La desregulación de Trump
La prensa y los medios de comunicación de tendencia progresista, que son la mayoría en todo el mundo, tienen como objetivo derribar y desprestigiar al Presidente Trump, y a ello se dedican día tras día fabricando noticias falsas, bulos y fuentes anónimas que no existen o que son otros periodistas progres que también hacen uso de su inmensa inventiva. Mientras esto sucede ante la opinión pública, que ve la farsa con creciente sentido del humor, el Presidente Trump trabaja con denuedo para cambiar el desastroso legado que dejó Obama, ése que los medios se encargan de ensalzar aunque sea penoso, haya dejado consecuencias desastrosas en numerosos sectores, y produzca vergüenza ajena.
Uno de los frentes que definirán la presidencia de Trump, con éxitos incuestionables, es la desregulación que está llevando a cabo esta Administración republicana utilizando la Congressional Review Act (CRA), de 29 de marzo de 1996, para revertir algunas de las normas que aprobó Obama y que estaban perjudicando al país. Los medios progres, siempre tremendistas y mentirosos cuando atacan a presidentes conservadores, hablan y escriben de desmantelamiento general, como si eso fuera cierto. La realidad es otra: el Presidente Trump apenas ha derogado un puñado de leyes hasta ahora, 14, con la CRA en la mano, frente a las más de 20.000 que aprobó Obama, pero su contenido es importante, así como el mensaje que lanza: el alcance regulatorio del gobierno debe tener un límite o se convierte en una herramienta de opresión de las libertades y de la iniciativa individual y empresarial. Esto es como poner brasas ardiendo en el lomo o el culo de los progres, que ven en el gobierno el maná de las soluciones.
Ante el actual panorama, con los demócratas ampliando ese poder regulatorio hasta el extremo de volver estúpidos al sistema y a los ciudadanos con un exceso de burocracia y normas, son los conservadores de sentido común quienes tienen la decisión y la voluntad de establecer un límite a esa regulación salvaje. Los votantes estadounidenses deseaban un desmantelamiento de esa regulación excesiva que impuso Obama, y es el Presidente Trump quien lidera con decisión una política de desregulación que puede ser, sin duda, uno de sus mayores éxitos como presidente. Un éxito que va a escocer a los progres, a los demócratas y a los medios manipuladores durante muchos años.
Recuerden bien las imágenes del Presidente Trump firmando órdenes ejecutivas y memorándums porque sintetizan bien lo que será un legado espectacular de acciones de desregulación que influirán en la vida de los estadounidenses durante décadas. Los esfuerzos de Trump para derogar normas y regulaciones y reescribir leyes, afectan a distintos sectores de la vida americana, desde la privacidad de internet, pasando por las regulaciones empresariales, los impuestos, los préstamos estudiantiles, el medio ambiente, y hasta la seguridad laboral, la actividad bancaria, industrial, minera, etc.
El esfuerzo de desregulación de Trump es el más ambicioso e importante que se realiza en Estados Unidos desde Ronald Reagan, y marca con nitidez una política conservadora que siempre ha reportado éxitos y beneficios al pueblo estadounidense. La agenda de Trump para seguir avanzando en la desregulación no tiene precedentes y está en la base de un crecimiento económico más sano y fuerte, una creación de empleo estable y para más gente, basado en trabajo real y no en artificios contables y engañifas políticas.
En esta tarea de desregular lo que ha sido regulado hasta asfixiar la tradicional iniciativa y libertad norteamericana, tiene un papel importante la Office of American Innovation, que tiene encargada la misión de localizar aquellos sectores donde es necesaria mayor desregulación e innovación para que Estados Unidos vuelva a ser más eficiente y competitivo. El Presidente Trump no sólo lucha, pues, contra los medios que manipulan la información y las noticias, también lucha contra una burocracia federal que ha sido bien alimentada y regada por las Administraciones demócratas, en particular por la nefasta presidencia de Obama en tantos aspectos. Una burocracia que cuida y mima el establishment, que vive muy bien a costa de los trabajadores norteamericanos.
La desregulación que promueve el Presidente Trump es parte de una herencia presidencial que define una acción de gobierno enfocada al pueblo estadounidense, tal y como prometió en su discurso de inauguración el 20 de enero. Promesas cumplidas de un presidente que gobierna contra viento y marea, el establishment corrupto, los medios manipuladores y la burocracia excesiva.
Esto es la presidencia de Trump, y no las tonterías de ficción que se monta cierta prensa para vender más. Trump gobierna mirando por el futuro del país al eliminar burocracia. Sus políticas favorecerán la eliminación de cientos de regulaciones innecesarias y potenciarán una economía más robusta y un país más innovador. En suma, una América más grande otra vez. Pues esto es MAGA. Lo que votamos millones de norteamericanos con un entusiasmo que sigue vivo y activo.