Fin de la novela
Dejémonos de clichés tontos y estereotipos repetidos hasta saciedad. Todas las profesiones arrastran un buen número de éstos, pero la de escritor se lleva la palma. Uno de esos clichés es el de la depresión que aqueja al escritor tras poner punto final a la novela en la que ha estado trabajando. ¿Verdad o mentira? Sin duda, cada caso es diferente, pero me atrevo a decir que son muchos los escritores que, como yo, no nos vemos perjudicados por estas depresiones ni nada que se le acerque.
En mi caso, cuando pongo el punto y final a una novela, me siento bien, liberado, satisfecho y preparado para afrontar la siguiente novela lleno de energía y entusiasmo. No sé a cuento de qué se producen esas depresiones post-fin novelas que algunos parecen sufrir como las hemorroides (en silencio) o como el eterno pesimista (quejándose a todas horas y a todo el mundo). Para mí terminar una novela es una fiesta, es el fin de un largo proceso de trabajo que te llena de alegría. No sólo porque terminas la novela que te ha ocupado años, sino porque puedes empezar una nueva novela y trabajar en otro proyecto con ilusiones renovadas.
Algunos escritores parece ser que sienten un gran vacío cuando terminan una novela, como si aquello fuese una tragedia griega. Desde luego, no es mi caso, que lo celebro por todo lo alto antes de meterme de lleno en la siguiente novela que tenga en mente o entre manos. Creo que una de las razones para ahuyentar ese tipo de depresiones post-fin novela es mantenerse activo en todo momento y ocupado en un nuevo proyecto, sin dejar espacio a la vaguería, la pereza, la depresión y la tontería, que parece que se adueña de algunos en esos momentos.
Mi receta es clara: trabajar en una nueva novela inmediatamente evita todo mal, vacíos mentales y depresiones.
El mejor estímulo para un escritor cuando finaliza una novela, es un nuevo proyecto en el que embarcarse con esperanza y todo por hacer. De ese modo cada fin de novela se convierte en el inicio de otra nueva novela. Todo termina para que todo vuelva a empezar. Un círculo perfecto.