El descubrimiento y visibilidad del libro
La saturación de obras culturales, ya sean libros, películas, álbumes, videojuegos, etc, cuyas novedades se cuentan por miles, y el entorno de elevada competitividad, han provocado que uno de los mayores desafíos sea lo que en Estados Unidos se ha venido en denominar: discoverability; es decir: descubrimiento.
Ahora mismo, probablemente el sector cultural en general y el editorial en concreto, se enfrentan a este desafío, ya sea en el ámbito impreso en papel o en el digital. La multiplicación de publicaciones de los grandes grupos editoriales, las pequeñas y medianas editoriales, y los autores autopublicados en las plataformas digitales ha desbordado por completo la capacidad de los lectores para leer. Nos encontramos con que el problema ya no es tanto el acceso a los libros sino conocerlos, saber de su existencia…en suma, su descubrimiento por los potenciales lectores.
He aquí el gran reto también para autores y editores, que necesitan visibilizar sus obras, hacerlas atractivas al público en general, darlas a conocer y ponerlas a su alcance de forma flexible, rápida y a un precio competitivo.
Para ello, tanto autores como editores debemos optimizar nuestros recursos para lograr la promoción perfecta, priorizando los medios en los que mostrar las obras, depurando los mensajes con los que atraer a los lectores, potenciando esa visibilidad que conduzca al descubrimiento y a la anhelada venta. Para ello es preciso identificar muy bien el público objetivo de esas obras y después hacer lo que los recursos permitan para llegar a ellos.
En el entorno actual estos dos conceptos van de la mano y son vitales para la supervivencia del sector cultural y editorial, tanto que son muchas las estrategias que se están aplicando con el objetivo de que los libros sean descubiertos: desde el cuidado diseño de las cubiertas y elementos externos, pasando por el uso adecuado de los metadatos, la potenciación de las páginas web para venta y promoción, una mejor comunicación, y hasta el análisis del comportamiento de los compradores y lectores, sus tendencias, gustos, etc.
Hoy son tantos los elementos que cuentan para que un libro llegue a sus lectores, que todos hay que cuidarlos al detalle: marketing, producción editorial, comunicación y promoción, tecnología, estándares de calidad y selección, etc. Son las claves para lograr el descubrimiento y visibilidad los libros en un panorama cada vez más saturado en el que es precisa una estrategia de modelo de negocio diversificada y de optimización de recursos, pero que ante todo prime el prestigio de las campañas de promoción, la calidad de las recomendaciones, las críticas y el eco en Internet y en los medios de comunicación tradicionales. Lo esencial es evitar la masificación que no aporta nada o muy poco y buscar la excelencia y la repercusión social de largo recorrido.