La elección más importante
Es una realidad constatable que el presidente de Estados Unidos es, de hecho, quien determina el rumbo del mundo. En este 2020, la elección presidencial se ha convertido en una de las más importantes y trascendentes de la historia. Elegimos entre la reelección del presidente Trump y su agenda de políticas de America First y la izquierda radical de Biden, entre el sentido común del primero y el socialismo y el comunismo del segundo, entre la prosperidad y la depresión económica, entre patriotismo americano o vender el país a China, entre la apertura del país o encierros sin fin; en suma, entre Trump o Biden. La elección está más clara que nunca. Trump es la única opción válida para la mayoría de los ciudadanos y para el país.
Se puede afirmar, pues, que esta es una de las elecciones más importantes desde que se fundó Estados Unidos.
Mañana, 3 de noviembre, las elecciones brindan al pueblo estadounidense una gran oportunidad que se necesita con urgencia para afirmar nuestra devoción a la Constitución de los Estados Unidos y al estilo de vida americano. Esto lo vemos con especial nitidez los líderes que estamos comprometidos en defender a los Estados Unidos de todos los enemigos, extranjeros y nacionales. En la actualidad, nuestro país se enfrenta ahora a enemigos en el interior y en el extranjero, así como a una pandemia única en un siglo. Los líderes que afrontamos situaciones de graves riesgos a menudo, coincidimos en una valoración común: el presidente Donald J. Trump es un líder probado para afrontar estos peligros. Lo ha demostrado con éxito durante estos cuatro años.
En este momento decisivo de nuestra historia, con el Partido Demócrata y su candidato, Joe Biden, dando la bienvenida a socialistas, marxistas, anarquistas y radicales de todo pelaje, está en juego nuestro modo de vida tradicional como americanos. Es preciso recordar los tiempos no tan lejanos en los que la Administración Obama / Biden cercenó el liderazgo mundial de Estados Unidos y lo introdujo en una espiral negativa, con las fuerzas armadas sometidas a una serie de recortes presupuestarios mal meditados y que debilitaron al país. No contentos con aquella cagada, los demócratas se han comprometido una vez más a recortar el gasto en defensa, socavando nuestra fuerza militar. La oposición de los demócratas a la seguridad fronteriza, permitiendo una inmigración ilegal y descontrolada, su promesa de regresar al desastroso acuerdo nuclear con Irán, su deseo de llenar los tribunales de jueces de extrema izquierda para manipular la Constitución y las leyes, su oposición a fortalecer la policía, su insistencia en desmantelar las fuentes de energía nacionales, enviar empleos al extranjero y los recortes planificados del gasto militar, dejarían a Estados Unidos más vulnerable a los enemigos extranjeros y claramente debilitado en todos los sectores estratégicos.
En contraste, encontramos las firmes posiciones del presidente Donald Trump, que han disuadido a nuestros enemigos de la agresión contra nosotros y puesto firmes a nuestros aliados. Su compromiso de financiar generosamente las Fuerzas Armadas, de seguir nominando jueces con un impecable historial de defensa de la Constitución (como los ya nombrados), de defender la Segunda Enmienda y proteger la bandera, impulsar una educación patriótica, fomentar las oportunidades económicas para todos, traer los empleos de regreso a Estados Unidos, garantizar la independencia energética, combatir de forma activa el socialismo y el comunismo que representa actualmente el Partido Demócrata, y hacer frente a las Fake News y manipulación de la información por parte de la mayoría de los medios y la censura de las grandes empresas tecnológicas en las redes sociales, son una garantía de que el país seguirá avanzando por el camino correcto de la historia y en línea con la gran tradición americana de defensa de los valores de la libertad y la grandeza.
Los recortes de defensa propuestos por los demócratas, crearían una situación potencialmente peligrosa para los Estados Unidos durante una época de grandes cambios externos y amenazas internas a nuestra nación. Como líderes en sectores clave, no podemos tolerarlo de ninguna manera y tampoco como ciudadanos.
Por estas razones, apoyo la reelección de Donald Trump. El presidente está firmemente comprometido con un Estados Unidos fuerte y próspero para todos. Como presidente, continuará asegurando nuestras fronteras, derrotará a nuestros adversarios y restaurará la ley y el orden a nivel nacional.
Por ello, apelo a nuestros conciudadanos y los insto a que se unan a mí para apoyar la reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos cuatro años más.
Ello es posible con el apoyo de millones de personas que forman parte del movimiento conservador en torno a Trump. El presidente tiene un camino abierto hacia los 270 votos electorales que necesita para la reelección, y el mapa no es muy diferente a su histórico triunfo de 306 votos en el Colegio Electoral en 2016.
Trump ganará Texas, Indiana y todos los demás estados republicanos para sus primeros 163 votos electorales. En 2016, su camino hacia la victoria pasó por Ohio, Florida, Iowa y North Carolina. En 2020, este camino permanece intacto, con Trump liderando estos battlegrounds, y con la incorporación de Georgia y Arizona. Tal vez ampliando incluso a Minnesota, New Hampshire y Nevada.
Con las victorias en estos estados, más los votos electorales en los distritos del segundo Congreso de Maine y Nebraska, eso eleva el recuento del presidente Trump a 260 votos electorales, sólo 10 votos menos que el número necesario de 270.
Este año, como en 2016, Trump volverá a conmocionar a los medios de comunicación y la prensa que lo han atacado sin piedad y salvajemente desde entonces. Como aquel año, es muy probable que vuelva a ganar Pennsylvania, Wisconsin y Michigan.
Pennsylvania tiene 20 votos electorales, Michigan tiene 16 y Wisconsin tiene 10. En este escenario, con el presidente asentado en los 260 votos electorales, necesita ganar sólo uno de estos tres estados para prevalecer. Y es altamente probable que gane los tres.
El camino a la victoria puede sorprendernos, pero algo es seguro: Trump se ha ganado a pulso cuatro años más en la Casa Blanca y su recta final de campaña es digna de alguien como él, un norteamericano que jamás se rinde, que lucha hasta el final y da la cara, capaz de una gesta heroica y reunir alrededor a millones de leales patriotas, cuyo número y entusiasmo sigue creciendo de forma épica.
Trump representa el optimismo, la inspiración, la esperanza y las promesas cumplidas. Y eso también decide unas elecciones presidenciales. Se ha ganado nuestro voto y confianza.