Nuevo Alcalde de Miami
En las pasadas elecciones del 3 de noviembre, una de las victorias más significativas que logró el Partido Republicano fue la Alcaldía de Miami (Florida), protagonizada por Tomás Regalado, que obtuvo un 72 por ciento de los votos frente al 28 por ciento de su rival Demócrata Joe Sánchez. Su importancia deriva de que ambos eran candidatos hispanos y en una ciudad de tanta proyección de futuro y multirracial como es Miami, cuya pujanza es incuestionable.
Además de eso, el triunfo de Tomás Regalado, es el triunfo de una forma muy específica de hacer política y de defender unos valores conservadores, que deben ser tomados como ejemplos.
El nuevo Alcalde de Miami tiene en su trayectoria como periodista, que fue en su época, el haber cubierto los conflictos de Nicaragua y Angola, y haber sido corresponsal en la Casa Blanca. El hasta ahora concejal Regalado, que lo ha sido durante diez años, es un político de corte tradicional, moderado, y procedente del exilio cubano, que ha sabido articular un discurso positivo y reflejo de las inquietudes de los ciudadanos, de los que nunca se ha separado.
De la holgada victoria de Tomás Regalado, que es la victoria de un Partido Republicano que ha sabido enfocar adecuadamente esta campaña y sus objetivos, podemos sacar algunas conclusiones que son aplicables a la política nacional. Regalado ha luchado contra una forma de hacer política que no escucha a la gente y se limita a aprobar, desde el control del poder, planes gigantescos que en realidad tienen poco o ningún impacto en las vidas de la gente corriente. Las políticas conservadoras y sus líderes nacionales deberían tomar nota de este enfoque. Se pueden ganar unas elecciones, y ampliamente, si nos acercamos a las inquietudes de la gente, si atendemos realmente sus problemas y planteamos soluciones efectivas, positivas, y alejadas de dogmatismos.
Primera y gran lección a aprender: escuchar a los ciudadanos y conocer sus necesidades reales. Segunda lección: quienes se presentan a cargos públicos deben afrontar como prioridad la economía y los déficits públicos presupuestarios que se arrastran, sin olvidarse de ellos, engordarlos, ni relegarlos a un segundo plano. Es un problema que marcará el desarrollo de todas las políticas posteriores. Los candidatos que no lo afronten, están abocados a la condena de los ciudadanos y la derrota.
Tomás Regalado centró su atención en el estado lamentable de las finanzas municipales, con una deuda de 118 millones de dólares, y lo convirtió en una de las prioridades de su agenda política, garantizando un seguimiento cercano de los gastos municipales, que permita mejorar la calidad de vida de los residentes de la ciudad. O sea, básicamente control del gasto público y reducción del déficit presupuestario enfocado a la mejora de la vida de la gente. Un buen y juicioso planteamiento, que conecta con la aspiración del ciudadano.
Regalado supo recoger también un sentimiento local, como es la explotación turística, y convertirla en un reto para abrir todo Miami al turismo, más allá de Miami Beach, potenciando también otras atracciones e intereses. En una contienda local, esto le permitió conectar con los ciudadanos de Miami.
En política, además de buenos programas, se debe ser íntegro. En este sentido, Regalado ha prometido un estricto código ético para todos los funcionarios. Tercera lección: compromiso de transparencia y legalidad en la vida pública de los políticos.
Si queremos dignificar la política y que los ciudadanos participen, debemos empezar porque los políticos y funcionarios públicos jueguen limpio. Valores y ética cotizan al alza en unas elecciones.
Tomás Regalado representa el éxito del Sueño Americano y por eso también puede ser el Alcalde ideal para una ciudad que ha crecido con la emigración.
Recordemos que Regalado nació en La Habana (Cuba) el 24 de mayo de 1947. Es el hijo de Tomas Regalado Molina, último presidente de la extinta Asociación Cubana de Periodistas y Reporteros, y que fue prisionero político durante 22 años. Dejó Cuba a los 14 años, dentro del Proyecto Peter Pan, que acogía a menores exiliados. Tras vivir con su tía, se reunió con su madre un año después.
Se dedicó al periodismo desde muy temprano, ascendiendo como reportero, luego como asistente de producción, en la estación de radio WFAB La Fabulosa, afiliada a la NBC. En 1970, decidió dejar las noticias locales y dio el salto como corresponsal internacional, cubriendo las guerras de Angola, el conflicto en Soweto, Sudáfrica, Mozambique, y Nicaragua. Posteriormente, cubriría la Casa Blanca.
Su perfil político de conservador moderado, con ideas nuevas para una nueva gestión en la ciudad desde un liderazgo demostrado, que empieza por bajarse a sí mismo el sueldo y la pensión para dar ejemplo de austeridad pública, le ha permitido obtener una de las grandes victorias electorales locales del Partido Republicano el 3 de noviembre, convirtiéndose por méritos propios en el trigésimo tercer Alcalde de Miami, y en la gran esperanza de la ciudad del sol para volver a brillar.
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