Nuestra generación
En la historia se han vivido momentos decisivos que han marcado puntos de inflexión. Actualmente, vivimos uno de esos momentos críticos. No, no es por las elecciones generales en España ni el desastre postelectoral que han dejado, ni por los planes de Apple o Amazon. Vivimos un momento crucial que va a desembocar en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos. Esa fecha decisiva en la que se marcará un nuevo rumbo a la nación.
Por ello es bueno recordar quiénes somos y qué queremos ser los estadounidenses. Durante el siglo XIX los americanos llevaron el poder de la industria a todo el país y lo transformaron en la economía líder del mundo y en la sociedad más pujante e innovadora. Un papel que ha resistido durante décadas y convirtió al siglo XX en el siglo americano, que ha sobrevivido a guerras, presidentes más o menos competentes, Congresos corruptos y diligentes, generaciones valientes, inteligentes… o dadas a la marihuana y el amor libre.
Ahora, en este convulso siglo XXI, avanzado en tantas cosas y que ha perdido otras tantas importantes en el camino, entre ellas muchos valores que hicieron grande al país, ha llegado la hora de que nuestra generación lidere un camino nuevo hacia otro renovado siglo americano. Por eso las elecciones que se plantean en 2016 son una elección generacional sobre el tipo de país que queremos ser y seguir construyendo entre todos.
Los estadounidenses tenemos ahora la oportunidad de protagonizar nuevas gestas históricas de las que sentirnos orgullosos, alcanzar nuevas metas que hagan más próspero a este país, que lo fortalezcan en su liderazgo mundial y contribuyamos a que siga siendo la sociedad más avanzada y con más oportunidades. En suma, de seguir haciendo de la historia de América ese capítulo excepcional que es visto con envidia desde fuera. Para hacerlo, debemos ser conscientes de que no podemos construir ese futuro con líderes e ideas del pasado, yendo hacia atrás en vez de buscar el porvenir.
América debe buscar un nuevo liderazgo político que deslumbre al país y al mundo, capaz de marcar la senda y forjar un futuro más seguro y libre. Y eso sólo lo conseguirán los ciudadanos comprometidos con este momento histórico y con los líderes capaces de llevar a Estados Unidos al lugar que le corresponde.
Nuestra generación tiene la responsabilidad de decidir cómo será América en los próximos y decisivos años. Las futuras generaciones verán lo que hemos hecho y nosotros marcaremos ese futuro en el que vivirán. Debemos asegurarnos de que tomamos las decisiones correctas y que cuando se escriba la Historia, nuestra generación esté a la altura de lo que es y representa esta nación.
Nos analizarán y nos juzgarán, porque en estos primeros años del siglo XXI, enfrentados a un mundo de cambios incesantes, inestable y lleno de riesgos, será nuestra generación la que debe dar un paso al frente y afrontar estos desafíos que nos ha tocado vivir. En 2016 se nos exigirá estar a la altura histórica de Estados Unidos y de su papel decisivo, será uno de esos momentos cruciales en los que veremos si nuestra generación sabe elevarse por encima de todo lo demás y acertar en su decisión.
Históricamente, Estados Unidos ha demostrado superarse a sí mismo en los momentos decisivos y superar los retos. No importa tu origen, procedencia, religión ni raza, es juntos como determinamos nuestro presente y futuro. De este modo, unidos, es como se construyó el milagro del siglo americano y, como la generación a la que le ha tocado este momento, debemos contribuir a construir otro nuevo siglo americano que perdure, capaz de generar nuevas oportunidades y generaciones que mantengan el liderazgo americano.