Convenciones nacionales
La campaña electoral de 2008 está sirviendo para tomar el pulso de algunos de los temas candentes de actualidad. Este año los asuntos que centran toda la atención son la economía, la seguridad nacional, la política energética, las fuentes renovables, el petróleo, y las nuevas tecnologías.
Durante la gira por Pennsylvania, que realizó John McCain en agosto, puso el acento sobre energías renovables, trenes híbridos, y nuevas tecnologías. Además, recordó las palabras de Obama sobre los habitantes de las zonas rurales, mostrando respeto y comprensión por quienes defienden la Segunda Enmienda y practican su religión.
El candidato Republicano, en contraste con Barack Obama, que se tomó una semana de vacaciones en Hawai, siguió estando al pie del cañón en agosto, haciendo campaña electoral. Así, aprovechó su estancia en Pennsylvania para hablar de la guerra en Georgia, abogando por una política dura ante Rusia.
Obama, mientras se relajaba en la cálida Hawai, dejó un spot en antena en el que describía a McCain como una celebridad de los programas de televisión y relacionado con los intereses de los lobbies que operan en Washington D.C., en un intento por revertir las acusaciones del Republicano. Es hábil pero la gente conoce a McCain y no es fácil que lo identifiquen de esa manera.
Su postura sobre la guerra en Georgia, le forzó a interrumpir brevemente sus vacaciones para declararse, primero, a favor de una negociación entre las partes, y después, para condenar la agresión de Rusia, aproximándose algo a la postura de McCain. Sólo la llegada de la Convención Nacional Demócrata le obligó a ponerse las pilas de nuevo.
Y lo hizo con fuerza renovada, eso hay que concedérselo. La Convención resultó un espectáculo extraordinario para TV y el discurso de aceptación en el Invesco Field logró los objetivos deseados de impacto mediático y subida de los índices de popularidad.
Pero este impacto se vio pronto desplazado por el anuncio de McCain de llevar en tu tickect electoral a Sarah Palin, la Gobernadora de Alaska, como candidada a Vicepresidente, un extraordinario golpe de efecto. La campaña Republicana en Missouri y la rápida reacción de McCain ante la llegada del huracán Gustav a las costas de Luisiana, postergando los actos de la Convención, han puesto al veterano candidato en el primer plano de actualidad, mostrándolo como un serio aspirante que se toma los intereses del país en primer lugar, por encima de los suyos propios y del partido, y ejerciendo el tipo de liderazgo que EE.UU necesita en estos tiempos.
El desplazamiento de McCain-Palin a Mississippi para conocer de primera mano las actividades de emergencias relacionadas con el huracán Gustav ha marcado un importante gesto de cómo hace las cosas el nuevo equipo Republicano.
El ticket Obama-Biden ha seguido entretanto su gira iniciada en Pennsilvania por tierras de Ohio y Michigan antes de continuar por separado.
Pero obviamente la atención mediática de estos días ha estado en la Convención Republicana, donde han impactado los discursos de Sarah Palin y John McCain. Ni siquiera la entrevista a Obama en Fox News conseguió eclipsar este hecho.
Esta es una de esas ocasiones en que merece la pena leer las palabras de los candidatos y no extractos o análisis interesados. Suenan a autenticidad y prometen un ticket electoral combativo y con muchas prosibilidades de ganar en Noviembre.
Así se expresó Sarah Palin en su brillante discurso de aceptación de la candidatura a Vicepresidente:
(…) «Antes de convertirme en Gobernadora del gran estado de Alaska, fui Alcaldesa de mi pueblo. Y ya que nuestros oponentes en esta elección presidencial parecen mirar con desprecio esa experiencia, dejarme que les explique lo que el puesto implica. Supongo que el alcalde de un pueblo pequeño es en cierto modo como un ‘organizador comunitario’, excepto que tiene responsabilidades reales.»
«Podría añadir que en los pueblos pequeños, no sabemos de qué es capaz un candidato que prodiga elogios a la gente trabajadora cuando estos están escuchando, y luego habla sobre cómo amargados se aferran a su religión y las armas cuando esa gente no está escuchando. Tendemos a preferir candidatos que no hablan sobre nosotros de una manera en Scranton, y de otra en San Francisco. En cuanto a mi compañero de fórmula, podéis estar seguros que allá donde vaya, y ante cualquiera que esté escuchando, John McCain es el mismo hombre.»
(…) «No soy un miembro del establishment político permanente. Y he aprendido rápido, estos últimos días, que si no eres un miembro bien situado en la élite de Washington, algunos en los medios te consideran un candidato no cualificado por esa sóla razón. Pero aquí va un pequeño avance informativo para todos esos reporteros y comentaristas: no voy a Washington a buscar su aprobación. Voy a Washington para servir a la gente de este país.»
