Trump protegerá los estadounidenses frente a las grandes farmacéuticas
Donald J. Trump ha presentado un plan para enfrentarse a las grandes farmacéuticas y terminar con el aprovechamiento gratuito global de los consumidores estadounidenses. Lo ha hecho con esta declaración: “Al corrupto Joe Biden le gusta fingir que se enfrenta a las grandes farmacéuticas, pero de hecho, yo fui el único presidente de los tiempos modernos que se enfrentó a las grandes farmacéuticas, y lo hice de frente. Biden canceló mis políticas de mano dura con la industria farmacéutica en el momento en que tuvo la oportunidad”.
Esto es completamente cierto y se puede comprobar. Como presidente durante su primer mandato, Trump hizo reformas sin precedentes que redujeron los precios de los medicamentos por primera vez en 51 años, terminó con los costosos sobornos y finalizó la regla de la nación más favorecida para garantizar que las compañías farmacéuticas ofrezcan los mismos descuentos a los Estados Unidos que a otras naciones, lo que resultó en un ahorro estimado de 85.000 millones de dólares en siete años.
Para recuperar esa política de éxito, Trump firmará el primer día de su segundo mandato una orden ejecutiva para poner fin a la explotación gratuita global de los consumidores estadounidenses de una vez por todas. En palabras del propio Trump: “Según mi política, el gobierno de los Estados Unidos le dirá a las grandes farmacéuticas que sólo pagaremos el mejor precio que ofrezcan a las naciones extranjeras, que se han estado aprovechando de nosotros durante tanto tiempo; Estados Unidos está cansado de que lo estafen”.
Poco después de asumir el cargo, Biden rescindió la orden ejecutiva de Trump, perjudicando así gravemente a los pacientes y ciudadanos estadounidenses, especialmente a las personas de la tercera edad. Durante muchos años, los estadounidenses han pagado los precios más altos del mundo por los medicamentos recetados, mientras que otros países negocian tratos ventajosos a expensas de Estados Unidos, pagando precios mucho más bajos por los mismos medicamentos de las mismas compañías. Esto equivale a un subsidio gigantesco de los sistemas de bienestar socialistas extranjeros, por cortesía del gobierno y de los contribuyentes estadounidenses. Esto debe y puede acabar si elegimos a Trump de nuevo, cuya política en esta área permitirá reducir los precios de manera muy sustancial para los pacientes estadounidenses, consiguiendo así grandes ahorros para las personas mayores y para todos los estadounidenses.
Trump es el único que tiene el valor de enfrentarse con la Big Phama sin que le tiemblen las manos porque no está comprometido con ellos ni lo pueden comprar, como hacen con otros políticos y lobbys. Con su política, ayudará al país a ahorrarse miles de millones de dólares de los impuestos de los ciudadanos en productos farmacéuticos.