Trump y la crisis del crimen de Biden
La crisis del crimen es otro de los problemas que ha creado Joe Biden y su Administración fraudulenta. Si Trump dejó la criminalidad en mínimos históricos, Biden se enfrenta ya a una oleada criminal que supone un aumento del 25% en la tasa de homicidios y del 3% en los delitos violentos, ambos al alza, según los datos del FBI.
De acuerdo a la información recopilada por el analista de delitos Jeff Asher, 37 de las grandes ciudades con datos de los primeros tres meses del año mostraron un aumento del 18% en los asesinatos en comparación con el mismo período en 2020. El aumento continuo se produce después de un año en el que las principales ciudades de Estados Unidos experimentaron un aumento del 33% en los homicidios.
Las políticas de Biden han hecho posible esta nueva crisis nacional que afecta a la seguridad de los ciudadanos en su día a día. El aumento de la criminalidad está desbocado en aquellas ciudades y estados gobernados por los demócratas.
Según una encuesta del Washington Post / ABC News publicada este viernes pasado, casi la mitad de los estadounidenses, el 48%, desaprueba la forma en que Biden está gestionando el crimen, mientras que sólo el 38% lo aprueba. El 14% no tenía opinión o estaban demasiado pasmados para opinar. Y eso que es una encuesta de medios que pertenecen al establishment mediático y que ampararon el fraude electoral. Otras encuestas independientes arrojan datos de desaprobación que alcanzan entre el 63%% y el 81%.
Trump acierta al poner en la diana de sus críticas los grandes fracasos de Biden de cara a las elecciones midterm de 2022 y las presidenciales de 2024: la crisis de inmigración, su adopción de Defunding the Police (el recorte de financiación de la policía, que ha provocado un aumento gigantesco en el crimen), la teoría crítica de la raza, y las pésimas políticas económicas que le están fallando al pueblo estadounidense.
Las políticas de izquierda radical que aplican Biden / Harris están detrás del mayor aumento de la delincuencia en 60 años. Hoy ya nadie tiene dudas de que esta crisis del crimen es 100% provocada por Joe Biden y los Gobernadores y alcaldes demócratas. Algo que tendrá un gran impacto no sólo en las carreras del Congreso en 2022, sino también en las legislaturas estatales. Con ayuda de Trump, que está movilizado a tope, podríamos ver una gran ola roja republicana en las elecciones midterm.
Los ciudadanos asisten cada día con estupor a un aumento descontrolado de los delitos violentos en las grandes ciudades de Estados Unidos que están controladas por gobernantes demócratas. La violencia está desatada en Chicago (homicidios: 56% tiroteos: 18%; sólo esta pasada semana ha habido al menos 38 personas heridas de bala, 9 de ellas mortales); Nueva York (homicidios:13% tiroteos: 64%; Atlanta (homicidios: 58% tiroteos: 40%); Portland (homicidios:533% tiroteos: 126%,); Los Ángeles (homicidios:22% tiroteos: 51%); Philadelphia (homicidios:37% tiroteos: 27%). Todas ellas gobernadas por alcaldes demócratas y bastante inútiles.
Las tasas de homicidios en las grandes ciudades aumentaron más del 30% de promedio el año pasado, y otro 24% a principios de este año. Una tendencia que va hacia arriba.
En medio de este panorama convulso, Trump ha desmontado otra de las grandes mentiras de los demócratas: el supuesto racismo sistémico de la política o la sociedad: de los aproximadamente más de 2000 asesinatos cometidos en los últimos 30 días en junio, ¿cuántos fueron cometidos por supremacistas blancos contra negros? Cero. Pues a pesar de todo, Biden declara a los supremacistas como mayor peligro de seguridad nacional. Este hombre delira y escucha a gentuza de extrema izquierda. La mayor parte de las víctimas son provocadas entre negros, hispanos y otras minorías. Trump pone el dedo en la llaga al recordar que de las 20 ciudades estadounidenses con las peores tasas de criminalidad más altas, todas están gobernadas por demócratas. Es decir, las mismas políticas socialistas ineficaces.
Según el sitio web Neighborhood Scout, que en enero publicó una lista de las 100 ciudades más peligrosas de Estados Unidos, Detroit (gobernada por demócratas, of course) encabeza la lista negra. En el n.° 20 está Chester, Pennsylvania, también con otro inútil alcalde demócrata con el cerebro fundido por el socialismo.
