Escribir, editar y publicar
Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Una cosa es escribir y editar, que supone tratar un manuscrito de forma completa (documentación, redacción, corrección, revisión, asesoramiento literario, reescritura, etc), y otra cosa es publicar sin pasar por las etapas anteriores de escritura y edición. Lo deseable y profesional es escribir, editar y publicar.
Cuando afrontamos la redacción de una novela necesitamos armarnos de todas las herramientas posibles: recursos de todo tipo, conocimientos, asesoramiento externo, tiempo para escribir, motivación a espuertas y perseverancia. Esto se traduce en dinero contante y sonante. Un libro es una inversión a largo plazo. Si quieres que sea bueno y se venda, necesitas dedicar capital al proyecto. Es así de simple. Capital para correctores, editores, ilustradores, maquetadores, diseñadores gráficos… La lista de gastos se amplía si además de escritor esforzado y abnegado también eres propietario y director de una editorial: personal de oficina, comerciales, marketing, etc.
Saber combinar recursos económicos y expectativas reales es vital para conseguir el éxito con los libros que tanto cuesta escribir, editar y publicar. Hay que olvidarse de la multitud de consejos que te ofrecen supuestos expertos de esto y lo otro para centrarse en tu proyecto (¿quién va a conocer mejor el mismo que tú? Nadie). La coherencia de autor y editor es la clave para triunfar. Si lanzas un libro al mercado que los lectores detectan y sienten bien trabajado por ambas partes, tendrás el mundo a tus pies. Libros que se venden como rosquillas con canela, no, mejor aún: como esos roscones de reyes que vuelan de las estanterías pasteleras españolas.
No hay que obsesionarse con algunos números: ni con el número de críticas y reseñas, ni con la cantidad de veces que aparece tu libro en los motores de búsqueda de internet, ni con las librerías que ofrecen ejemplares, ni siquiera con el número de lectores que compran. Todo eso llega con el tiempo si se hacen las cosas bien, sin precipitarse y con calidad. Lo importante es tener lectores fieles que compran tus libros y te apoyan en las recomendaciones boca a oreja y en las redes sociales. Porque esta es otra de las claves del éxito literario y de un proyecto editorial. Hay que olvidarse de los eventos por todo lo alto, de presentaciones suntuosas y pelotilleos de críticos u blogueros. Lo que cuentan son los lectores y tus libros en sus manos. Ésa es la prueba de fuego, colega. Todo se reduce a los clásicos: “Me ha encantado esta novela. ¡Qué maravilla!” o al “¡Vaya mierda de libro! Si lo sé no lo leo”. Y no hay más. Ahí empieza y termina el éxito o el fracaso a nivel comercial de los libros y de los proyectos editoriales.
Escribir, editar y publicar se debe realizar desde la autoconfianza plena, creyendo en uno mismo con la seguridad de que ofreces al mundo y a los lectores libros únicos y excepcionales. Se debe trabajar con perseverancia y sin miedo a los obstáculos, superándose a uno mismo y a los demás, en un proceso de aprendizaje continuo en el que la motivación cuenta y mucho.