El trabajo y los avances de la NASA han estado en la base del liderazgo estadounidense desde hace casi sesenta años. Por eso sigue siendo beneficioso el dinero que se invierte. Los avances de que disfrutamos en el país, y en realidad en todo el mundo, se deben a la NASA, que es un símbolo del poder de las ciencias.
Una de las grandes aportaciones recientes de la NASA es el satélite Soil Moisture Active Passive Observatory (SMAP), que en los próximos años se mantendrá activo y podrá calcular la humedad de la superficie de la tierra, una información que ayudará a los agricultores a optimizar sus cosechas, evitar incendios o prever inundaciones.
Además de la humedad, SMAP enviará datos con los que también se podrá seguir el deshielo que se produce en la tierra. Para recopilar esta información, el satélite está equipado con dos instrumentos: un radar y un radiómetro. Su señal podrá llegar a penetrar y analizar hasta 5 centímetros de suelo sin perjuicio de que haya nubes o vegetación. Las señales de ambos módulos son activas, en el caso del radar, y pasivas, en el caso del radiómetro, que se encargará de recibir la señal que llega desde la tierra.

La importancia de los datos que proporcionará el SMAP es enorme para la investigación en numerosos sectores. Por ejemplo, los servicios hidrológicos podrán reconocer el índice de humedad en determinados territorios y, a partir de ellos, extraer conclusiones, como el peligro de inundaciones o la capacidad de desagüe de la superficie. Datos muy útiles para diferentes colectivos, como el de los bomberos, que podrán determinar el peligro de incendio, o los agricultores, que podrán planificar mejor la siembra, los abonos y las cosechas.
En lo que a investigación se refiere, la información del satélite será relevante para los investigadores de la atmósfera. Según la cantidad de agua, se modifica el intercambio de gases entre el suelo y el aire. Por ejemplo, si llueve mucho, los suelos fértiles y húmedos liberan Radical Hidroxil, ayudando a limpiar el aire de sustancias perjudiciales.
Además, los meteorólogos podrán mejorar sus previsiones analizando la formación de nubes y la situación atmosférica. También los investigadores del clima podrán aprovechar los datos para anticipar con más efectividad dónde habrá sequías o dónde lloverá más. Con la ayuda de este satélite, podrán definir tendencias de este tipo a largo plazo.
La NASA sigue en vanguardia de los avances que repercuten en nuestra vida diaria. Este es el liderazgo estadounidense que nos coloca a la cabeza del mundo de una forma que beneficia a todos.