Despliegue militar estadounidense en Europa
El envío de tropas, armas, tanques y aviones a los países del este de Europa, es una de las noticias más destacadas y que más impacto tendrá en el equilibrio geoestratégico y del mapa militar global. El contingente estadounidense forma parte de una nueva fuerza de reacción rápida de la NATO (OTAN), que tendrá como objetivo proteger Europa de los ataque y agresiones de Rusia, de Daesh (Estado Islámico) y de otras organizaciones violentas.
La fuerza norteamericana incluirá unidades de inteligencia, vigilancia, comandos de operaciones especiales, unidades de logística, aviones de transporte y diversas armas de apoyo que podrían incluir bombarderos, aviones caza y misiles instalados en barcos.
Quedan por decidir aún el número de efectivos militares y los destinos donde se realizará el despliegue estadounidense. Estados Unidos mantiene actualmente alrededor de 65.000 militares desplegados en Europa, por lo que algunos de los efectivos podrían reubicarse de estas fuerzas ya desplegadas. El plan de contingencia que se está preparando contempla la posibilidad de incrementar esas fuerzas de despliegue de emergencia hasta 5.000 hombres y el armamento en momentos de crisis en una ventana de respuesta que alcanzaría las 48-72 horas.
Este contingente se unirá a otro que prevé despachar el Pentágono, y que integrará tanques, vehículos Humvees y equipo militar para una brigada que se desplegaría en Europa oriental, posiblemente en Polonia.
Todos estos planes buscan un objetivo común: disuadir a Rusia de atacar países europeos, como ya ha hecho en Ucrania, y eventualmente poder responder a algunas de esas posibles agresiones rusas.
Es la primera vez que se producirá un despliegue militar estadounidense de gran envergadura en lo que antes fueron repúblicas de la Unión Soviética, y responde al espíritu agresivo y de expansión que le ha entrado al régimen ruso en estos últimos años, en gran parte debido a la inacción del presidente Obama hasta ahora.
El plan previsto incluye el envío de tanques, vehículos de infantería y armamento pesado suficiente para equipar a una brigada de entre tres mil y cinco mil efectivos. El material quedaría distribuido entre los miembros de la OTAN que pertenecieron al Pacto de Varsovia: los tres países bálticos (Lituania, Estonia y Letonia), así como Polonia, Rumanía, Bulgaria y posiblemente Hungría. Países todos ellos que han llamado a reforzar sus defensas ante la presión que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está realizando sobre el este de Ucrania, y lo que podría tener en mente para seguir ganando influencia directa sobre otras partes que fueron territorio de la URSS, como es el caso de las repúblicas bálticas, que tienen frontera con Rusia.
La guerra abierta que se está desatando en Ucrania ha alertado a la Casa Blanca por fin, tras recibir sucesivos informes de inteligencia de lo que se prepara por allí. Estos nuevos planes del Pentágono llegan tarde, pero ya se sabe que más vale tarde que nunca. Ahora ya sólo falta que se preste atención a las alertas sobre Daesh (lo que la población civil conoce como Estados Islámico) para hacer otro tanto en Irak, Siria, Libia, Somalia y norte de África.
Los responsables políticos norteamericanos empiezan a darse cuenta de que para poder reaccionar sobre el terreno cuando se necesita, hay que disponer de armamento, hombres, equipos y municiones con el suficiente tiempo de antelación a cualquier plan de respuesta militar. Bien. Esto es un avance importante para una Administración demócrata a la que le cuesta entender este tipo de cosas. Por decirlo suavemente.
Posicionarnos en los territorios donde sabemos que se van a producir las próximas emergencias, es de todo recomendable y facilitará una contraofensiva militar estadounidense cuando llegue el caso.
El envío de material de guerra y la mejora de infraestructuras ferroviarias, carreteras, silos para guardar tanques y armas, es indispensable si queremos que Estados Unidos sea tomado en serio a nivel internacional cuando se enfrenta a seres como los que campan por Rusia, Irak o Siria.
La historia nos demuestra que los despliegues militares norteamericanos son disuasivos y eficaces. Y hoy, además, son más necesarios que nunca dado el panorama internacional.
De modo que despliegue militar en los países del este de Europa, sí, pero no es el único que hace falta. Está pendiente otro despliegue para enfrentar a Daesh (Estado Islámico). Y ese ya está tardando.