La ciudad de Seattle ha sido ejemplo del daño que las políticas radicales de izquierda demócratas provocan. Dejaron que los terroristas urbanos de BLM y Antifa crearan una denominada zona autónoma en el centro de la ciudad, donde los extremistas se apoderaron de seis manzanas enteras y saquearon, destrozaron e incendiaron cuanto encontraron como los salvajes que son.
Si Trump representa la ley y el orden, Biden es el caos, el crimen y el desorden. Los demócratas quieren debilitar nuestra aplicación de la ley y a nuestra policía retirando fondos esenciales y, en muchos casos, eliminando policías. El camino directo al caos.
Para los que claman como energúmenos contra el supremacismo blanco, algunos datos y hechos reveladores, muchachos: los negros son el 13% de la población en EE. UU, pero son responsables del 51% de los tiroteos masivos (dato de 2019, a fecha actual es mayor); el 52% de los homicidios, el 37% de los crímenes violentos, el 40% de los homicidios de policías, y el 93% de los homicidios de otros hermanos negros. ¿Qué decían del supremacismo blanco? Pues eso. No hay mayores racistas que los negros, algo sabido por todos.
Esto, que es fácil de entender, los medios de comunicación progres lo ocultan con descaro a la población. Sin embargo, los datos fríos reflejan la realidad. Lo vemos sin adornos. Aquí tienen la clasificación de Neighborhood Scout de las ciudades más afectadas por el crimen y de qué partido son sus alcaldes:
1. Detroit
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 20,0%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 50
Alcalde: Michael Edward Duggan, demócrata
2. Memphis, Tennessee
Tasa de delitos violentos (por cada 1000 habitantes): 19,5%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 51
Alcalde: Jim Strickland, demócrata
3. Birmingham, Alabama
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 19,3%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 52
Alcalde: Randall Woodfin, demócrata
4. Baltimore
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 18,5%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 54
Alcalde: Jack Young, demócrata
5. Flint, Michigan
Tasa de delitos violentos (por cada 1000 habitantes): 18,3%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 55
Alcaldesa: Karen Weaver, demócrata
6. St. Louis
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 18,2%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 55
Alcaldesa: Lyda Krewson, demócrata
7. Danville, Illinois
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 18,0%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 55
Alcalde: Ricky Williams Jr. (elección no partidista)
8. Saginaw, Michigan
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 16,7%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 60
Alcalde: Floyd Kloc (elección no partidista)
9. Wilmington, Delaware
Tasa de delitos violentos (por cada 1000 habitantes): 16,3%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 61
Alcalde: Mike Purzycki, demócrata
10. Camden, Nueva Jersey
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 16,2%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 62
Alcalde: Francisco Moran, demócrata
11. Pine Bluff, Arkansas
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 16,0%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 62
Alcaldesa: Shirley Washington, demócrata
12. Kansas City, Misuri
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 15,9%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 63
Alcalde: Quinton Lucas, demócrata
13. San Bernardino, California
Tasa de delitos violentos (por cada 1000 habitantes): 15,3%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 65
Alcalde: John Valdivia, demócrata
14. Alejandría, Luisiana
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,6%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 68
Alcalde: Jacques Roy, demócrata
15. Little Rock, Arkansas
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,6%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 68
Alcalde: Frank Scott Jr., demócrata
16. Cleveland
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,5%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 69
Alcalde: Frank Jackson, demócrata
17. Milwaukee
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,3%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 70
Alcalde: Tom Barrett, demócrata
18. Stockton, California
Tasa de delitos violentos (por cada 1000 habitantes): 14,2%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 70
Alcalde: Michael Tubbs, demócrata
19. Monroe, Luisiana
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,1%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 71
Alcalde: James Earl Mayo, demócrata
20. Chester, Pensilvania
Tasa de delitos violentos (por cada 1.000 habitantes): 14,0%
Probabilidades de ser víctima: 1 en 71
Alcalde: Thaddeus Kirkland, demócrata
Resumiendo, que si tienes un alcalde demócrata, tienes todas las papeletas para que el crimen se descontrole y se disparen las estadísticas hacia arriba. No es que lo diga yo, lo dicen los hechos y los datos.
