¿Cómo piensan los hispanounidenses?
Los hispanounidenses representan en Estados Unidos la minoría con más rápido crecimiento en población, hasta el punto de que su peso social es ya una realidad que afecta a todos los ámbitos: económicos, políticos, culturales, religiosos, etc. Por eso es importante conocer lo que piensan, sus preocupaciones, problemas, logros y objetivos. Para saberlo se han unido Univision, Associated Press, la Universidad de Stanford, la Fundación Bill & Melinda Gates, el National Opinion Research Center de la Universidad de Chicago y la compañía de encuestas The Nielsen Company, que han elaborado un estudio completo sobre temas como la inmigración, la política, la educación, la religión, la economía, el uso de medios de los comunicación y la identidad hispana. Es la encuesta de opinión más ambiciosa hasta la fecha.
Los resultados son reveladores y señalan datos como estos: a un 78 por ciento de los hispanos en Estados Unidos les preocupa no poder pagar sus facturas, prácticamente todos, un 94%, esperan que sus hijos vayan a la universidad y un 29 por ciento cree probable que un latino llegue a presidente del país en los próximos 20 años.
Más datos significativos: los hispanos se relacionan más con gente de su propia cultura. El 63 por ciento aseguró que más de la mitad de sus amigos son también latinos; uno de cada cuatro sólo tiene amigos hispanos, lo que contrasta con la creencia generalizada de que es importante cambiar para integrarse en la sociedad, algo que piensa el 54 por ciento de los encuestados. A pesar de esta idea generalizada de integración, los hispanos aprecian enormemente su identidad. Un 66 por ciento afirma que es «extremadamente» o «muy importante» mantener sus distintas culturas aunque vivan en Estados Unidos y sólo uno de cada 10 cree que no es importante. La conclusión es evidente, se trata de mantener una identidad nacional compartida sin exclusiones. En contra de lo que pudiera pensarse, estos dos enfoques no son opuestos, de hecho otros grupos étnicos mejor establecidos también conservan sus tradiciones. Es perfectamente posible y compatible mantener una identidad integradora entre lo hispano y lo estadounidense.
Respecto al acceso de las minorías a la presidencia de Estados Unidos, los hispanos ven más probable que una mujer sea presidente en los próximos 20 años a que lo logre un hispano. El 59 por ciento afirmó que es «extremadamente» o «muy probable» que una mujer sea elegida, mientras que sólo el 29 por ciento cree muy probable que un hispano alcance la presidencia del país en las próximas dos décadas. Esta es una percepción acertada y que probablemente se cumpla en años próximos.
La economía sigue en el centro de las preocupaciones de los 47 millones de hispanos, que están sufriendo especialmente la actual crisis. Seis de cada 10 dijo que les resulta difícil solventar su situación financiera, incluida una cuarta parte que describió el esfuerzo como muy complicado. Así, no poder pagar las facturas le preocupa «mucho» al 57 por ciento y «algo» a otro 21 por ciento, mientras que la posibilidad de perder el trabajo preocupa al 65 por ciento. De hecho, el 73 por ciento de los encuestados aseguró que conoce a alguien fuera de su familia que perdió su empleo en los últimos diez meses debido a las condiciones económicas. Además, el 13 por ciento perdió personalmente su trabajo, el 27 por ciento tiene alguien en su familia que se quedó sin empleo, y un 4 por ciento no sólo perdió su trabajo sino que además vio a un familiar perderlo en los últimos meses. El 45% afirmó que ellos o un pariente han perdido un empleo desde septiembre, en contraste con el 30% de la población general que respondió sí a una pregunta similar en una encuesta de AP-GfK en mayo. El 39% afirmaron que algún miembro de sus familias ha tenido que abstenerse de ir al médico recientemente aunque necesitaba atención mientras que el 31% de la población general dijo que se privó de atención médica cuando se le hizo esa misma pregunta a finales del año pasado en una encuesta de AP. Datos que hablan sin trampa del superior impacto de la crisis entre los hispanos.
