El plan de Trump para garantizar la libertad de expresión
Vivimos en una época de noticias falsas, manipulación informativa, censura de izquierda y opresión ideológica contra los conservadores. Nadie como Donald Trump ha expuesto esta situación, que ya viene de lejos y se ha incrementado en los últimos años. Nunca en la historia de Estados Unidos nuestro derecho a la libertad de expresión ha estado bajo un ataque tan enorme y amenazado de una magnitud impensable hace unas décadas.
Veamos el panorama actual: el Partido Demócrata y la Casa Blanca de Joe Biden presionaron a las empresas de redes sociales y a la mayoría de los medios de comunicación y prensa para que censuraran cualquier información favorable a los conservadores y, sobre todo, a Trump, y a aquellos ciudadanos que se atreven a publicar o compartir información verdadera, pero inconveniente y reveladora, sobre la política del gobierno y de los demócratas en general. Recientemente, los archivos desclasificados de Twitter y las audiencias celebradas en el Congreso federal han expuesto la coordinación entre el Departamento de Seguridad Nacional, el Partido Demócrata y la campaña de Biden con Twitter, Facebook y otros medios para censurar la libertad de expresión legalmente protegida por la Constitución en un intento descarado de beneficiar a Biden y a los demócratas. Sirvan como ejemplo algunos episodios: el FBI de Joe Biden pagó a Twitter 3.500.000 dólares en fondos de los contribuyentes para enviar solicitudes de censura de información relacionadas con el escándalo del ordenador portátil de Hunter Biden, que contiene detalles de los turbios negocios de la familia Biden con Ucrania y China. Joe Biden revocó una orden de Trump de 2020 que habría permitido a las autoridades federales responsabilizar a las plataformas en línea y redes sociales por modificar o infringir el discurso legítimo de cualquier usuario. Biden propuso una enmienda al Título IX que reduciría el umbral de lo que constituye «acoso», que se extendería más allá del entorno escolar a los comentarios personales en las redes sociales.
La tiranía informativa, que en algunos casos entra de lleno en terrorismo informativo por su nivel de mentiras y manipulación interesada, justifica y de qué manera la afirmación de Trump al decir que si no tenemos libertad de expresión en Estados Unidos, ya no seremos un país libre. Es duro admitirlo, pero es así. La censura socialista y la corrección política que imponen los medios de la mano del Partido Demócrata y de la Administración Biden, ha empujado a este país a una situación crítica.
Donald Trump firmó una orden ejecutiva en su momento para tomar medidas enérgicas contra la censura por parte de las empresas de redes sociales. Después de ser eliminado de las plataformas mayoritarias, Trump demandó a las grandes empresas tecnológicas por violar no sólo su derecho de la Primera Enmienda, sino también los derechos de todos los estadounidenses censurados en línea. Trump firmó también una orden ejecutiva que promovía la libertad en los campus universitarios al vincular los fondos federales de investigación a las instituciones que acordaron promover la consulta libre.
Ahora, Trump ha lanzado su nuevo plan, de cara a su segundo mandato presidencial, para acabar con el régimen de censura de izquierda y reclamar el derecho a la libertad de expresión para todos los estadounidenses. Este plan es necesario e imprescindible si queremos conservar un país auténticamente libre e incluye las siguientes medidas:
Prohibir que las agencias federales se confabulen y coordinen para censurar a los ciudadanos estadounidenses.
Prohibir que se use el dinero de los contribuyentes para etiquetar el discurso como «falso» o «desinformación».
Despedir a todos los burócratas federales que se hayan involucrado en la censura interna directa o indirectamente.
Detener la financiación federal de todos los programas académicos y sin fines de lucro involucrados en la censura.
Suspender la ayuda con dólares federales a cualquier universidad que se haya involucrado en actividades de apoyo a la censura.
Ordenar al Departamento de Justicia que investigue a todas las partes involucradas en el régimen de censura en línea y procese todos y cada uno de los delitos identificados.
Revisar la Sección 230 para reducir drásticamente el poder de las grandes plataformas tecnológicas para restringir el discurso legal de los ciudadanos.
Promulgar sanciones penales para los burócratas federales que se asocien con entidades privadas para violar sus derechos constitucionales.
Imponer un período de reflexión de 7 años antes de que los ex funcionarios de inteligencia y seguridad nacional puedan trabajar en las plataformas de las Big Tech.
Enviar cartas a la Administración de Biden y a las empresas tecnológicas de inmediato reclamando que se respeten los derechos constitucionales.
Aprobar una Declaración de Derechos Digitales.
Este plan contempla potenciar también una mayor pluralidad informativa en la prensa y los medios de comunicación con información real y no manipulada.
Donald Trump vuelve a convertirse en el gran defensor y garante de la libertad de expresión, información y los derechos civiles mientras el Departamento de Justicia de Biden está librando una guerra contra la misma de forma descarada. Su propuesta electoral pretende destruir el régimen de censura que han impuesto los socialistas
A día de hoy, la Administración Biden tiene personas dedicadas a la desinformación y la censura mientras que Trump se preocupa por la declaración de derechos digitales y la libertad de expresión. Usted decide de qué parte quiere estar. La parte correcta es evidente. Un segundo mandato presidencial de Trump será el indicio más evidente de que el régimen de censura y tiranía de los demócratas acabará por fin.
El próximo presidente de los Estados Unidos tendrá el deber cívico de perseguir este régimen de censura de izquierda y exponer y detener a quienes lo financian y sostienen; y deberá hacerlo sin pérdida de tiempo porque si no destruimos la censura, la censura destruirá los Estados Unidos. Lo que estamos presenciando ahora es un ataque a gran escala contra la libertad de expresión e información en Estados Unidos, un país que ha sido libre durante casi 250 años, y esto está ocurriendo bajo el gobierno de Biden y sus políticas, que nada tienen que envidiar a las nazis y comunistas en este tema. La Administración Biden no cree que la amenaza para Estados Unidos sean los cárteles de la droga, la inmigración ilegal descontrolada, las amenazas extranjeras, o el debacle de la economía nacional que ha provocado, sino los propios ciudadanos estadounidenses que se expresan libremente para contar la verdad. Se trata de una tiranía en aumento y es necesario denunciarlo y tomar medidas.
Trump se coloca una vez más en el lado correcto de la Historia al defender y preservar la Primera Enmienda de la Constitución, que fue diseñada precisamente para que el gobierno no pudiera censurar puntos de vista opuestos e información.