Al Qaeda: Jaque mate
La estrategia que Estados Unidos viene implementando desde hace tiempo para eliminar a Al Qaeda, defendida desde el principio por numerosos especialistas militares y de Inteligencia, se ha enfocado en los tres últimos años en la eliminación de sus principales líderes, algo que ha conseguido con un éxito más que sobresaliente. Ahora, tras la muerte de Osama bin Laden, esta estrategia persigue la eliminación de unos 20 líderes terroristas adicionales, cuya desaparición pondrá a la red terrorista al borde de una derrota definitiva.
Por esta razón, el Pentágono y la CIA están incrementando las operaciones para cazar a estos líderes destacados de Al Qaeda, con especial énfasis a los que se ocultan en Pakistán, Afganistán, Yemen, Irak y Somalia, aunque no únicamente. Son estas operaciones especiales, conjuntas entre fuerzas especiales y agentes de Inteligencia, algunas de las cuales se han desarrollado en las últimas semanas y que aún proseguirán próximamente, las que están derrotando a la red terrorista y descabezando sus células. La clave de la estrategia es mantener la presión e intensificar estas operaciones, ya que tenemos la victoria al alcance de la mano y la oportunidad de desactivar a Al Qaeda como una amenaza elevada para este país.
La estrategia denominada “decapitación”, cuyo objetivo es la eliminación o captura de los principales líderes terroristas, está rindiendo unos resultados extraordinarios justo en los momentos más oportunos y ha causado daños reales y definitivos a Al Qaeda, rompiendo su estrategia de ataque de una forma significativa y sustancial. Esto quiere decir en pocas palabras que la perspectiva real de una derrota estratégica de la red terrorista y su desmantelamiento logístico, es una realidad y un objetivo en vías de cumplirse.
En suma, casi diez años después del ataque del 11/S, que se conmemora este mes de septiembre, Estados Unidos está muy próximo a derrotar a Al Qaeda y pasar página de la guerra contra el terrorismo a una nueva fase con un escenario diferente, no exento de riesgos, pero definitivamente distinto al que hemos combatido hasta ahora.