(…) «Nuestros oponentes dicen, una y otra vez, que perforar no resolverá todos los problemas energéticos de América. Como si todos no supieramos ya eso. Pero el hecho de que las perforaciones no resuelvan todos los problemas no es excusa para no hacer nada. Empezando en enero, en una Administración McCain-Palin, vamos a colocar más tuberías de distribución, construir más plantas nucleares, crear empleos con carbón limpio, y avanzar en energía solar, eólica, geotérmica, y otras fuentes alternativas. Necesitamos las fuentes de energía americanas, traídas hasta vosotros por el ingenio americano, y producidas por trabajadores americanos.»
(…) «A pesar de la feroz oposición de los lobbyistas de las compañías petroleras, que suelen gustar de mantener las cosas como estaban, (en Alaska) rompimos su monopolio en energía y recursos. Como Gobernadora, insistí en la competición y limpieza para acabar con su control sobre nuestro estado, y devolvérselo al pueblo. Luché para traer uno de los más grandes proyectos de infraestructura del sector privado en la historia de Norteamérica.»
«Y cuando ese acuerdo fue alcanzado, empezamos la construcción de un gasoducto de cerca de 40,000 millones de dólares para ayudar a conducir a América hacia la independencia energética. Ese gasoducto, cuando la última sección esté terminada y sus válvulas sean abiertas, llevará a América un pasó más lejos de la dependencia de poderes extranjeros peligrosos que no llevan nuestro interés en su corazón.»
(…) «Escuchándole (a Obama) hablar, es fácil olvidar que este es el hombre que ha sido autor de dos libros de memorias, pero de ni una sóla ley o reforma. Ni siquiera en el Senado estatal. Este es un hombre que puede dar un discurso completo sobre las guerras que América está luchando, y nunca usar la palabra ‘victoria’ excepto cuando habla sobre su propia campaña.»
«Pero cuando la ofuscación de la retórica pasa, cuando el rugido de la multitud se apaga, cuando las luces del estadio se van, y esas columnas griegas de espuma de poliestireno son transportadas de nuevo a un montón de algún taller… ¿cual es exactamente el plan de nuestro oponente? ¿Qué quiere realmente llevar a cabo, después de devolver las aguas a su sitio y cicatrizar el planeta? La respuesta es hacer el Gobierno más grande, coger más de vuestro dinero, daros más órdenes desde Washington, y reducir la fortaleza de América en un mundo peligroso.
«América necesita más energía… nuestro oponente está en contra de producirla. La victoria en Iraq está por fin a la vista… él quiere perder. Estados terroristas están buscando nuevas armas sin retrasos… él quiere reunirse con ellos sin condiciones previas. Los terroristas de Al Qaeda planean todavía infligir daños catastróficos a América… él está preocupado de que alguien les lea sus derechos. El Gobierno es demasiado grande… el lo quiere hacer más. El Congreso gasta demasiado… él promete más. Los impuestos son demasiado altos… él quiere elevarlos…
(…) «Aquí está cómo yo veo la elección a la que los americanos se enfrentan en estas elecciones. En política, hay algunos candidatos que utilizan el cambio para promover sus carreras. Y luego están aquellos, como John McCain, que utilizan sus carreras para promover el cambio.» (…)
Y así lo hizo John McCain, de forma humilde y serena, aceptando su candidatura a Presidente de los Estados Unidos:
(…) «Sabeis que he sido llamado un maverick. A veces es un cumplido, y a veces no. Lo que de verdad significa es que entiendo para quién trabajo. No trabajo para mí mismo. Trabajo para vosotros.
He luchado contra la corrupción, y no importó si los culpables eran demócratas o republicanos. Violaron su confianza pública, y tenían que ser hechos responsables. Luché contra los grandes derrochadores en los dos partidos, que gastan vuestro dinero en cosas que ni necesitais ni queréis, mientras pasáis apuros para comprar comida, llenar el depósito de combustible, y pagar vuestras hipotecas. He luchado para librarnos de cheques de millones de dólares en nuestras elecciones. He luchado contra lobbyistas que robaron a las tribus indias. Luché contra tratos deshonestos en el Pentágono. Luché contra las compañías de tabaco y los abogados, compañías farmacéuticas y jefes sindicales.
Luché por la estrategia correcta y más tropas en Iraq, cuando no era popular hacerlo. Y cuando los expertos dijeron que mi campaña estaba acabada, yo dije que prefería perder una elección que ver a mi país perder una guerra.»
(…) «Lucho por los americanos. Lucho por vosotros. Lucho por Bill y Sue Nebe, de Farmington Hills, Michigan, que perdieron sus inversiones inmobiliarias en el peor mercado mobiliario. Bill consiguió un trabajo temporal después de estar siete meses sin trabajar. Sue tiene tres empleos para ayudar a pagar las facturas.
