Trump, el mago del trabajo
Hay muchas razones para ensalzar la primera presidencia de Donald Trump: reconstrucción militar, firmeza en la política inmigratoria, economía, política exterior, seguridad fronteriza, reforma de impuestos, desregulación y un largo etcétera. Entre esta larga serie de logros y promesas cumplidas, encontramos el empleo.
Trump destaca y mucho por la cantidad y la calidad del empleo que sus políticas han permitido crear en estos tres últimos años. Más de 6.300.000 mil nuevos empleos, una gran parte de los cuales han sido para mujeres y minorías como la hispana, los afroamericanos (para ellos han sido 1.200.000 nuevos empleos), y los asiáticos. Empleos que han regado el país con un mar de oportunidades como no se recordaba desde los tiempos de Ronald Reagan. Ya podemos asegurar con argumentos sólidos que este presidente es una máquina de crear empleo.
Durante estos años, Trump se ha destacado por recuperar el empleo en el sector de la manufactura. Sus políticas a favor del crecimiento económico están ayudando a revitalizar la industria de la manufactura y las fábricas en todo el país, por ejemplo, en la zona de los Apalaches y en estados como Pennsylvania, Ohio y estados del noreste. Trump ha conseguido que se creen medio millón de empleos en el sector de la manufactura, el mismo que Obama daba por perdido y en el que destruyó 200.000 empleos. Una notable diferencia de gestión que deja al presidente demócrata como un inútil ignorante. Y no es el único sector beneficiado por las reformas económicas. También experimentan una enorme expansión los sectores tecnológicos, los servicios, la construcción (con más 700.000 nuevos empleos), etc.
Las políticas de Trump simplemente funcionan. Es un hecho que ni los medios progres pueden alterar o cambiar. El presidente se muestra orgulloso de la capacidad de trabajo de los estadounidenses y es el gran defensor del trabajador americano. Sus palabras hablan mejor que nada de lo que siente:
«Reconocemos a los notables trabajadores estadounidenses que conforman la mayor fuerza laboral del mundo (…) Los trabajadores estadounidenses son el corazón y el alma del resurgimiento económico de nuestra nación». Se muestra satisfecho con el crecimiento de los salarios, y es lógico que así sea, ya que están aumentando al ritmo más rápido en una década. Como no se cansa de repetir el presidente:
«Los trabajos están constantemente disponibles más rápido de lo que la gente puede ocuparlos».
Trump no sólo está enfocado a crear las condiciones para que las empresas creen más empleos, sino que está favoreciendo la formación y la capacitación de los trabajadores para el empleo actual y del futuro. Para ellos, ha establecido el Consejo Nacional para el Trabajador Americano, que impulsa una mayor educación y capacitación laboral y oportunidades de aprendizaje para los trabajadores estadounidenses.
Trump no pierde oportunidad de conceder el mérito a quienes se lo ganan día a día:
«Honramos a los estadounidenses cuyas contribuciones han convertido a nuestro país en una potencia económica, y renovamos nuestro compromiso de crear un entorno que continúe fomentando y promoviendo oportunidades».
El presidente también ha renegociado y firmado importantes acuerdos comerciales con Japón, Canadá, México, Australia, Turquía… que benefician a los trabajadores estadounidenses y crean mejores oportunidades de negocio para las empresas. Trump lo deja claro:
«Desde mi primer día en el cargo, he cumplido mi promesa de luchar por una agenda que priorice a los trabajadores estadounidenses». Muy cierto.
Un reciente estudio de Moody’s refleja el éxito de Trump en cuanto a ingresos familiares en los hogares, que es cinco veces superior al de Obama: 5.003 dólares de aumento frente a los 1.043 del anterior presidente demócrata.
Luchar por los trabajadores es lograr que sus salarios aumenten. Trump lo ha conseguido. Así, los salarios de los trabajadores estadounidenses aumentaron un 4.5% en 2017 y un 5% en 2018: $ 4.4 mil millones y $ 87.1 mil millones, respectivamente. La tendencia ha continuado en 2019, con una compensación que aumenta un 3.4% en los primeros seis meses. La varita mágica de Trump funciona y está trabajando a pleno rendimiento.
Por ello, el presidente proclama con orgullo: “Finalmente tienes un presidente que te es leal (…) Soy un luchador por sus trabajos, por sus salarios, sus fábricas, sus familias y su dignidad (…) Por primera vez, la mayoría de las nuevas contrataciones en edad de trabajar son para minorías y mujeres. Los salarios están aumentando muy rápido, un 9% desde las elecciones, un número que era impensable y están aumentando más rápido para los trabajadores de bajos ingresos».
Son realidades incuestionables que los ciudadanos conocen y que los medios progres se empeñan en ocultar, obcecados en su guerra sucia contra Trump. Pero la realidad es terca. Y los salarios están aumentando. Los ingresos están aumentando. Las políticas a favor del crecimiento han sacado a los estadounidenses de la pobreza y han servido a los trabajadores mejor que nunca. Vivimos un verdadero milagro económico y Trump es su máximo responsable.