Brainstorming literario
La técnica del brainstorming, aplicada a la creación literaria, es una de las fases que más puede disfrutar un escritor. La lluvia de ideas para iniciar la redacción de una novela representa una etapa satisfactoria en sí misma, sin importar lo mucho o poco que se consiga en cada una de las sesiones.
Generar ideas, argumentos, combinar hipótesis, descartar personajes, definir los protagonistas y los personajes secundarios, establecer la columna vertebral del argumento y sus bifurcaciones, marcar las áreas donde dejar vía libre a la creatividad… Todas y cada una de las sesiones del brainstorming abren un mundo de posibilidades argumentales que dan paso a la creación literaria en su estado más puro.
Frases, ideas aisladas, características, música, un paisaje, una escena de la vida cotidiana, una anécdota contada, un fragmento de un libro, un cuadro, una película, una serie de experiencias… Todo ello y más conforman el material de la lluvia de ideas, esa fase mágica y fértil en la que se sume el escritor para concebir una nueva novela que cobrará vida propia en cuanto se escriban las primeras frases.
Un brainstorming literario proporciona al escritor algunos de los mejores momentos, que puede compartir o no con otras personas, a solas o en grupo, y siembra montones de ideas hasta encontrar esa perla sobre la que se construirá una novela espléndida. Es una etapa clave en la creación literaria, conviene dominar sus tiempos y ritmo para no verse envuelto en ella de una forma permanente, dado que puede ser tan placentera que el escritor pierda el sentido del tiempo. Llega un punto en el que la lluvia de ideas debe parar y el autor necesita empezar a escribir y desarrollar las ideas que ha seleccionado.
El brainstorming literario para escribir una novela debe ser especialmente fértil, creativo, sin barreras ni límites, totalmente libre. Ya vendrán después otras etapas en las que habrá que ajustar y corregir. Esta lluvia de ideas es el origen de la creación literaria en estado puro, la que aporta esa originalidad y esa chispa de genialidad que distingue a un escritor brillante.
Si se hace bien, la lluvia de ideas literaria es una de las herramientas de creación más poderosas que tiene un escritor a su alcance.