Trump contra el establishment corrupto
Donald Trump lidera la batalla contra el mayor enemigo que enfrentamos el pueblo estadounidense ahora: el establishment corrupto que trata de imponer un régimen globalista esencialmente dictatorial y de corte socialista. Con las excusas de luchar por la democracia, la guerra de Ucrania, el cambio climático, el COVID, la ideología de género, el racismo, etc, arrastra al país y al mundo a un nuevo desorden mundial subyugado a su poder. Ni que decir tiene que las libertades y la democracia real se pierden en ese camino de mentiras descaradas. La Administración Biden está convirtiendo a Estados Unidos en gran medida en un país del tercer mundo y una dictadura al servicio de una Camarilla millonaria que amaña las elecciones y manipula la información a través de los medios corporativos.
De tal manera que este establishment corrupto está causando más daño a Estados Unidos de lo que Rusia y China jamás podrían haber imaginado. Y es un daño autoinfligido en aras de cambiar nuestro modelo de república constitucional a una verdadera tiranía socialista. Por esta razón, desalojar este establishment debe ser el gran objetivo del próximo presidente de los Estados Unidos si no queremos perder la nación en manos de fuerzas muy oscuras que quieren controlar todos los aspectos de la vida de los ciudadanos como nunca antes. Realmente, sólo Donald Trump está comprometido en esta lucha y puede derrotar a ese establishment que ahora gobierna en la sombra.
Trump se erige como el único candidato que se desmarca de la clase política dominante de tendencia globalista y demuestra que está verdaderamente decidido a detener la tiranía que ya tenemos encima y que amenaza con seguir aumentando su influencia. La guerra de Ucrania es el último subterfugio que está utilizando ese establishment para implantar un régimen globalista, una batalla de poder en la que nos arriesgamos a una Tercera Guerra Mundial. Trump es el único que está hablando por la paz y para detener la guerra de Ucrania, que es uno de sus objetivos en política exterior.
Para desmantelar el establishment corrupto, Trump ha propuesto un ambicioso plan para revisar y reconstituir partes esenciales del gobierno: el Departamento de Estado, el Pentágono y los servicios de inteligencia, a fin de expulsar a los elementos del Estado Profundo que actúan impunemente y poner en ellos a los defensores patriotas de America First.
La realidad es que Estados Unidos y el mundo nunca han estado más cerca de la Tercera Guerra Mundial de lo que estamos hoy con la corrupta Administración Biden dando pasos en esa dirección. Un conflicto global entre potencias con armas nucleares significaría una destrucción a una escala sin igual en la historia humana, por ello nada es más importante que evitar esa pesadilla nuclear. Para evitarlo, necesitamos un nuevo liderazgo en la Casa Blanca que sólo Trump puede aportar y desarrollar con éxito.
Bajo ese nuevo liderazgo será necesario terminar el proceso que comenzamos bajo la Administración Trump para reevaluar el propósito y la misión de la NATO (OTAN). El establishment al mando en política exterior trata de llevar al mundo al conflicto con Rusia basándose en la mentira de que Rusia representa nuestra mayor amenaza. Pero la mayor amenaza para Estados Unidos y Occidente hoy en día no es Rusia, sino ese establishment sin control al que no importa destruir lo mejor del país con tal de lograr un mayor enriquecimiento y esa soñada dictadura global. Nuestros enemigos son esas personas que dilapidan el dinero de los contribuyentes en Ucrania pero mantienen nuestras fronteras abiertas para que entren ilegalmente millones de inmigrantes indocumentados con el problema de seguridad y económico que plantea eso. Son esas personas a los que no importa condenar a las grandes ciudades a la violencia urbana y la miseria; esas personas que conducen a la destrucción del estado de derecho desde dentro del país. Son esas personas nuestros mayores enemigos, podridas de corrupción hasta la médula, que favorecen el colapso de la familia tradicional en aras de experimentos sociales contra natura, que defienden la cultura de la muerte a través del aborto y la eutanasia, y toleran el tráfico de personas y drogas con sus políticas laxas. Son esos marxistas y socialistas del establishment quienes quieren que nos convirtamos en una nación sin Dios adorando en el altar de la raza, el género y el clima. Son esa clase globalista inepta, manipuladora y prepotente que ha hecho a Estados Unidos y al mundo dependiente de China y de otros países extranjeros que en realidad trabajan para sustituirnos como líderes de la libertad.
Sólo Trump quiere y puede derrotar a ese establishment corrupto lleno de mangantes y tiranos. Sólo Trump sabe exactamente lo que hay que hacer para acabar con la amenaza que representa hoy en día esa gentuza que ya fue capaz de amañar las elecciones en 2020 y controlar la narrativa de la mayoría de los medios y sus marionetas parlantes para apuntalar su poder e influencia.