Lucho por Jake y Toni Wimmer, de Franklin County, Pennsylvania. Jake trabaja en un puerto de embarque, entrena en las ligas menores, y recauda dinero para los discapacitados mentales y físicos. Toni es una maestra. Tienen dos hijos, el más joven, Luke, ha sido diagnosticado con autismo. Sus vidas deberían importar a la gente que eligen para un cargo público. Ellos me importan a mí.
Lucho por la familia de Matthew Stanley de Wolfboro, New Hampshire, que murió sirviendo a nuestro país en Iraq. Yo llevo su brazalete y pienso en él todos los días. Intento honrar su sacrificio asegurando que el país que su hijo amaba y al que nunca regresó, permanezca seguro de sus enemigos.
Lucho para restaurar el orgullo y los principios de nuestro partido. Fuimos electos para cambias Washington, y dejamos que Washington nos cambiara. Perdimos la confianza del pueblo americano cuando algunos republicanos cayeron en la tentación de la corrupción. Perdimos su confianza cuando más que reformar el Gobierno, ambos partidos lo hicieron más grande. Perdimos su confianza cuando en lugar de liberarnos de una peligrosa dependencia del petroleo extranjero, los dos partidos y el Senador Obama aprobaron otro proyecto de bienestar corporativo para las compañías petroleras. Perdimos su confianza, cuando valoramos nuestro poder por encima de nuestros principios.
Vamos a cambiar eso. Recuperaremos la confianza de la gente, defendiendo los valores que América admira. El partido de Lincoln, Roosevelt, y Reagan va a volver a sus fundamentos.»
(…) «Mantendré los impuestos bajos y los recortaré donde pueda. Mi oponente los elevará. Abriré nuevos mercados a nuestros bienes y servicios. Mi oponente los cerrará. Recortaré el gasto del Gobierno. Él lo incrementará. Mi recorte de impuestos creará empleos. Su incremento de impuestos los eliminará. Mi plan de asistencia sanitaria facilitará que más americanos puedan encontrar y conservar seguro médico. Su plan forzará a los pequeños negocios a recortar empleos, reducir sueldos, y forzar a las familias a utilizar un sistema de salud manejado por el Gobierno, en el que un burócrata está entre vosotros y vuestro médico. »
(…) «La educación es el asunto de derechos civiles de este siglo. Hemos ganado acceso igual a la educación pública. ¿Pero cual es el valor de acceder a una escuela defectuosa? Necesitamos reorganizar totalmente la fracasada burocracia escolar con competición, otorgar poderes a los padres para elegir, remover barreras para cualificar a los instructores, atraer y recompensar a los buenos maestros, y ayudar a los malos maestros a buscar otra línea de trabajo.
Cuando una escuela pública fracasa en sus obligaciones hacia los estudiantes, los padres merecen una elección en la educación de sus hijos. Y yo intento dársela. Algunos pueden elegir una escuela pública mejor. Algunos pueden elegir una privada. Muchos elegirán una escuela pública experimental. Pero ellos tendrán esa elección, y sus hijos tendrán esa oportunidad.
El Senador Obama quiere que nuestras escuelas respondan a los sindicatos y afiancen la burocracia. Yo quiero que las escuelas respondan a padres y estudiantes. Y cuando yo sea Presidente, lo harán.»
(…) «Cuando yo sea Presidente, vamos a embarcarnos en el proyecto nacional más ambicioso en décadas. Vamos a dejar de enviar 700,000 millones de dólares al año a países a los que no gustamos mucho. Atacaremos el problema en todos los frentes. Produciremos más energía en casa. Perforaremos más bienes en el mar, y los perforaremos ahora. Construiremos más plantas nucleares. Desarrollaremos más carbón limpio. Incrementaremos el uso del viento, la marea, el sol y el gas natural. Fomentaremos el desarrollo y uso de automóviles híbridos, eléctricos, y de combustible flexible.
El Senador Obama cree que podemos conseguir la independencia energética sin más perforaciones, y sin más energía nuclear. Pero los americanos sabemos mejor que eso. Debemos utilizar todos los recursos y desarrollar todas las tecnologías necesarias para rescatar nuestra economía del daño causado por los crecientes precios del petróleo, y restaurar la salud de nuestro planeta. Es un plan ambicioso, pero los americanos son ambiciosos por naturaleza, y hemos enfrentado mayores desafíos. Es hora de que demostremos al mundo de nuevo cómo lideramos los americanos.»
(…) «Estoy muy orgulloso de haber introducido a nuestra futura Vicepresidenta al país. Pero no puedo esperar hasta introducirla en Washington. Y dejarme ofrecer un avance advirtiendo a esa multitud de Washington de viejos, derrochadores, que no hacen nada, los del yo primero, el país segundo: viene cambio.»
