Los mejores acuerdos de Trump
El presidente Trump es un maestro de la negociación y ha hecho de la negociación de los acuerdos nacionales e internacionales una de sus prioridades desde que ocupa el Despacho Oval. America First no es sólo un eslogan poderoso, es la piedra angular de esa estrategia que el presidente sigue a rajatabla.
Trump busca siempre el mejor acuerdo posible para los ciudadanos y para el país. Lo ha demostrado de sobra al renegociar el tratado comercial con México y Canadá; el acuerdo de desnuclearización con Corea del Norte; la ley para abaratar los medicamentos de Medicare; y la salida del tratado con Irán, el tratado de armas nucleares INF con Rusia, el acuerdo de cambio Climático de París; y la renegociación de las condiciones de los miembros socios de la OTAN.
En la mente de Trump hay un objetivo siempre presente: lograr el mejor trato (best agreement) para Estados Unidos. Si el presidente Franklin Roosevelt tuvo su «New Deal», Harry Truman su «Fair Deal» y Ronald Reagan su «Reaganomics», las tres basadas en ideas filosóficas sobre la política doméstica y económica del país, Trump ha acuñado su “America First” y “Best Agreement” como sello de su presidencia. El presidente republicano no da un paso equivocado y el empleo creado y el crecimiento económico son la prueba real del éxito de esta estrategia.
Trump es experto en localizar buenos y malos negocios a todos los niveles. Cuando un tratado no se ajusta a la definición de un buen acuerdo para Estados Unidos, lo fulmina inmediatamente y lo reemplaza por otro nuevo y mejor. Trump no duda a la hora de aparcar desastrosos acuerdos, como el de Irán o el transpacífico de cooperación económica, para colocar los intereses del país en primer lugar y plantear mejores condiciones.
Los aranceles son otra de las características de su estrategia y política comercial, ya sea mediante su imposición sin contemplaciones y sin retóricas económicas, o mediante su uso como arma de negociación. El resultado ha sido 100% éxito. Y los resultados positivos es lo que Trump busca siempre. En el pasado, como empresario para sus empresas y negocios, y en la actualidad como presidente para el país y los estadounidenses.
Los medios progresistas y los demócratas se llevan las manos a la cabeza ante la política de Trump, a quien no tiembla la mano en acabar con acuerdos que llevan años atando el potencial de Estados Unidos. Algunos incluso se preguntan si el presidente tiene el poder constitucional para retirarse de los acuerdos internacionales. Es evidente que sí. Y Trump está sentando un importante precedente para mejorar cualquier acuerdo en el futuro. Porque de eso se trata, no de cambiar por cambiar. Trump está logrando mejores acuerdos y mejores tratos comerciales y militares. Por supuesto, en algunos todavía queda mucho por trabajar, como en los acuerdos con Rusia sobre desarme, y con China sobre comercio. Pero ya ha sentado las bases: ha derribado los tratados obsoletos y abierto las puertas a la negociación y a mejores acuerdos que beneficien a los Estados Unidos y a sus ciudadanos.
Un avance histórico en sí mismo. Y es sólo el comienzo.