Trump impuso ley y orden al apoyar a la policía y la aplicación de la ley en todo el país. Con Biden asistimos a la peor crisis del crimen en décadas, aumentan los tiroteos y asesinatos en ciudades controladas por los demócratas en todo el país. Lamentablemente, las señales negativas vienen de todas partes. Hace unas semanas, se informó sobre los primeros signos de una próxima ola de crímenes violentos en Atlanta (¡bingo, damas y caballeros, alcalde demócrata!), Georgia. Recientemente, el Gobernador Brian Kemp declaró el estado de emergencia en Atlanta. Se desplegaron mil miembros de la Guardia Nacional para sofocar los crecientes delitos violentos en la capital del estado. Los hechos ocurrieron después de la muerte de una niña de ocho años en sólo uno de los 75 tiroteos en la ciudad durante las últimas semanas.
Las bandas, las maras, los locos desquiciados, los traficantes, los negros, los hispanos, y los criminales son los responsables de tanta atrocidad, no la policía, por más que algunos medios insistan en demonizar a los agentes que cumplen su trabajo y que se enfrentan diariamente a la peor morralla que se puedan imaginar.
La alcalde de Atlanta, como muchos otros líderes de ciudades demócratas en todo el país en las últimas semanas, había criticado a las fuerzas del orden de la ciudad y había manifestado su apoyo a la «reasignación» (recorte) del gasto policial. Los hechos la hicieron rectificar. La izquierda trata de imponer una narrativa falsa de abusos policiales masivos, pero lo que tienen ellos es un desorden (diarrea) mental masivo.
La Administración Biden no puede ocultar esta crisis del crimen. Durante junio, los tiroteos y asesinatos han aumentado en muchas de las principales ciudades del país: Minneapolis, Nueva York, Filadelfia, Nashville, Chicago, Milwaukee, Indianápolis, Cincinnati y Nueva Orleans han visto cómo los asesinatos aumentaron más del 20% este año. La violencia está desatada al hilo de las protestas para que los políticos «desfinancien» y «reimaginen» la actividad policial. Que es un eufemismo de la izquierda idiotizada para practicar recortes presupuestarios y desmantelar los departamentos de policía.
Y esto, que ya es grave, no es lo más. Igual de preocupante o más es que estas estadísticas no incluyen datos de finales de junio y de julio. Los datos de Nueva York y Chicago, reflejan que las últimas semanas han visto, con mucho, lo peor de la violencia en años. Los asesinatos y tiroteos en la Ciudad de los Vientos aumentaron alrededor del 80%, y Nueva York ha promediado un 209% durante estas últimas semanas. Las damas y caballeros de la sala que están pensando en los terroristas urbanos de «Black Lives Matter» y Antifa como responsables de esta ola de violencia, se llevan el premio gordo: sí, ellos son en gran parte responsables también.
Todas las ciudades azotadas por el crimen tienen el mismo patrón: alcaldes y ayuntamientos controlados por demócratas cada vez más socialistas. Trump ha dado la voz de alarma ante este aumento de la violencia desproporcionado. De hecho, la violencia y la muerte están dañando especialmente a jóvenes negros. Los políticos demócratas siguen anteponiendo sus propios intereses políticos a las vidas, la seguridad y la fortuna de sus propios ciudadanos. La gente de Chicago, Nueva York, Detroit, Atlanta, Seattle, etc, merecen algo mejor. Pero, claro, luego van y votan demócrata y esto es lo que cosechan: crimen y violencia. La pescadilla que se muerde la cola.
En comparación, las ciudades lideradas por republicanos conservadores, como Jacksonville y San Diego, por ejemplo, no han tenido aumentos equivalentes en la criminalidad, de acuerdo a las mismas estadísticas. A medida que aumenta la conciencia sobre la magnitud de este problema, es poco probable que estas críticas desaparezcan de la escena nacional. Trump lidera de nuevo a la opinión pública en un tema esencial para la seguridad ciudadana.
Si algún tarado de izquierdas todavía se está preguntando si habrá relación entre los recortes policiales que efectúan los políticos demócratas y la crisis del crimen, le sacaré de su zozobra y le diré que sí. Veamos: de las ocho ciudades con los peores aumentos enumerados anteriormente, los que controlan el cotarro municipal en Minneapolis se han comprometido a abolir el departamento de policía de la ciudad, mientras que Philadelphia y Nueva York ya han recortado dinero para la aplicación de la ley bajo la presión de los activistas izquierdistas. Todos han criticado a los departamentos de policía como si no hubiera más que hacer ni criminales que perseguir.