Información clave en educación, un tema que valoran especialmente los hispanos: sólo el 14 por ciento de los encuestados tiene una titulación universitaria y un 17 por ciento pasó por las aulas sin graduarse, pero los hispanos lo tienen muy claro: la educación es esencial para un 94 por ciento, que espera que sus hijos vayan a la universidad. Un 87 por ciento dijo que la educación universitaria es muy o inmensamente importante. Un 74 por ciento dijo que la meta más importante para una niña después de la preparatoria eran cuatro años de educación superior, mientras para un niño la cifra era de 71 por ciento. Sin embargo, este entusiasmo por la educación superior no se ha corresponde hasta ahora con los resultados.
Los datos del censo muestran que sólo el 13 por ciento de los hispanos se han graduado por lo menos de secundaria, contra el 30 por ciento de los estadounidenses en general. Una situación que tiene sus explicaciones, entre ellas los obstáculos que afrontan los hispanos, que no tienen dinero suficiente e incluso muchos son renuentes a pedir préstamos. Las obligaciones familiares también juegan un papel importante y padres y profesores apenas ofrecen muchas veces su apoyo en el desafío de cursar estudios superiores. Por ejemplo, un 44 por ciento dijo que sus propios padres o no esperaban que tuvieran educación superior o no les importaba.
El estudio pone de manifiesto los obstáculos culturales y lingüísticos que afrontan los hispanos en Estados Unidos, una minoría étnica que se ve rezagada respecto de otras en el número de graduados de la escuela secundaria, y aumenta las dudas acerca de si la inmersión en el inglés en realidad aísla en lugar de facilitar la integración, un debate que ha dividido a los estados, académicos e incluso al Tribunal Supremo. Se puede concluir que la barrera del idioma es todavía un factor de riesgo para los hispanos, al igual que la discriminación.
La encuesta refleja que un 78% de los hispanos tienen hijos inscritos en clases de inglés desde el jardín de infancia a la secundaria y sólo un 3% tenían clases en español. Apenas un 20% de los padres, hispanohablantes en su mayoría, dijeron que podían comunicarse «extremadamente bien» con la escuela de sus hijos, comparados con un 35% entre los hispanos que hablan inglés de manera fluida. Esto ofrece otra realidad y es que muchos padres hispanohablantes tienen problemas para ayudar a sus hijos con las tareas o para comunicarse con los maestros estadounidenses a medida que las clases de inmersión al idioma inglés proliferan en las escuelas. Así, un 42% de los que hablan sólo español afirmaron que les parecía fácil ayudar a sus hijos con las tareas, mientras que esa cifra fue del 59% entre los que hablan inglés.
También es menos probable que los niños de padres que hablan más en español les pidieran ayuda con sus tareas. Entre estos padres, un 57% dijo que sus hijos les hacían preguntas sobre temas de la escuela, mientras que 80% de los que hablan inglés afirmaron lo mismo. Estos también se mostraron más dispuestos a hacer que sus hijos consultaran a familiares o amigos. Aunque es evidente que la principal dificultad es el idioma, los padres hispanos también enfrentan algunas barreras culturales, ya que algunos no están acostumbrados a presionar a los maestros para que asignen a sus hijos a una clase para alumnos aventajados. O enfrentan discriminación por parte de algunos sectores sociales.
La ley federal señala que si los padres tienen un dominio limitado del inglés, las escuelas deben darles e información sobre las actividades de sus hijos en un idioma que ellos entiendan. Por eso la oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación está evaluando algunos distritos educativos para comprobar si les niegan una educación justa a algunos alumnos. Resulta importante enfrentar estos desequilibrios porque alrededor de una de cada cinco personas en Estados Unidos habla en su casa un idioma que no es inglés. La mayor proporción entre los hispanos.
Los desafíos que presenta la comunidad hispanounidense son algunos de los que van a determinar las agendas políticas en próximos años y la forma en que esta nación va a progresar para integrar y asimilar a la minoría étnica más dinámica del país.