(…) «El constante rencor partidista que nos impide resolver problemas no es una causa, es un síntoma. Es lo que ocurre cuando la gente va a Washington a trabajar para ellos mismos y no para ti. Una y otra vez, yo he trabajo con miembros de ambos partidos para arreglar problemas que necesitaban ser solucionados. Es así como gobernaré como Presidente. Alargaré mi mano a cualquiera que me ayude a poner este país en marcha otra vez. Tengo ese historial y las cicatrices para probarlo. El Senador Obama no.»
(…) «Hace mucho, algo inusual me ocurrió que me enseñó la lección más valiosa de mi vida. Fui bendecido por la desgracia. Fui bendecido porque serví en compañía de héroes, y presencié miles de actos de coraje, compasión y amor.
Una mañana de octubre, en el golfo de Tonkin, me preparé para mi misión número 23 sobre Vietnam del Norte. No estaba preocupado porque no pudiera volver sano y salvo. Pensaba que era más duro que nadie. Era muy independiente entonces también. Me gustaba romper algunas reglas, y escoger algunas luchas por diversión. Pero lo hacía por mi propio placer, mi propio orgullo. No pensaba que había una causa más importante que yo.
Entonces me encontré cayendo en mitad de un pequeño lago en la ciduad de Hanoi, con dos brazos rotos, una pierna rota, y una multitud enfadada esperando recibirme. Fui depositado en una oscura celda, y dejado morir. Nunca me sentí tan mal. Cuando descubrieron que mi padre era un almirante, me llevaron a un hospital. No pudieron soldar mis huesos apropiadamente, así que sólo me pusieorn una escayola de cualquier manera. Cuando no mejoré, y bajé unas cien libras, me colocaron en una celda con otros dos americanos. No podía hacer nada. Ni siquiera podía alimentarme. Ellos lo hicieron por mí. Empezaba a aprender los límites de mi egoísta independencia. Esos hombres salvaron mi vida.
Estaba en confinamiento solitario cuando mis captores me ofrecieron liberarme. Sabía por qué. Si iba a casa, lo utilizarían como propaganda para desmoralizar a los demás prisioneros. Nuestro código decía que sólo podríamos ir a casa respetando el orden de nuestra captura, y había hombres que habían sido derribados antes que yo. Pensé sobre ello. No estaba en buena condición, y echaba de menos todo de América. Pero lo rechacé.
Muchos prisioneros estaban peor que yo. Yo había sido maltratado antes, pero no tan mal como otros. Siempre me gustó pavonearme para demostrar a los otros tipos que era suficientemente duro. Pero después de rechazar su oferta, me trataron más duramente de lo que lo habían hecho nunca antes. Por mucho tiempo. Y me destrozaron.
Cuando me llevaron de vuelta a mi celda, estaba lastimado y avergonzado, y no sabía cómo enfrentaría a los demás prisioneros. El buen hombre de la celda de al lado, mi amigo, Bob Craner, me salvó. A través de la pared me dijo que había peleado tan duro como podía. Ningún hombre puede defenderse sólo siempre. Y luego me dijo que me levantase y luchase otra vez por nuestro país, y por los hombres con los que tuve el honor de servir. Porque cada día ellos lucharon por mí.
Me enamoré de mi país cuando fui un prisionero en el país de otro. Lo amé no sólo por las comodidades de la vida de aquí. Lo amé por su decencia; por su fe en la sabiduría, justicia y bondad de su pueblo. Lo amé porque no era sólo un lugar, sino una idea, una causa por la que valía la pena luchar. Nunca más fui el mismo. No fui más un hombre egoísta. Fui un hombre de mi país.»
(…) «Levantaos para defender a nuestro país de sus enemigos. Levantaos por los unos por los otros, por la bella, bendecida y generosa América. Levantaos, levantaos, levantaos y luchar. Nada es inevitable aquí. Somos americanos, y nunca abandonamos. Nunca lo dejamos. Nunca nos escondemos de la historia. Hacemos historia.» (…)
Ambos discursos pueden ser vistos aquí:
John McCain:
Sarah Palin:
La campaña electoral de los Republicanos se está centrando prioritariamente en aquellos Estados que pueden garantizarle la Presidencia a McCain, por lo que no es extraño que McCain y Palin hayan viajado hasta Michigan para continuar con los actos electorales apenas concluida la Convención. Estados como Pennsylvania, Ohio, Wisconsin, Michigan, Missouri, y Colorado, van a ser decisivos en esta contienda. McCain lo sabe y se está volcando en ellos.
A dos meses de la cita electoral, John McCain ha hecho una jugada maestra con la elección de Sarah Palin. No será la última, para disgusto de los Demócratas, que pensaban ganada esta elección antes de tiempo. La victoria Republicana es una realidad más plausible cada día que pasa.