Si bien, los jefes de policía tanto en Chicago como en Nueva York, entre otras ciudades, han rogado a los líderes de sus ciudades que les otorguen una mayor libertad para lidiar con el aumento del crimen, los capitostes políticos de esas ciudades han tomado el camino políticamente correcto de mantener limitada la vigilancia policial y, en muchos casos, reducir la financiación. Colegas, craso error, que diría el general romano Marco Licinio Craso.
Trump de nuevo acierta al poner el foco en esta crisis y apuntar lo que está sucediendo: en combinación con los ciudadanos de tendencia socialista dispuestos a atacar a los agentes que realizan arrestos, a pocos les puede sorprender que un número récord de policías esté abandonando su línea de trabajo y agotando aún más los recursos disponibles ya recortados. Es sabido y reconocido ampliamente que tener más agentes en la calle reduce la delincuencia de todo tipo, y que lo contrario la aumenta. Lo sabe hasta el tonto del pueblo, menos los demócratas, que hacen méritos cada día para sustituir a éste.
Con la aplicación de la ley en las ciudades demócratas dispersa, restringida y criticada por los izquierdistas vocingleros, los políticos tienen un desafío para establecer el vínculo entre esas políticas de desfinanciación y los resultados en las calles que disparan el crimen (disparan… nunca mejor dicho). Los republicanos que apoya Trump han sabido ver la relación y abordar el problema. Hasta la fecha, ningún político demócrata importante se ha presentado todavía para abordar esta conexión y aportar soluciones. ¿Qué dice el caballero lector? ¿Qué si lo ha hecho Biden? Me temo que tampoco. El ilegítimo e hipócrita asiste a esta crisis del crimen desde la seguridad que le da su demencia senil. O sea, que no se entera de nada o de muy poco.
Cuando Biden pregunta aquello de ¿pero, qué está pasando? Algunos respondemos: señor, se le fue de las manos en cuanto las hordas del Partido Demócrata, del BLM y de Antifa arrasaron y quemaron las ciudades y exigieron desmantelar la policía para crear caos contra Trump. Esa ola de violencia llegó para quedarse y ellos son sus responsables directos, aunque no los únicos. Su crisis de inmigración, las políticas de recortes policiales y de ser blandito contra el crimen como un copito de nieve millennial, le ponen la guinda al pastel.
Por supuesto, cabe mencionar que todas las ciudades en las que quitaron dinero a la policía lo han tenido que volver a poner ante la ola de criminalidad y violencia. Hoy por hoy, por poner un ejemplo simbólico, todo Nueva York está fuera de control, con el crimen en su punto más alto. Los tiroteos aumentaron un 97%, los asesinatos un 45%, una tasa no vista en 40 años, así como las drogas y los criminales aumentando e inundando las calles y avenidas.
Baltimore es otra de las ciudades gobernadas por demócratas y una de las más peligrosas de Estados Unidos. Durante seis años consecutivos murieron más de 300 personas. La América de Biden y de los demócratas está viendo un aumento del crimen espectacular, especialmente de los asesinatos. Y la culpa es de ellos.
Esta crisis no es un tema recurrente para atacarse entre republicanos y demócratas. Los ciudadanos la soportan a diario. Una reciente encuesta de Fox News refleja que el 73% de los estadounidenses cree que el crimen es mayor ahora bajo Joe Biden que bajo el presidente Trump en 2020. Todos los indicadores nacionales importantes están deteriorándose por culpa de las malas políticas de la Administración Biden / Harris.
Trump revertió la injusticia social y mantuvo el crimen a raya con ley y orden, incluyendo una reforma histórica de la justicia penal. Biden lo está echando todo a perder. Los escandalosos ataques contra las fuerzas del orden público de los demócratas de izquierda radical están detrás de esta atroz crisis del crimen. El resultado es que los hospitales, las escuelas, las comunidades y la policía están abrumados y desbordados.
Trump alerta de que esto es ya mucho más que una crisis, se trata de que los demócratas están destruyendo los Estados Unidos.
