La Ley de comercio recíproco de Trump
En la agenda de Donald Trump de cara a su segundo mandato presidencial es prioritaria su “Ley de Comercio Recíproco” para consolidar un comercio justo. Mediante esta ley, Trump devolverá empleos y riqueza a los Estados Unidos y lanzará un nuevo auge económico que impulsará a la clase media y eliminará la dependencia de China y de otros países.
De acuerdo a la Ley de Comercio Recíproco, otros países tendrán dos opciones en sus relaciones comerciales con Estados Unidos: o bien eliminarán los aranceles que nos imponen o deberán pagar miles de millones de dólares en aranceles que impondrá Trump. De esta manera, si India, China, Alemania o cualquier otro país imponen un arancel sobre los productos fabricados en Estados Unidos, les aplicaremos exactamente el mismo arancel de vuelta a sus productos.
El plan de Trump en materia comercial contempla como una de sus principales prioridades económicas, detener el flujo de empleos estadounidenses hacia el extranjero. Para ello se basará en la legislación histórica, que expresa que si algún país extranjero impone un arancel a los productos fabricados en Estados Unidos que es más alto que el arancel impuesto por los Estados Unidos, el presidente tendrá la autoridad para imponer un arancel recíproco a los productos de ese país. Con el fin de garantizar la equidad, la ley facultará a Trump para negociar la reducción de aranceles sobre productos extranjeros si los países extranjeros acuerdan reducir sus aranceles sobre productos estadounidenses. La Ley de Comercio Recíproco pondrá en primer plano el concepto de America First y continuará con el éxito comercial de Trump en su primer mandato, que logró reducir el déficit comercial de Estados Unidos, aumentó los salarios y creó más de medio millón de nuevos empleos en la industria.
La legislación que pretende impulsar Trump está apoyada por el 91% de las opiniones de los conservadores y el 75% de las opiniones de los demócratas. Desde ambos sectores sociales se apoya la imposición de aranceles recíprocos a las importaciones extranjeras para proteger a los trabajadores estadounidenses. Se trata de uno de los puntos en común que une a los estadounidenses y que Trump quiere fortalecer. Esta Ley de Comercio Recíproco tiene muchos precedentes en la historia de Estados Unidos, que habitualmente impuso aranceles sobre más del 95% de todas las importaciones, con un arancel promedio de 37% durante el ascenso económico de Estados Unidos entre 1816 y 1947. Durante décadas, el gobierno de Estados Unidos recibió más del 80% de sus ingresos a través de aranceles sobre productos extranjeros, en lugar de impuestos sobre los estadounidenses. Sin embargo, los aranceles que ahora aplica Estados Unidos se encuentran entre los más bajos del mundo, lo que convierte a Estados Unidos en el país con mayor presión de importación. El promedio arancelario actual de China es un 341% más alto que el de Estados Unidos, y el promedio arancelario de la Unión Europea es un 50% más alto que el de Estados Unidos. Además, la tasa arancelaria promedio mundial es más del doble que la de Estados Unidos. Por ejemplo, los productos alimenticios como cereales u otros productos preparatorios tienen un arancel del 32,9 % en India, del 19,5% en China y sólo del 3,1 % en Estados Unidos. India aplica un arancel del 25,3 % al equipo de transporte, mientras que Estados Unidos sólo aplica un 2,9% de aranceles a esos bienes.
Cuando Estados Unidos fijó aranceles bajos para productos extranjeros, los países extranjeros que los venden generalmente no respondieron positivamente, lo que les permitió inundar el mercado estadounidense con productos baratos mientras mantenían aranceles protectores altos en sus propios mercados. Estas políticas comerciales injustas y desequilibradas han perjudicado a las empresas estadounidenses, que no pueden competir contra sus rivales extranjeros protegidos por sus aranceles. El resultado ha sido una disminución de la demanda de producción nacional de Estados Unidos., lo que ha provocado la pérdida de puestos de trabajo en la fabricación y salarios más bajos.
Es evidente que adoptar la agenda comercial America First de Trump representa regresar al sentido común. Las protecciones comerciales recíprocas bajo la Ley de Comercio Recíproco fortalecerán la industria en los Estados Unidos. Igualar las prácticas arancelarias de los rivales extranjeros de Estados Unidos ayudará a proteger los empleos estadounidenses, terminará con la dependencia de competidores extranjeros y generará miles de millones de dólares en ingresos gubernamentales de empresas extranjeras.
Así, mientras que Trump planea gravar a los rivales extranjeros e igualar el campo comercial, Biden se mantiene al margen y no hace nada mientras nuestros rivales extranjeros gravan a la industria estadounidense y sus productos. Desde el momento en que asumió el cargo, las políticas comerciales globalistas de Biden han disparado el déficit, enviando empleos y miles de millones de dólares al exterior. Sólo el año pasado, el déficit comercial de Estados Unidos aumentó a casi 1 billón de dólares, su punto más alto en la historia. El déficit agrícola se disparó más de 2.000 millones de dólares el año pasado y se prevé que aumente a un récord de 14.500 millones de dólares en 2023. Bajo la Administración Biden, el déficit comercial con China aumentó casi un 10% hasta los 383.000 millones de dólares el último año. Los resultados de los aumentos de Joe Biden en el déficit comercial han sido salarios más bajos y menos empleos para los trabajadores estadounidenses. Los salarios reales han disminuido drásticamente durante 28 meses bajo las débiles políticas comerciales de Biden que inundan el mercado estadounidense con productos extranjeros baratos producidos por mano de obra extranjera barata. Los 4 billones de dólares en importaciones extranjeras en 2022 bajo Biden fueron los más altos que hemos tenido nunca.
Por el contrario, las políticas del presidente Trump en su primer mandato redujeron el déficit comercial con China. Su Ley de Comercio Recíproco es una herramienta importante, junto con los aranceles de base universales, para reducir el déficit comercial y recuperar empleos y riqueza en Estados Unidos.
El plan de Trump es reemplazar el sistema Biden de castigar a los productores nacionales y recompensar a los subcontratistas con un nuevo sistema que recompensa la producción nacional mientras grava a las empresas extranjeras. En vez de aumentar los impuestos a los productores estadounidenses, Trump impondrá aranceles a los productores extranjeros a través de un sistema de aranceles básicos universales sobre la mayoría de los bienes importados. Los aranceles más altos aumentarán progresivamente si otros países manipulan su moneda o se involucran en prácticas comerciales desleales.
A medida que aumenten los aranceles en países extranjeros, los impuestos sobre los trabajadores, las familias y las empresas estadounidenses pueden bajar. Aumentar los aranceles a los productores extranjeros mientras se reducen los impuestos a los productores nacionales ayudará a mantener los empleos y la riqueza en los Estados Unidos. Los aranceles más altos crean millones de nuevos puestos de trabajo, aumentan los ingresos reales de los hogares, impulsan el PIB, aumentan la producción manufacturera nacional y generan miles de millones de dólares en nuevos ingresos para el gobierno. Los aranceles básicos universales de Trump restablecerán la igualdad de condiciones para las empresas estadounidenses en todo el mundo. Para ello, Trump también revocará el estatus comercial de nación más favorecida de China para que deje de recibir un trato preferencial, ya que es algo que socava los intereses de seguridad nacional estadounidenses.
En suma, con el liderazgo de Donald Trump, Estados Unidos volverá a convertirse en una potencia manufacturera, aumentará los empleos y logrará la independencia económica de China y del resto del mundo.