Hay animales que son prodigiosos y de una valía que va más allá de sí mismos e influyen de forma determinante en el ecosistema en el que viven. Es el caso de los leopardos de las nieves. Una especie en riesgo de extinción debido a la caza, la pérdida de hábitat, las matanzas por represalias, y a los cambios climáticos, y cuya protección debe ser una prioridad mayor de lo que es actualmente en países como Nepal, India, China, Pakistán, Afganistán, Mongolia, Rusia, y otros países de Asia central. El leopardo de las nieves es el animal emblema del Himalaya y también uno de los indicadores vitales de la salud de un ecosistema frágil que provee de agua dulce a millones de personas en Asia. De ahí que su conocimiento y conservación sea una tarea primordial.
Actualmente, hay 18 leopardos de las nieves en el área de conservación de Kangchenjunga, Nepal, uno de los lugares donde se ha colocado un radio collar a un ejemplar macho, llamado Ghanjenzunga, para realizar un seguimiento científico que incluye la supervisión de la temperatura del animal, su actividad, comportamiento ecológico, patrones de movimiento, comportamiento territorial y en el hábitat. Toda esta información servirá para desarrollar mejores estrategias de protección para los leopardos de las nieves.

Este proyecto de seguimiento es uno de los más avanzados y puede ser crucial para la conservación de esta especie en riesgo extremo desde que fuera declarado especie en peligro de extinción en el año 1973 debido a la permanente caza furtiva a la que se ve sometido y al comercio ilegal de su piel y varias partes de su cuerpo, muy valoradas en la medicina tradicional asiática.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) señala que el leopardo de las nieves ha tenido un declive del 20 por ciento en su número durante los últimos 16 años, lo cual es grave. Se estima que su número oscila entre los 3.500 y los 7.000 ejemplares.
Su conservación depende de aplicar políticas de gestión adecuadas en los diferentes países en los que se encuentra. Es uno de los mayores retos en preservación de especies de alto valor ecológico, y merece nuestro compromiso y ayuda en la medida que podamos.