gigante asiático a políticas de verdadero aliado y a moverse de una puñetera vez en el tema norcoreano y de manipulación de divisas.
En 100 días el presidente Trump ha fortalecido las inversiones empresariales en el país con incentivos y cambios normativos. El impulso económico que ha dado Trump al país es enorme, y apenas es el inicio de esta presidencia. La reforma fiscal será el gran acicate que hará volar el PIB y los sueños de la gente.
El balance de estos 100 días es, pues, muy positivo, de tal forma que el apoyo al Presidente crece cada día en el pueblo americano, y no sólo entre sus votantes, que lo votarían de nuevo en un 90% y consideran que lleva al país por el camino correcto en un 87%, según los sondeos, sino que alcanza a otros votantes a nivel general con índices de popularidad y aceptación que superan el 50% y el 55%. Las reformas que están al caer, en salud, impuestos, defensa e inmigración, serán de tal calado que Trump seguirá cosechando éxitos y más apoyos entre el pueblo americano. Poco importa que los medios se empecinen en una narrativa falsa de fracaso, conspiraciones y críticas sin fundamentos, porque la realidad es que los norteamericanos percibimos que esta presidencia es un éxito.
100 días de trabajo rápido y efectivo en el Despacho Oval, una avalancha de medidas y cambios que ha pulverizado el nefasto legado de Obama y está sentando las bases para una larga y productiva presidencia conservadora. 100 días no hace una presidencia, apenas son una gota en el tiempo, pero Donald Trump ha cumplido sus promesas o está en vías de cumplirlas, como la construcción del muro en la frontera, el plan de salud, la rebaja de impuestos a empresas e individuos, ya presentada (15% para beneficios empresariales, 10 %, 25 % y 35 % para trabajadores, 15 % para las compañías gestionadas por su fundador, y un 10% para la repatriación de beneficios de empresas en el extranjero), el control de las ciudades santuarios y la inmigración ilegal procedente de países altamente sospechosos de albergar células del terrorismo yihadista, el mayor impulso comercial al país en décadas, y el renovado liderazgo mundial basado en el poder militar, político y económico.
De ahora en adelante se irán afrontando los temas por orden de prioridad. Esto es lo que diferencia al Presidente Trump de las hordas periodísticas, de los políticos que se venden a cierta prensa y de los críticos que ningunean los éxitos: Trump gobierna con visión estratégica a largo plazo, con patriotismo, inteligencia, y sin deber nada a nadie.