Trump en la recta final de la campaña electoral
Nos encontramos en la recta final de la campaña electoral de 2024 y Donald Trump debe ganar para preservar la Constitución, la democracia y el futuro de Estados Unidos. Varios temas son prioridad para Trump y su equipo, pero hay algunos que son de capital importancia, tales como lograr impuestos bajos, regulaciones reducidas, costes de energía bajos y asequibles, tasas de interés bajas y una inflación baja, de tal modo que todos puedan comprar alimentos, un buen automóvil y una casa, que es la esencia misma del Sueño Americano. Es urgente detener la invasión de inmigrantes ilegales y el crimen y la delincuencia asociada a ella; fortalecer nuestro ejército; construir un escudo de defensa antimisiles; expulsar la teoría crítica de la raza y la locura transgénero fuera de nuestras escuelas y el sistema educativo; mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos; defender la Segunda Enmienda; proteger la libertad religiosa; restaurar la libertad de expresión; impulsar la cultura de la vida; y asegurar la integridad y transparencia de las elecciones. Sólo así toda la sociedad podrá prosperar y las familias tendrán oportunidades y esperanza en el futuro. Para que esto suceda, debemos derrotar a Kamala Harris y debemos detener de una vez por todas su agenda radical de izquierda que destruye el país y la sociedad, y debemos hacerlo con una victoria demasiado grande como para que no pueda ser robada de nuevo. Todos los ciudadanos merecen un país que brinde grandes oportunidades y un potencial de crecimiento y prosperidad ilimitado. Unos Estados Unidos donde puedan salir adelante y estar orgullosos de la vida que ofrece a sus familias; merecen un gobierno que proteja y respete a sus propios ciudadanos, que defienda su soberanía, su seguridad, su dignidad y su libertad; se merecen una nación que vuelva a construir, a fabricar, que apunte al espacio como nueva frontera; y que se gane el respeto del mundo entero una vez más; se merecen un presidente con auténtico liderazgo que no responda ante los lobbys, los burócratas o los intereses especiales corruptos, sino que responda sólo ante los ciudadanos de Estados Unidos.
De todos estos desafíos, hay uno en concreto que afectará de forma crucial a esta nación. Trump tiene un formidable desafío en este tema, en el que ya estamos trabajando para solucionarlo: el año pasado, el ejército de EE. UU tuvo un déficit de reclutamiento de 41.000 hombres, es decir, un 25%. Un dato aún peor: menos del 16% de la generación Z dice estar orgullosa de ser estadounidense (los medios de desinformación y la educación “woke” están detrás de ello). Si queremos reconstruir nuestro ejército, tendremos que restaurar la confianza entre quienes consideren servir y asegurarles que, si les pedimos que arriesguen su vida, estarán protegiendo a nuestra propia nación y no otros intereses.
Trump y cuantos estamos interesados en ello, sabemos que primero tendremos que abordar las causas fundamentales de este problema. La razón por la que la Generación Z y las generaciones más jóvenes tienen un problema con el patriotismo y con servir de uniforme es porque hemos dejado de enseñarlo en las escuelas y las universidades, sumidas en una idiotizada educación “woke”. Permitimos que el sistema educativo dejara de recitar el juramento a la bandera, inculcar valores patrióticos, que dejara de enseñar la auténtica historia, de enseñar y mostrar el orgullo por los EE. UU y lo que representa, y el amor y el respeto por la familia tradicional; eliminamos a Dios de todo en esta sociedad líquida sin valores fuertes impulsada por una izquierda desnortada y cada vez más tonta. Cuando esto sucede, las naciones caen y se desmoronaran a pedazos. Todo parte de los niños. Hasta que reformemos todo de arriba a abajo, no seremos fuertes, resilientes ni tendremos un sano y generoso patriotismo que se muestre orgulloso de EE.UU. La solución empieza el 5 de noviembre con la elección de Donald J. Trump como nuestro próximo comandante en jefe y presidente de la nación. Sólo así recuperaremos nuestra seguridad, nuestro patriotismo y desbloquearemos el magnífico destino que está a nuestro alcance. Es hora de que todos volvamos a entusiasmarnos e ilusionarlos con el futuro de este país.
Lo que la izquierda y sus medios afines nunca han entendido es que el movimiento MAGA nunca ha sido sobre Trump. Siempre ha sido sobre el pueblo, la gente normal y patriota, que son el corazón y el alma de Estados Unidos. Es por ello, que Donald Trump trabaja más duro que nadie todos los días para hacer realidad las esperanzas y sueños de los ciudadanos.
La victoria de Trump será el triunfo del espíritu estadounidense sobre el mal y la adversidad, de la lucha sin cuartel y de lo que es justo y necesario, será el punto de inflexión decisivo para hacer que Estados Unidos sea grande otra vez.