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Los proyectos de Douglas y Kristine Tompkins

Algunos de los lugares donde se puede trabajar más en proyectos medioambientales, por sus fabulosos recursos naturales, es América Latina. Si unimos esto y la iniciativa privada estadounidense nos encontramos con proyectos tan interesantes y ambiciosos como los que encabezan el matrimonio de filántropos Douglas y Kristine Tompkins, que en los últimos 20 años ha adquirido 880.000 hectáreas de tierras en Argentina y Chile para convertirlas en parques nacionales y, después, cederlas o donarlas bajo ciertas cláusulas para «evitar que se pierda el trabajo hecho». Ahora estos proyectos, para los que buscan colaboración y apoyo financiero en EE.UU y Europa, también se ha unido la española Astrid Vargas, que se ocupará de encontrar esos apoyos en el continente europeo. Vargas es una experta internacional en carnívoros en riesgo de extinción y ya en 2005 logró la primera reproducción en cautividad del lince ibérico en España, y asesorará además sobre la reintroducción del jaguar en la reserva natural de Iberá (Argentina), otra iniciativa impulsada también por los Tompkins a través de su fundación The Conservation Land Trust.
Los Tompkins llevan efectuando un trabajo medioambiental extraordinario en Argentina y Chile, donde se han enfrentado al escepticismo y el recelo de algunos sectores sociales y a la oposición política por el alcance de sus proyectos. Por ejemplo, el pasado año Argentina aprobó la Ley de Tierras, que limita el porcentaje de territorio argentino en manos foráneas en un 15%.
La filantropía relacionada con la naturaleza cuenta con una gran y afortunada tradición en los Estados Unidos, pero ni mucho menos en los países latinoamericanos y europeos, salvo algunas excepciones como el Reino Unido, Holanda y Alemania. Y es que eso de rascarse el bolsillo o la cuenta bancaria a la hora de la verdad casi siempre queda para los estadounidenses y las palabras bonitas para los europeos. Algo que confiemos pueda cambiar.

Pese a muchos recelos, los Tompkins se han ganado la confianza de las gentes y los gobiernos, entre otras razones, porque sus iniciativas también incluyen proyectos de ganadería y agricultura ecológica que generan empleo y riqueza local. Junto a la restauración de los espacios naturales, otro de los pilares de su trabajo es brindar apoyo a las comunidades locales para evitar la emigración de los jóvenes. Hasta ahora, el matrimonio ha creado dos parques nacionales en Chile (Corcovado y Monte León), y otros tres están a punto de ser donados: los futuros parques nacionales de Pumalín (medio millón de hectáreas), de Patagonia (Chile) y de Iberá (Argentina). En este último es donde se desarrollará el proyecto de reintroducción del jaguar, que abarcará 700.000 hectáreas, la mayor superficie de Argentina; el conjunto de la cuenca del Iberá es uno de los grandes complejos de agua dulce del planeta. El de Patagonia, cercano al parque nacional de Torres del Paine, será único porque va a funcionar 100% con energías renovables y las casas que están construyendo generarán su propia energía y los coches funcionarán con hidrógeno.
Su método consiste en comprar grandes terrenos en lugares estratégicos para la protección de la naturaleza, y tratan de reconvertirlos en naturaleza virgen poco a poco, mediante actividades de restauración y conservación. Después, aseguran legalmente la irreversibilidad de este procedimiento y donan las tierras a las administraciones de Parques Nacionales.Su trabajo tiene una repercusión global porque combina la conservación a gran escala de la protección de la vida salvaje y la biodiversidad, la recuperación de la tierra y la introducción de la agricultura orgánica. Además, después de adquirir esas grandes extensiones de tierra, trabajan para crear parques nacionales, lo que tiene un valor de futuro esencial.
Los Tompkins, fundadores de las firmas de ropa deportiva de lujo North Face y Spree, que pusieron a la venta para iniciar su aventura en América Latina, creen en el concepto de «la ética de la tierra», es decir, hay que «devolver al planeta todo lo que recibimos de él». Una buena ética que ojalá se extienda a más gente en más lugares. Para ellos la creación de parques es el modo más eficaz de salvaguardar la biodiversidad y de momento han protegido de forma permanente dos millones de acres (un millón de hectáreas) y su idea es llegar a once millones de acres. Con la venta de sus compañías crearon un fideicomiso de cientos de millones de dólares y sus beneficios cubren el 80 % de las iniciativas en Argentina y Chile, pero ahora buscan partícipes y colaboradores en Estados Unidos, América Latina y Europa. Porque proyectos de esta envergadura requieren aliados globales.
Cualquiera puede ayudar con la simple visita a estos espacios protegidos; hacerse voluntario o realizar donaciones; hay muchas oportunidades de colaborar, lo importante es hacerlo.




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