La confirmación de los nominados por Trump para su gabinete
A medida que nos acercamos a la jura de la Constitución de Donald Trump el 20 de enero, se intensifica la campaña de algunos medios de comunicación, periodistas pesimistas, los demócratas y la izquierda en general, no sólo en Estados Unidos, sino también en buena parte del mundo. Esa campaña de desinformación, odio, y manipulación se centra ahora tanto en el propio presidente electo como en los nombramientos para su gabinete, que pese a ser excelentes y en sintonía con la agenda America First, o precisamente por ello, son atacados y denigrados furiosamente. Mientras Trump no hace ni caso a esos lloros y lamentos y se prepara para su segundo mandato, asistimos a una sucesión de críticas de esa jauría mediática, que ya se cebó con Matt Gaetz, y que tienen a Tulsi Gabbard, Elon Musk, Pete Hegseth, John Ratcliffe, Pam Bondi y Vivek Ramaswamy, entre otros, como blanco de sus comentarios casi siempre desafortunados y de ese mantra que mantienen acerca de que Trump no logrará que se aprueben sus nombramientos.
La realidad es más sencilla que todas esas divagaciones. El papel del Senado en la confirmación de los nombramientos presidenciales es una piedra angular para el buen funcionamiento del gobierno estadounidense, pero también en este asunto Trump tiene varias estrategias que le conceden una clara ventaja sobre los agoreros de todo tipo. Su enfoque logrará abrir un camino para la confirmación de todos ellos de una u otra manera. Veamos las tres opciones clásicas: votación del Senado, nombramientos en receso y Ley de Reforma de Vacantes Federales de 1998.
1.Confirmación del Senado (el voto del vicepresidente actúa como el desempate en caso de que lo hubiera). Esta es la vía tradicional para que el presidente electo consiga aprobadas sus nominaciones a través del proceso de confirmación del Senado. Un candidato necesita una mayoría simple para ser confirmado, y los republicanos tienen una mayoría de 53 a 47 en el Senado. Incluso si tres RINOs bloquean la elección de Trump, dando un empate 50-50, el vicepresidente JD Vance, como presidente del Senado, emitirá el voto decisivo a favor. Esto le concede a Trump el camino más directo hacia la aprobación y es el que se utilizará en la mayoría de los casos o en todos.
2.Nombramientos en receso. La Constitución otorga al presidente la facultad de hacer nombramientos temporales mientras el Senado está en receso. Esto se estableció así para asegurar el funcionamiento del gobierno sin vacantes prolongadas. Trump ya ha confirmado que utilizará los nombramientos durante el receso, si fuera necesario, con el fin de evitar los obstáculos que algunos senadores podrían poner para algunos puestos clave del gabinete. Esta táctica es viable si el Senado acepta un receso, o si Trump lo fuerza suspendiendo las sesiones del Congreso en el caso de que haya un desacuerdo sobre la duración del receso entre la Cámara de Representantes y el Senado. Los nombramientos en receso fueron utilizados con frecuencia por presidentes anteriores y se dividen en tres categorías: poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial. Por ejemplo, Barack Obama hizo 31 nombramientos para el poder ejecutivo durante el receso, un nombramiento para el poder legislativo durante el receso, y ninguno para el poder judicial. Estos son los datos totales de nombramientos en receso de cada uno de los últimos seis presidentes (sin contar a Joe Biden, ya que accedió al cargo vía fraude electoral y, por tanto, no ha sido un presidente legítimo por mucho que insistan sus medios aliados).
– Ronald Reagan: 240 nombramientos en receso
– George HW Bush: 77 nombramientos durante el receso
– Bill Clinton: 139 nombramientos en receso
– George W. Bush: 171 nombramientos durante el receso
– Barack Obama: 32 nombramientos en receso
– Donald Trump: 0 nombramientos en receso
3. Ley de Reforma de las Vacantes Federales de 1998
El presidente electo Trump podría utilizar la Ley de Reforma de las Vacantes Federales de 1998 para instalar a funcionarios interinos en determinados puestos de su Administración sin necesidad de la aprobación del Senado durante 210 días como límite máximo. Este es el procedimiento: Trump podría designar a personas como funcionarios interinos, eligiendo entre sus elegidos o de otros puestos confirmados por el Senado. Si no existe ningún candidato adecuado, podría incluso designar a alguien ajeno a estas categorías bajo condiciones específicas. También podría programar estos nombramientos durante períodos en los que la confirmación del Senado podría ser polémica o retrasarse, lo que permitiría a su Administración funcionar con su personal preferido sin la supervisión inmediata del Senado. En el caso de hacer una nominación para el puesto permanente, el plazo de 210 días podría reiniciarse, extendiendo potencialmente el mandato del funcionario interino hasta 300 días bajo ciertas circunstancias, lo que le concedería a Trump más tiempo para negociar con el Senado o evitar su resistencia. Este enfoque permitiría a Trump mantener la continuidad administrativa, presentar sus preferencias políticas rápidamente y presionar al Senado para obtener confirmaciones rápidas.
Se trata de un tablero político con múltiples opciones y Donald Trump tiene casi todos los ases. Las estrategias que el presidente electo podría utilizar para avanzar por el proceso de nominaciones y confirmaciones demuestran que Trump volverá a ganar y logrará que sus nombramientos sean efectivos y lo acompañen en la ardua tarea de conseguir sus objetivos políticos. En el camino, ofrecerá una clase magistral de derecho constitucional practico, estrategia política y equilibrio entre el control del Senado y el poder ejecutivo.
Su victoria arrolladora, le dio a Trump un mandato para hacer lo que necesite. Durante al menos los próximos años, Trump controlará la presidencia, el Senado, la Cámara de Representantes, las fuerzas armadas y tendrá una influencia determinante en el Tribunal Supremo y el estamento judicial. Es un mandamiento ciudadano histórico, con la mayoría de los votos del colegio electoral y el voto popular, razón por la cual sería imprudente y un error para ellos que algunos republicanos en el Senado intentaran bloquear a cualquiera de los designados por el presidente electo Trump, ya que sólo conseguirían exponerse como desleales y RINOs para nada, ya que, en último término, Trump tiene en su selección principal y en el banquillo candidatos más que suficientes alineados con su agenda America First, y logrará que sus designados sean aprobados por alguna de las otras vías disponibles o recurriendo a sustituciones estratégicas como la prevista de Pam Bondi por Matt Gaetz, que ya permitió desvelar a los traidores del Partido Republicano y a los medios y periodistas vendidos que siguen manipulando la información.
Conforme nos acercamos a la Navidad y a enero, asistiremos a este proceso y lo mejor de todo es que estamos a un paso de que el presidente electo Donald Trump lleve a cabo su agenda de acuerdo al mandato que le hemos entregado el pueblo estadounidense.