Jirafas
Las jirafas siempre han resultado simpáticas con sus cuellos y patas extra largas y sus caras de curiosidad. Duele comprobar que uno de los animales emblema de la riqueza faunística africana se encuentra en riesgo de extinción. Algo estamos haciendo rematadamente mal para que las jirafas estén en esta situación. En unos 30 años su población mundial se ha reducido casi un 40%. La misma proporción que ha aumentado de cretinos y sinvergüenzas en el mundo. O casi. Porque esta estadística de tontos del haba posiblemente haya aumentado más.
La jirafa, que es el animal más alto del planeta, afronta una situación peliaguda, de ahí que los científicos la hayan calificado como especie “vulnerable”. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza informa que la población de jirafas en 2015 era de unas 97.000, muy por debajo de las cifras de 151.000 y 163.000 reportadas en 1985. Lo que les digo, que el número de imbéciles que las matan ha aumentado de forma horrorosa.
Entre las causas de esta reducción en los ejemplares, la IUCN identifica el aumento de la población humana en sus hábitats (con muchos tontolabas incluidos, por lo que parece), la caza ilegal (malos cazadores sin escrúpulos), la expansión de la agricultura y la minería, el aumento del conflicto humano-vida silvestre y el malestar civil.
El informe presentado en el marco de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP13) señala que: “De las nueve subespecies de jirafa, tres tienen poblaciones en aumento, mientras que cinco tienen poblaciones decrecientes y una es estable”.
Muchos de estos animales se ven comúnmente en safaris, en los medios y en zoológicos, y por ello la gente, incluyendo algunos conservacionistas, son inconscientes de que las jirafas están experimentando una extinción silenciosa.
Que la jirafa se haya incorporado a la nueva Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, es una mala noticia que ojalá sirva para poner remedio a este desastre.