Trump salva a Estados Unidos
Los medios de comunicación y el Partido Demócrata están que trinan porque Donald Trump, que es un conservador coherente y como Dios manda, sigue siendo el gran referente de millones de ciudadanos. Es más que nunca el muro de contención contra la izquierda socialista que destruye todo lo que toca. Los valores de nuestra nación están siendo atacados. La libertad religiosa se ha visto socavada. Vivimos en un tiempo en que lo correcto ahora es incorrecto y lo incorrecto ahora es correcto. O eso quieren algunos idiotas demócratas que creamos. Defender a Trump no es sólo defender a un gran presidente, sino que se trata de defender la libertad religiosa. Se trata de defender la auténtica libertad de expresión. Se trata de defender una economía próspera para los ciudadanos. Se trata, ni más ni menos, que defender el futuro de nuestra nación.
El presidente legítimo que ganó las elecciones limpiamente, sin fraude, no como el tramposo Biden y la loca aprovechada de Harris, está muy activo en una serie de batallas temáticas trascendentales. Lo ha demostrado esta pasada semana con intervenciones brillantes en algunas entrevistas y comunicados oficiales. Trump ha demostrado que sabe tomar el pulso de la realidad como nadie. Ha denunciado una vez más las vergonzosas elecciones presidenciales de 2020 y el sistema de votación fraudulento utilizado en algunos estados, más propios de países del tercer mundo que de EE. UU. Millones de ciudadanos sientes lástima de la forma en que los demócratas han destruido la credibilidad de nuestro sistema electoral, que todavía está bajo supervisión para tomar medidas que impidan que vuelva a suceder algo semejante. Trump está feliz porque tuvo una participación brillante en las elecciones y porque superó la cantidad de votos que logró en 2016, en concreto 12 millones más, casi 75 millones de votantes. Una victoria aplastante.
Trump se ha pronunciado acerca de la conferencia de prensa de Biden, la primera tras sesenta y cinco días en la Casa Blanca, un récord de opacidad informativa, del que los medios cómplices en el fraude electoral, no dicen nada, por supuesto. Como no dicen tampoco que las preguntas a Biden están preparadas y respondidas de antemano, todo pactado con ellos. A diferencia de las ruedas de prensa de Trump, libres y sin notas ni chuletas.
Ante el deterioro físico y mental evidente de Biden, evidenciado con las caídas en público al subir al avión presidencial, Trump ha sido generoso y deseado que Biden se encuentre lo más sano posible por el bien del país. Aunque todo el mundo ya sabe que está mal.
Trump ha dejado de lado el aspecto personal y se ha centrado con acierto en los contenidos de las políticas, que están siendo devastadoras para EE. UU. Son políticas de izquierda radical que están erosionando la Segunda Enmienda, destruyendo la independencia energética y aumentando los impuestos de forma brutal para ciudadanos y empresas. Trump ha puesto el dedo en la llaga al denunciar que los demócratas no dijeron nada de esto en la campaña. Mintieron a sus propios votantes y a todo el mundo.
En estos días, Trump ha puesto el foco de atención en la forma discriminatoria que los medios y las grandes tecnológicas de redes sociales lo han tratado a él y cómo tratan a Biden, con un doble rasero que da asco. Todos hemos visto cómo iban a degüello contra Trump y cómo silencian todas las barbaridades de Biden. Sabemos que las redes sociales censuran a Trump y a cuantos le apoyamos. Ocultan información sensible que perjudica a Biden, pero difunden todas las mentiras que pueden sobre Trump. Hoy ya nadie duda de que los conservadores estamos censurados en las redes sociales. Millones de personas ven cómo se les persigue y silencia por sus opiniones conservadoras en un acto de totalitarismo que se extiende por todo el mundo. Ante este panorama, la plataforma de redes sociales que prepara Trump será vital para preservar las libertades que ya están siendo pisoteadas pro la izquierda. Algo propio de ellos. Lo llevan en su naturaleza dictatorial.
Trump es el abanderado de la lucha contra la cancelación de la cultura que llevan a cabo los totalitarios progresistas (cada día más dictadores, más desnortados y más idiotas; todo en uno). Trump saca a la luz todo lo que está sucediendo en nuestro país y se erige en el líder de las guerras culturales de hoy. Él marcó el camino desde la Casa Blanca, pero éste continúa y debemos completarlo desde nuestras casas.
