Plan Estratégico de Investigación de la Obesidad
Desde hace décadas uno de los problemas más serios que afectan a las sociedades occidentales es el de la obesidad de la población. En Estados Unidos es incluso más preocupante, ya que representa un tercio de los adultos del país. Por eso son importantes todos los planes anti obesidad que se ponen en marcha. Para contribuir a este objetivo nacional, que proporcionaría beneficios de múltiples formas, como el ahorro de costes sanitarios y de tratamientos, los Institutos Nacionales de Salud (NHI) han presentado un nuevo Plan Estratégico de Investigación de la Obesidad, que se centrará en la investigación, la mejora de la salud pública y la divulgación, tanto a la comunidad médica como a los ciudadanos, sobre la necesidad de fomentar una vida más sana.
Conviene recordar que la obesidad, que en el caso de los niños afecta al 17 por ciento, aumenta sustancialmente las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, o presentar enfermedades del corazón, del hígado, presión arterial y algunos tipos de cáncer. Son razones más que justificadas para que los ciudadanos combatan la obesidad.
Los gastos médicos relacionados con la obesidad siguen siendo muy elevados e incrementan notablemente los riesgos de quiebra para los sistemas de salud. Así, en 2008 estos gastos fueron de alrededor de 147.000 millones de dólares, según NIH, entre cuyos objetivos se encuentra combatir la obesidad apoyando y financiando diversas investigaciones científicas centradas en este problema. Para ello destinará 824 millones de dólares a investigaciones relacionadas con la reducción de la obesidad y sus consecuencias sanitarias, y 147 millones dólares adicionales gracias a la Ley de Recuperación económica.
Los grupos de trabajo del NIG se centran en la realización de ensayos clínicos para aportar soluciones prácticas. Mientras éstas llegan, hay algo que los ciudadanos pueden hacer y que nunca falla: comer menos y hacer más ejercicio. Esto implica recuperar el valor del esfuerzo y la disciplina individual. Al final la obesidad es una cuestión de cuidado personal y de no abandonarse a hábitos fáciles.
Los campos de investigación en los que trabajará NIH incluyen los procesos clave que regulan el peso corporal; comprender los factores que contribuyen a la obesidad y sus consecuencias; así como diseñar y probar nuevos enfoques para lograr y mantener un peso saludable. También recoge, entre otras, la evaluación de las estrategias para prevenir y tratar la obesidad de una manera real y el análisis de los diferentes grupos de población; el uso de la tecnología para avanzar en la investigación de la obesidad y mejorar la prestación de asistencia sanitaria.
El plan de NIH prevé examinar la epidemia de la obesidad desde diversas perspectivas, de forma que se identifiquen las distintas causas y factores que contribuyen a ella. Los investigadores del proyecto podrán trabajar conjuntamente para lograr los objetivos de prevenir y tratar la obesidad, así como ayudar a las personas para que lleven vidas más saludables y satisfactorias.
Este grupo de trabajo está copresidido por Griffin Rodgers, director del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón; Susan Shurin, directora interino del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, y Alan E. Guttmacher, director del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver.
Independientemente de los resultados que puedan obtener y de los avances clínicos, hay una realidad incuestionable. La lucha contra la obesidad empieza en cada individuo con hábitos de vida saludables, una dieta sana y la práctica de ejercicio regular. No hay dietas milagrosas ni formas fáciles de combatir la obesidad, depende de cada uno y es responsabilidad final de cada persona estar en buena forma física. Salvo por razones justificadas de salud que provoquen esa obesidad, ésta es algo que nos dice mucho de cada individuo.