Hábitos para conservar la vida silvestre
Los discursos, los gestos y los deseos de buena voluntad están muy bien, pero las acciones que logran cambios positivos y ayudan a conservar la vida silvestre, están mucho mejor y son más necesarios.
Todos podemos contribuir a salvar la vida silvestre con pequeñas y grandes acciones personales y comunitarias. En el mundo ya somos más de 7.000 millones de personas, y el número sigue en aumento. Si logramos concienciar a una mayoría de la necesidad de proteger el medio ambiente de forma real, comprometiéndonos a hacer algo para ello, sin importar el qué, lograríamos una movilización que implicaría cambios sustanciales en el rumbo de la Tierra y en la conservación de la fauna y los ecosistemas. Toda acción, por pequeña que sea, tiene un alcance importante si trabajamos juntos a nivel global.
Algunas de las acciones que se dejan notar y marcan la diferencia bien pueden ser estas:
1. Adoptar animales o lugares de especial valor ecológico. Existe una opción para cada uno. Las adopciones simbólicas, a través de distintas organizaciones, ayudan a financiar éstas y numerosos programas de conservación natural.
2. Hacerse voluntario. Quizá no tenga mucho dinero, pero el tiempo también es valioso y se puede donar. Muchas organizaciones, ONGs y zoológicos tienen programas de voluntariado para realizar un sinfín de actividades: limpiar las playas, rescatar animales salvajes, enseñar a los turistas, limpiar montes, etc.
3. Visitas a zoológicos, acuarios, parques nacionales y refugios de fauna silvestre. Con una visita a estos lugares se puede aprender mucho más sobre las especies de nuestro planeta, escuchando a verdaderos expertos en la materia. Siempre es interesante conocer de cerca a los animales salvajes que comparten la Tierra con nosotros.
4. Donar. Cuando se visitan zoológicos y reservas naturales, es recomendable pagar el precio de la entrada y otros servicios. Las donaciones económicas ayudan a mantener estas áreas de conservación. No sea tacaño y no escatime. Es por una buena causa.
5. Compartir sus opiniones y la pasión por la conservación de la fauna silvestre con familiares y amigos. Es útil enseñarles a los demás cómo pueden ayudar, pedir a otros que se comprometan a hacer lo posible por acabar con el tráfico de la fauna silvestre y proteger nuestro medio ambiente, empezando por lo más cercano: parques y naturaleza que rodea las ciudades.
6. Comprar con responsabilidad. Al no comprar productos fabricados con partes de animales en vías de extinción puedes lograr que el tráfico de la fauna silvestre deje de ser un negocio que genere beneficios. Conciencia a tu entorno social y laboral sobre este tema, de una gravedad enorme. Compra con inteligencia para no dañar la naturaleza.
7. Impide que la basura prolifere, sobre todo en lugares naturales. La basura es dañina. Las cabezas de las aves y de otros animales pueden quedar atascadas en las anillas de plástico, bolsas, etc. Los peces se pueden enredar en las redes. La basura contamina los recursos naturales de todos y termina afectando a los seres humanos. Se puede ayudar mucho tirando la basura en los lugares destinados a ello y limpiando de restos los ecosistemas en los que nos hallemos.
8. Reciclar. Se pueden encontrar nuevas maneras de usar las cosas que se tienen. Si no puedes reutilizar esos materiales, recíclalos. Contribuye a la cultura del reciclaje con buenos hábitos. No seas un dejado ni una cochina. Haz algo útil por el medio ambiente. Está en tu mano.
Por ejemplo, se puede reciclar en el tema de botellas de plástico, vidrio, cartones, teléfonos móviles, ordenadores, etc.
9. Restaurar. La destrucción de su hábitat es la principal amenaza para el 85 por ciento de especies amenazadas y en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se puede ayudar a reducir esta amenaza plantando árboles en esos hábitats, restaurando pantanos o limpiando las playas de la zona donde se vive. Toda restauración es positiva y merece el esfuerzo económico, de tiempo y trabajo que precisa.
10. Participar, unirse. Si defiende la protección de los hábitats naturales y la conservación de la fauna silvestre, busque una organización dedicada a ese trabajo y colabore. Es recomendable hacerse miembro de esa entidad. Participe de forma activa, infórmese y apoye a la organización que haya elegido.
Cada acción es importante y cuenta. No se quede parado, no sea panoli, muévase y haga algo. La naturaleza espera y necesita nuestra ayuda.