Luz al final del túnel
La crisis del coronavirus todavía nos acompañará durante algunas semanas hasta erradicar las consecuencias sanitarias y económicas de esta dura etapa. Lo positivo es que empezamos a ver una luz al final del túnel, tal y como ha expresado con acierto el presidente Trump.
Las medidas de emergencia adoptadas por la Administración, en coordinación con los Estados, han permitido ver progresos en muy poco tiempo. Estas dos próximas semanas serán duras, en términos de expansión del coronavirus y muertes, pero significa que ya estamos en el punto álgido y que pronto la situación empezará a cambiar y mejorar. Una situación que concentra lo peor en las grandes ciudades, como Nueva York, Chicago, Los Ángeles y Nueva Orleans.
La dimensión humana del presidente Trump se ha hecho más visible en estos días, al retratar con realismo el difícil escenario al que nos enfrentamos, pero sin perder en ningún momento la visión optimista y esperanzadora, que ha brindado consuelo y confianza al pueblo estadounidense. Los llamamientos a rezar por los familiares de las víctimas, pidiendo a Dios consuelo para ellos, y fe para resistir ante esta crisis, han sido aliento para millones de personas y palabras de unidad en momentos muy difíciles.
Algunos medios no entienden la popularidad de Trump y su alta aprobación de la gestión de esta crisis, porque no entienden que el presidente ha conectado una vez más con el sentir del pueblo estadounidense, no sólo en lo acertado del centenar de medidas que ha adoptado con celeridad para afrontar esta situación de emergencia nacional, sino en el aspecto humano y emocional.
El presidente se ha convertido con su presencia diaria ante las cámaras de televisión, dando cuenta de su gestión y respondiendo a las preguntas de los periodistas, en una roca firme a la que se han agarrado los ciudadanos. Trump no ha flaqueado, ni mentido ni ocultado, se ha ganado el respeto de la gente con una actitud transparente y honesta, valiente, apoyando a los ciudadanos y las empresas en todo momento con ayudas sanitarias, económicas y fiscales, pero también de apoyo psicológico con palabras acertadas, bromas y una actitud optimista y vital. Tal vez algunos no compartan su ideología o enfoque de muchas cosas, pero aprueban la gestión del presidente en esta crisis porque va de frente y está al lado del pueblo estadounidense al cien por cien.
Trump tiene un don especial para superar los momentos difíciles, como ya ha demostrado antes, y lo ha vuelto a conseguir en la que es una de las emergencias más importantes en muchos años. En estos días de Semana Santa, el presidente ha acertado al apoyarse en Dios y en la oración para apelar a la resistencia de la gente y sobreponerse a esta pandemia.
Trump ha volcado todo el potencial de Estados Unidos para superar la crisis sanitaria y poner al país en marcha en lo económico en cuanto se reabra para los negocios y el trabajo. También ha engrandecido su papel humano al ponerse al lado del ciudadano con humildad y sin falsos histerismos, con realismo y esperanza a partes iguales.
No es fácil liderar esta nación en momentos de crisis, pero Trump está calificando con nota alta, y no sólo para las elecciones de noviembre, sino para la historia de Estados Unidos. Trump está a la altura de las circunstancias y de lo que se espera de un presidente estadounidense en una situación crítica.