La izquierda en el establishment editorial y la prensa cultural
El dominio ideológico de la izquierda en el sector editorial, literario y la prensa cultural en España es mayoritario, y la causa principal de que haya un sesgo evidente en todas las tramas de las novelas, en el tipo de libros que se recomiendan y se promocionan, y en los autores que son apoyados con dinero, medios, publicidad, eventos y ayudas de todo tipo.
Apenas hay diversidad porque el establishment editorial y de la prensa cultural está en manos de un puñado de personas ideológicamente de izquierdas, muy sectarios, que marginan o discriminan abiertamente a todo lo que no huela, suene o parezca feminista, gay, políticamente correcto en la línea progresista (que es lo más retrógrado del mundo porque sólo promociona lo suyo, aunque sea pura basura, y un mundo sin valores cristianos).
Este puñado de personas está formado en una gran mayoría por mujeres, y algunos hombres, que controlan los resortes del mundo editorial y de la prensa cultural, los cuales ejercen un control absoluto sobre lo que llega a los lectores, lo que se promociona masivamente y lo que se premia o se aplaude, haya o no calidad y méritos para ello.
Es vergonzosa la forma en que este establishment editorial / prensa cultural maneja los resortes del sector en España (en Estados Unidos también, pero menos), ensalzando a unas autoras (por supuesto, casi siempre autoras, salvo que ellos admitan de buena gana los imperativos ideológicos de izquierdas al uso), y denigran a los demás o los impiden llegar a los grandes medios para que la gente no los conozca nunca.
Todavía muchos lectores compran lo que publica este establishment editorial y lo que aplaude la prensa cultural. Internet ha revolucionado el sistema y lo ha abierto, dando luz a autores de gran calidad. Pero también aquí encontramos obstáculos y peligros. El establishment editorial ha metido sus tentáculos y manazas progresistas en internet y se ha aliado con blogueras literarias que les siguen el juego para promocionar sólo un determinado tipo de literatura y autores. Ha comprado a blogueros y youtuberos, sobre todo a los que ha publicado libros que jamás hubieran visto la luz de otra manera, para lograr presencia e influencia en sus plataformas en internet.
Lo que era un fenómeno natural de comunicación espontáneo de lectores, se pervierte así y cae en manos de un establishment que los utiliza para sus propios fines.
La prensa cultural en España, salvo muy pocas excepciones, está controlada por personas de izquierdas que denuestan abiertamente todo aquello que no encaje con su modelo ideológico, y que no informan de nada más que sus “libros” y “autores”, sus “editoriales” y sus “amiguitos” y «amiguitas». Una dictadura informativa camuflada de buen rollismo y colegueo. Todo falsedad y pura apariencia. Un pasteleo entre cuatro que da náuseas.
Es una prensa cultural manipulada hasta el vómito que se extiende desde la televisión, la radio, la prensa escrita e internet. Los lazos entre el establishment editorial y de la prensa cultural, con la intervención de algunas agentes literarias que engrasan este sistema podrido y corrupto, es fluido y permite que novelas que son auténticos truños se adapten al cine, la televisión o tengan presencia en librerías a mansalva para meter esos títulos por los ojos. Las críticas de la prensa cultural, igualmente vendida a esos intereses editoriales, provocan sonrojo ajeno. Si le echas mucho valor y lees algo de lo que promocionan, te puede dar un mareo como poco al ver el nivel de aquello y la forma sibilina en que meten ciertas ideas en la mente de los lectores confiados.
Por fortuna quedan algunos buenos especialistas en prensa cultural y alguna editorial que hace un trabajo digno de vez en cuando. Cada vez menos, esa es la verdad.
Lo último de moda en esta alianza de amiguitos progres entre el establishment editorial y la prensa cultural, son los lanzamientos a bombo y platillo de autores súper ventas en internet que son explotados, que no ven apenas beneficio de lo que producen y son abandonados por una nueva estrella emergente que ellos se encargan de poner en el foco de la atención pública. Muchos de estos autores ya han contado sus tristes historias de explotación.
Hay que atreverse a hablar públicamente de esta corrupción editorial y de la prensa cultural, aunque se tenga éxito y te vaya muy bien. Para mejorar las cosas, para cambiarlas y hacerlas mejor, y por los escritores que vienen detrás. Porque no es nada justo ni sano que un puñado de personas tan sectarias, ideológicamente estúpidas, culturalmente ignorantes, y manipuladoras a mogollón controlen la cultura en España.