Para ello, Trump hace un llamamiento a dejar de votar a aquellos representantes que no hacen bien su trabajo y a no apoyar a las empresas implicadas en la censura, la cancelación y el fraude. La gente tiene derecho a dejar de apoyar a sus representantes si fracasan o no hacen bien su trabajo. El desmontaje de la cultura occidental es un fenómeno real. Amenaza a los estadounidenses con el desempleo, la demolición, el hostigamiento severo e incluso ataques físicos o verbales. Silencia la libertad de expresión y garantiza que sólo se escuche un punto de vista (el socialista). La mayoría de los estadounidenses que sufren la bota de la cultura de la cancelación pierden sus medios de vida y referencias culturales sin que ningún congresista demócrata se apresure a defenderlos. Trump sí lo hace y por ello cuenta con un apoyo masivo de la gente sensata e inteligente.
Todo esto sucede ante una prensa vendida a los intereses de multimillonarios de izquierda. De hecho, salvo contadas y honrosas excepciones, la libertad de prensa ha dejado de existir y está corrupta. Tenemos unos medios corruptos que sólo difunden un punto de vista y quieren imponer un pensamiento único. Se han idiotizado y están idiotizando.
Trump ha acertado al denunciar la enormidad de la crisis fronteriza provocada por la política de Biden, de nuevo tapada o manipulada por la prensa. Con Trump teníamos una excelente seguridad en las fronteras. El muro, con casi quinientas nuevas millas construidas, fue un éxito. Biden ha acabado con ello y ahora ha creado una crisis tremenda que se va a agravar y ha puesto al país en una vía de destrucción clara.
Entretanto, los demócratas se preocupan más de cancelar a Mr. Potato Head y los libros del Dr. Seuss que de hacer cosas que impacten positivamente al pueblo estadounidense. Mientras adversarios como China están trabajando horas extras para fortalecer sus economías, Biden está destruyendo todo lo que funcionaba.
Trump molesta a la izquierda y a los medios porque dice las cosas claras y los denuncia como los responsables de querer borrar nuestra historia y cultura, de alterarla con una visión que no es la correcta ni la real. Hasta quieren alterar lo que es un hombre y una mujer con teorías insensatas y desquiciadas.
En estos días, Trump ha acertado también al poner en la diana la subida masiva de impuestos que proyecta Biden y las tropelías que están intentando sacar adelante en las Fuerzas Armadas con sus políticas idiotas, y la forma en que contrasta todo ello con los impuestos bajos de su Administración y la reconstrucción que llevó a cabo de las Fuerzas Armadas. Trump sacó adelante los mayores recortes de impuestos y de regulación de la historia. Trump dejó un país fuerte económicamente que Biden está empezando a debilitar. Lo vemos con claridad en los precios de la gasolina, que están subiendo.
Trump planea hacer un rally para hacer ver a la gente que, pese a todo, hay esperanza en el futuro. La esperanza está en sus políticas MAGA. Cuando miramos alrededor comprobamos los efectos de las políticas de Biden y de los demócratas: más delincuencia y criminalidad, tiroteos, matanzas, asesinatos, violaciones, desempleo, crisis, medidas restrictivas totalitarias, nula libertad de prensa, censura en las redes sociales, destrucción de la cultura y de la historia…
Estados Unidos asiste al peligro de la expansión del socialismo, que se cierne con nubes de intolerancia sobre la sociedad. La libertad de expresión está siendo atacada. La gente de fe y los conservadores enfrentamos la persecución y la censura, y a esta pandilla de idiotas descerebrados. Nuestras escuelas públicas se han convertido en centros de adoctrinamiento comunista. Una mafia izquierdista compuesta por políticos socialistas, élites académicas lejos de la realidad, feministas radicales y demás morralla se has asociado con Antifa, BLM, inmigrantes ilegales y otros grupos radicales para completar una transformación fundamental de nuestra nación. La pregunta es si se podemos salvar Estados Unidos de esta decadencia y miseria. La respuesta y la esperanza son Trump y sus políticas MAGA que tanto benefician a esta nación. Son el camino firme para lograr un cambio real y duradero en este país.