Premio Ambiental Goldman
Los premios sirven para reconocer los méritos profesionales, artísticos, humanitarios, etc, de quienes los ganan. No todos tienen credibilidad, ya que muchos se convierten en herramientas de propaganda, influencia, manipulación y agradecimientos partidistas. Pero sí hay un puñado de premios que mantienen la esencia de lo que significa obtenerlos. Muchos de ellos se conceden en Estados Unidos, donde el reconocimiento sigue conservando su propósito original y donde ganar premios está valorado por la sociedad en su justa medida.
Uno de esos premios que hacen justicia es el “Premio Ambiental Goldman”, que reconoce méritos extraordinarios en el campo de la ecología. La hipocresía de algunos medios de comunicación, que se centran en premios deportivos o de índole política, margina y concede poco espacio a los premios que significan algo de verdad y aportan una mejora tangible a la sociedad.
El último Premio Goldam lo recibió Jesús León Santos, de 42 años, un campesino indígena mexicano que ha estado realizando, en los últimos 25 años, un excepcional trabajo de reforestación en su región de Oaxaca, en México. Una contribución que le ha valido este reconocimiento. Jesús León Santos decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la «tierra del sol», cuando tenía 18 años. Aquel lugar presentaba un paisaje lunar: campos yermos y polvorientos, desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Por aquel entonces había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña, y casi todos los jóvenes emigraban, huyendo de aquellos páramos y del futuro que los aguardaba. La acción de Santos desde entonces cambió todo eso, tanto ecológicamente como a nivel humano. Ahora, la Mixteca ha vuelto a reverdecer, tiene manantiales con más agua, árboles, alimentos y la población ya no emigra. Jesús León y sus colaboradores en el proyecto plantan cada año alrededor de 200.000 árboles.
Una historia ejemplar que se le hurta a la gente quitándola de la portada de los medios de comunicación.
El premio Goldman fue creado en 1990 por dos filántropos y activistas cívicos estadounidenses, Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman, y está dotado con 150.000 dólares. Se entrega cada año, en el mes de abril, en San Francisco, California, y hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medio ambiente de 72 países.
Los Premios Goldman se conceden anualmente a líderes medioambientales de seis áreas geográficas: África, Asia, Europa, Islas y Naciones Insulares, América del Norte, y América Central y del Sur.
En 2010 el premiado fue Humberto Ríos, fundador del Programa de Innovación Agropecuaria Local (Pial), cuyo objetivo desde su creación en el año 2000 es la participación campesina y la diversidad de cultivos. Este programa propone el desarrollo ecológico y social del campo a través de la innovación científica por la población rural, y actualmente contribuye a mejorar la calidad de vida de 50.000 productores en 46 de los 169 municipios de Cuba, que a su vez se ocupan de extender los nuevos conocimientos dentro de su comunidad.
Hasta la fecha el único español que ha logrado el Premio Goldman, en la categoría de Europa, ha sido el profesor titular de análisis económico en la Facultad de Economía y Estudios Empresariales de la Universidad de Zaragoza, Pedro Arrojo, en 2003, uno de los creadores de la Fundación por una Nueva Cultura del Agua, de la que es presidente, por haber sabido conjugar su brillante currículo científico y profesional con su compromiso social en favor del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Sn duda, un premio merecido para todos ellos, un premio que conserva su espíritu.