En poco más de cinco meses, Biden y los demócratas que controlan el gobierno federal, han aumentado la deuda en 2 billones de dólares, han provocado la crisis en la frontera sur, han eliminado la independencia energética y continúan presionando para desfinanciar a la policía. Estos ricos hipócritas progresistas quieren quitarle los fondos a la policía e incautar las armas a los ciudadanos, mientras ellos están protegidos por guardias armados privados en sus lujosas residencias.
Trump es una vez más el muro contra el que chocan los demócratas de izquierda radical. Joe Biden y Kamala Harris quieren aumentar los impuestos, abrir nuestras fronteras, imponer un sistema de salud socialista, abolir los combustibles fósiles, usar los fondos de los contribuyentes para el aborto, desfinanciar a la policía y llenar el Tribunal Supremo de socialistas. Si hay alguien que puede evitarlo, es Trump y los candidatos que está apoyando para el Congreso, las Gobernadurías y las alcaldías.
De nuevo Trump conecta con los ciudadanos en el tema de la policía, la ley y el orden. En una reciente encuesta de Gallup el 59% de los hispanos, el 63% de los asiáticos y el 71% de los blancos también quieren que se mantenga desplegada a la policía. Los demócratas patinan en esto, al igual que en todo lo demás. También el 81% de los afroamericanos desean que se incremente la policía en sus barrios (algo que es normal, conocen de sobra la violencia de los terroristas urbanos de Black Lives Matter (BLM) y no les engañan con sus proclamas para reducir la policía.
Frente a esta locura demócrata, Trump hace un llamamiento para que los estadounidenses responsabilicen a sus líderes municipales e insistan para que los funcionarios locales apoyen, respalden y financien por completo a sus departamentos de policía.
Trump hizo historia al firmar una Orden Ejecutiva que implementaba incentivos económicos para los departamentos de policía que mejoren su formación, comportamiento y sus estándares de calidad en el uso de la fuerza. Se puso en marcha una certificación federal que daba acceso a los fondos si se seguían una serie de buenas prácticas policiales. Las buenas políticas que reduzcan el crimen pueden y deben regresar con la reelección de Trump en 2024. Entretanto, es necesario poner en valor el trabajo policial en condiciones muy adversas, sobre todo en las grandes ciudades gobernadas por izquierdistas demócratas. Recordemos que sólo en 2018 26 policías fueron asesinados. Los medios progres se olvidan de los agentes muertos en acto de servicio cada año, pero te machacan con noticias durante meses si un traficante negro es abatido en una persecución policial. La izquierda progresista hipócrita no hace manifestaciones de apoyo por los policías muertos ni para visibilizar el problema, pero se deshacen en lágrimas si cae un criminal. Su retórica anti policial está también en la base de esos crímenes.
Trump lo expresó muy bien: «Los policías americanos se han ganado la gratitud eterna de nuestra nación. En momentos de peligro y desesperación, ellos son la razón por la que nunca perdemos la esperanza – porque hay hombres y mujeres en uniforme que se enfrentan al mal y están de pie por todo lo que es bueno y justo y decente y correcto”
La verdad es que el crimen se puede controlar. A lo largo de la historia de los Estados Unidos, la tasa de criminalidad ha subido y bajado; la variable más importante siempre ha sido y es la eficacia de la policía. Sólo se necesita voluntad política para empoderar a la policía. Y el único que tiene esta voluntad es Donald Trump.
La historia reciente lo evidencia: gracias a las políticas firmes y los nombramientos de Ronald Reagan, como el Fiscal General Ed Meese, el aumento de la delincuencia se desaceleró en la década de los 80 y luego comenzó a disminuir en la década de 1990, cuando se afianzaron mejores técnicas policiales. Biden haría bien en recuperar su mejor versión de sí mismo, lejos de la izquierda radical, como cuando en 1994 su proyecto de ley contra el crimen recibió un amplio apoyo bipartidista, fue promulgado por el demócrata Bill Clinton y tuvo un gran éxito. Hoy está en las antípodas de sí mismo, entregado a una Camarilla socialista que lo maneja porque ya se entera de muy poco.
En resumen, la realidad es que el crimen violento está aumentando bajo Biden. Los homicidios en las ciudades aumentaron entre un 25% y un 40% en 2020, el mayor aumento en un año desde 1960. Y 2021 va a peor. Esta es una crisis demócrata y del proyecto de izquierda. Trump está del lado correcto de la historia al apoyar a la policía y la ley y el orden. Una vez más, Trump tiene razón.