El establishment de la Inteligencia contra Trump
Algunos de los aliados más poderosos e influyentes del Partido Demócrata están en el establishment de la comunidad de Inteligencia estadounidense. Esto es un hecho incuestionable. Utilizaron estos contactos para atacar a Donald Trump en 2016 y en 2020, y lo están volviendo a hacer ahora en 2024. Joe Biden y la Camarilla que lo maneja en la sombra están utilizando de nuevo a las agencias federales para tratar de amañar las elecciones presidenciales. Aquí se debe hacer un inciso importante. No todos los trabajadores en esas agencias (CIA, FBI, NSA, DIA, etc) están implicados en esta operación para perjudicar y arrojar sospechas y falsas acusaciones contra Trump. Hay empleados excepcionales, patriotas íntegros que no participan de esos chanchullos demócratas y que son un ejemplo de profesionalidad, pero igualmente es cierto que muchos dirigentes que pertenecen al establishment desde hace décadas y otros advenedizos de años recientes, están metidos hasta las orejas en cuantas operaciones se ponen en marcha para descabalgar a Trump y que no gane en noviembre.
Este auténtico circo corrupto es lo que los demócratas llaman “democracia” y defienden con ahínco porque se juegan su supervivencia e influencias en la vida política estadounidense. Que no nos extrañe ver cómo ese establishment arropa a Biden y a los demócratas y colabora activamente con los medios y la prensa aliada para proyectar noticias falsas y manipuladas en torno a Trump, perspectivas de caos si llega a ganar la presidencia y mentiras descaradas para influir en las elecciones y en los ciudadanos. Por no hablar de que una parte de ese establishment ve con buenos ojos la eliminación de Trump de la escena política a cualquier precio. Todos sabemos lo que eso significa y lo que les gustaría hacer para que el candidato republicano desaparezca de la competición electoral. El intento demócrata de quitar la protección del Servicio Secreto a Trump es indicativo de que trabajan activamente en ese sentido.
Hace unos años, averiguamos y supimos de manera certera y concluyente que el FBI y una docena de agencias federales de inteligencia trabajaron en secreto contra la campaña presidencial de Donald Trump bajo los auspicios de Barack Obama, Hillary Clinton y el establishment de Inteligencia. Recientemente, nuevas pruebas confirman que dirigentes de la CIA, encabezados por el ex director John Brennan, prepararon todo el engaño del Rusiagate para perjudicar a Trump. Identificaron a 26 colaboradores, además de Trump, que serían los objetivos a espiar. Los detalles de toda esta operación secreta aprobada por la Administración Obama y con el conocimiento de la campaña de Hillary Clinton, se archivaron en un dossier secreto. El FBI allanó la residencia de Trump en Mar-a-Lago para encontrar ese dossier confidencial, que contiene evidencia de la conducta ilegal del gobierno de Obama. No lo encontraron porque Trump va siempre varios pasos por delante gracias a su propio equipo de inteligencia.
Trump denunció todo esto en la prensa y los medios en su momento, pero fue ignorado rotundamente y tratado como un conspiranoico. Años después, las evidencias le han dado la razón y ha quedado reivindicado. Hoy ya sabemos con certeza que lo espiaron y trabajaron para culparlo de conexiones inexistentes con los rusos, entre otras falsedades que se difundieron y que aún hoy algunos ignorantes y manipuladores siguen tomando como ciertas pese a que están sobadamente desacreditadas. También sabemos que altos dirigentes de la Agencia ocultaron información sensible a Trump durante su mandato con la clara intención de perjudicarlo y sabotear su presidencia, tal y como ha confirmado el director del programa de ciber operaciones de la CIA Amjad Anton Fseisi.
Todo lo que denunció Trump era cierto. Las agencias federales lo espiaron y filtraron mentiras descaradas a los medios, que las utilizaron contra Trump sin el menor sonrojo y sin disculparse después por haber mentido. Algunos empleados de estas agencias, adoctrinados por los demócratas, inventaron historias falsas sobre Trump a instancias de ese establishment corrupto. Por supuesto, intentaron aplastar a Trump por completo en 2016 y durante el transcurso de su presidencia. Luego hicieron lo mismo en 2020 durante las elecciones presidenciales, lo han hecho estos años bajo Biden y todavía lo hacen. Hay que ser claro con esto: ese establishment que teme perder el control está intentando que lo condenen a toda costa, aunque sea fabricando historias y pruebas falsas. Quieren hundirlo en el tribunal de la opinión pública y tienen más planes de aquí a noviembre si esto no les sale bien. Planes que dan miedo.
El resumen no puede ser más evidente: lo que tenemos es lo que estamos viendo ahora. Por tercera vez en tres ciclos consecutivos, el establishment que controla las agencias federales está intentando manipular de nuevo la elección presidencial de 2024. Y lo hacen con el visto bueno de la Administración Biden y del Partido Demócrata.
Esto es lo opuesto a la democracia y a la República constitucional que era ejemplo para el mundo y que la izquierda estadounidense está triturando. De hecho, bien podría ser el fin de nuestra república constitucional si Trump es objeto de otro fraude electoral. Si hay una fuerza de inteligencia y policía secreta que amenazan a la gente, la espía, inventa historias falsas, manipula y maneja, en secreto, las palancas del poder político y son capaces de hundir a Trump y a cualquiera que se les pone delante, entonces no hay una democracia. En realidad, como ciudadanos y votantes, no se tiene control sobre nada y se vive de hecho bajo una tiranía corrupta gestionada por unos cuantos que nadie ha elegido y que están amarrados al poder. Esto es lo que nos jugamos, en última instancia, en noviembre. Es Trump o entregar el poder a los tiranos que no quieren escuchar la voz del pueblo y sólo desean imponer su agenda desquiciada.