Uno de los aspectos destacados de las inminentes elecciones este 2 de noviembre no tiene nada que ver con el Congreso, pero sí con los cargos de gobernadores que se eligen en algunos estados que podrían ser claves en las presidenciales de 2012.
RealClearPolitics arroja datos muy esperanzadores para candidatos conservadores en Ohio, donde el candidato republicano aventaja en siete puntos a su contrincante demócrata y en Pennsylvania, donde lleva un promedio de 10 puntos de ventaja. Tanto Ohio, en el norte, como Pennsylvania en el este, son estados decisivos en la elección presidencial. Si ambas gobernaciones son ganadas por los republicanos, allanarán el camino a una posible victoria del GOP y una derrota de Obama en 2012.
Pero lo verdaderamente esperanzador para los conservadores en estas elecciones es que hasta una decena de gobernaciones podrían pasar al dominio del GOP, y es aquí donde vemos más elementos estratégicos que podrían influir en el horizonte hacia la Casa Blanca.

Estas previsibles victorias son una oportunidad única para desarrollar agendas conservadoras, que permitan mayor crecimiento económico y prosperidad social en unos estados muy afectados por la crisis económica y que volverán a ser cruciales en 2012.
Un gobernador del partido del candidato a presidente es siempre un activo muy importante, ya que contribuye con apoyos locales decisivos, infraestructura y movilización de los electores en sus estados. Cuando un candidato presidencial lucha por la Casa Blanca siempre encuentra en los gobernadores de su propio partido unos aliados formidables que le permiten ganar muchos votos. De ahí la relevancia de estas elecciones, en las que los estadounidenses renovarán las 435 bancas de la Cámara de Representantes, 37 de los 100 escaños en el Senado y 37 puestos de gobernador sobre un total de 50.
Al día de hoy los demócratas tienen la mayoría en ambas cámaras del Congreso y controlan 26 gobernaciones contra 24 de los republicanos. Todo esto experimentará un brusco y hasta revolucionario cambio pasadas estas elecciones midterrms, en las que los demócratas están en riesgo alto de perder las gobernaciones de Ohio, Pennsylvania, Michigan, Illinois, Wisconsin, Iowa, Oregón, Nuevo México y Maine, entre otras. Precisamente estados que fueron decisivos en la victoria de Obama en 2008.

Los republicanos también tienen grandes opciones de ganar en Nevada, Florida y California, otros tres estados cruciales en los comicios presidenciales.
Si finalmente caen del lado del GOP, se unirían a los gobernadores republicanos Chris Christie y Bob McDonnell, que salieron elegidos recientemente en New Jersey y Virginia, redibujando el panorama político.
El pueblo estadounidense se dispone a votar y a lanzar de nuevo un mensaje que cambiará la dirección de las políticas de este país hacia posturas más conservadoras, en línea con las ideas que han permitido históricamente el progreso de Estados Unidos.