Políticas trumpianas
Las políticas de Donald Trump son un alarde estrategia que descoloca a todos, pero que dan resultados. No son políticas al uso tradicional, como tampoco Trump es un un presidente típico de los últimos años. Afortunadamente, porque es la clase de presidente que Estados Unidos necesitaba en estos tiempos.
Las políticas trumpianas no se juegan en la arena de la política tradicional, por lo que es normal que muchos políticos del sistema y medios y analistas estén más desorientados con Trump que una millenial cuando le hablas de valores religiosos. Es decir, no se enteran de nada y trasladan esa ignorancia y alegre desconocimiento a sus telespectadores y lectores.
Cualquiera que vea la televisión, escuche la radio o lea la prensa en estos días, pensaría que Trump es un malandrín que acumula fracasos. La realidad es bien distinta, pero los medios progres, en su permanente guerra contra el presidente, no lo cuentan por miedo a que la gente piense. Repasemos los éxitos recientes trumpianos que nos alegran la vida a sus fieles seguidores:
Gracias a la prosperidad económica que ha desatado Trump con sus políticas, 2 millones de estadounidenses han abandonado los cupones de comida del programa Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) en el primer año de presidencia. Algo que supone un ahorro de 3.000 millones de dólares anuales, y la dignidad impagable para esa gente de poder alimentarse por sí misma. Esto es política trumpiana pura: ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. Y es lo que de verdad importa.
Las desregulaciones ya permiten que 8 millones de americanos estén empleados por 1 millón de propietarios de pequeños negocios. Esto fortalece el tejido laboral y empresarial del país. La prosperidad económica llega a los bolsillos de los ciudadanos. Política trumpiana pura. Resultados positivos para la gente. Le juro por lo que más quiera que a nuestros compatriotas no les importa lo que hagan o dejen de hacer los demócratas para torpedear al presidente y lo que éste deba hacer para ganar esa lucha. Les importan los resultados positivos que Trump está logrando para los ciudadanos. ¿Qué más les importa a estos compatriotas americanos que pasan olímpicamente de periodistas sesudos que se las dan de entendidos sin saber nada ni enterarse de nada? Les importa, colegas, el recorte de impuestos de Trump que ofrece beneficios reales a los hogares americanos: una media de 4.000 dólares más en ingresos anuales. O que Trump haya hecho posible que 700.000 estadounidenses se incorporen a la lista de millonarios gracias a la bonanza económica.
Ni Corea del Norte ni Irán, ni los cambios en la Administración, ni los fiscales especiales para investigar falsas conspiraciones, ni Facebook ni Google. Son los beneficios económicos, el empleo y los valores conservadores lo que los ciudadanos valoramos y por los que apoyamos a Trump. Por esa lucha del presidente contra el Estado Profundo que va ganando. Por los aranceles al acero y el aluminio que añadirán 19.000 empleos a la industria americana del acero, y 90.000 empleos a la manufactura en general. Esto es lo que quiere la gente y por lo que el apoyo a Trump crece. Por su defensa de las leyes comerciales estadounidenses para luchar contra los subsidios y el dumping de países extranjeros que perjudican a la industria americana. Por tener la valentía política para imponer aranceles a 1300 productos chinos por un importe de 60.000 millones de dólares y denunciar a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por violaciones de leyes comerciales y robo de propiedad intelectual. En suma, por hacer realidad la agenda de America Fisrt. Por la aprobación de 700.000 millones de dólares para el Pentágono que lanzará la reconstrucción de las Fuerzas Armadas que Obama había dejado en paños menores. Y porque Trump apoye la política de no permitir que los transexuales sirvan en las Fuerzas Armadas y queden descalificados para el servicio militar excepto en ciertas circunstancias limitadas.
Son estos temas, que se juegan en la política del día a día, los que apuntan victorias para Trump y esta presidencia. Los críticos, los progresistas, los cenizos, los que nunca han creído de verdad en Trump, los que se bajan del tren en cuanto el presidente no hace lo que ellos quieren, en fin, esa tropa heterogénea, le importa menos que un comino a este presidente empeñado en hacer política trumpiana, política estratégica con movimientos que nos faciliten resultados positivos para el pueblo americano en su conjunto. Porque no olvidemos que Trump es el presidente de todos y gobierna para todos. Una obviedad que muchos olvidan en el ajetreo del combate político y meditático.