Las propuestas de Trump frente a las mentiras de Kamala
La campaña electoral se acelera y Donald Trump aprieta el acelerador de sus propuestas mientras Kamala Harris se hunde cada vez más en sus mentiras y trampas. Repasemos algunas de las materias sobre las que pivotado la campaña en estas últimas semanas y que van a decidir el resultado final.
Trump ha presentado la pieza central de su plan para un renacimiento de la industria manufacturera en Estados Unidos, que será una tasa impositiva del 15% para los productos fabricados en el país. Ya consiguió excelentes resultados en su primer mandato cuando llevó la tasa impositiva empresarial del 39% al 21% y se crearon más negocios y empleos que durante las últimas tres décadas. Su objetivo ahora es bajar del del 21% al 15%, pero sólo si se fabrican los productos en Estados Unidos. Para disuadir a la competencia ilegal extranjera, impondrá aranceles elevados.
Frente a la propuesta de Trump encontramos el miedo que suscitan las políticas socialistas de Kamala Harris, hasta el punto de que las empresas están asustadas. El optimismo se ha desplomado y ella genera incertidumbre. El índice S&P Global muestra que las expectativas de producción han alcanzado su nivel más bajo desde octubre de 2022, lo que indica una tendencia preocupante. En un contexto de crisis en el sector manufacturero y de aumento de la inflación que Kamala ha propiciado desde su actual responsabilidad en el gobierno, los ejecutivos están preocupados por las perspectivas económicas si ella llega a la Casa Blanca. Las dudas sobre liderazgo dejan a las empresas preocupadas por el futuro.
La sombra del fraude electoral planea sobre las elecciones una vez que todo lo que han intentado los demócratas y el Estado Profundo ha fallado contra Trump. Puede ser su última bala. En este contexto, los demócratas apuestan por cometer su fraude con las papeletas de voto del extranjero, lo que vuelve a plantear seria dudas sobre la integridad de las elecciones.
Las últimas revelaciones muestran que los demócratas están impulsando una estrategia para utilizar las papeletas del extranjero para alterar el resultado electoral a su favor. En las elecciones de 2020, los informes indicaron que se enviaron casi 15 millones de papeletas al exterior y que no se devolvieron 7 millones. La confianza de los votantes en nuestro sistema está disminuyendo rápidamente y esta nueva táctica de la izquierda demócrata no hace más que aumentar las sospechas de fraude. Kamala y sus compinches en el Estado Profundo ponen en riesgo la democracia con este tipo de planes. No es de extrañar que, a la vista de las últimas investigaciones y evidencias, el 72% de los votantes esté preocupado por la seguridad electoral, un 68% cree que estas tácticas socavan la democracia, y el 54% exigen rendición de cuentas y transparencia de un sistema que temen que esté siendo manipulado para inclinar la victoria del lado demócrata.
En este sentido se enmarca también el nuevo intento por enfangar a Trump y ponerlo en la diana de otro grupo de funcionarios de inteligencia que intentan imitar lo mismo que ya hicieron en 2020. La estafa les salió tan bien entonces, que el equipo de Kamala Harris ha movilizado a 741 funcionarios que están intentando perpetuar una narrativa construida sobre falsedades sobre Trump. Muchos de estos funcionarios, algunos incluso ex miembros del personal de Trump que en realidad jamás lo apoyaron, están desesperados por aferrarse al poder mientras impulsan la agenda partidista demócrata. El continuo fracaso a la hora de exigir responsabilidades a estos individuos corruptos amenaza la esencia misma de nuestra República. Así, tenemos al ex director de la CIA de Obama, John Brennan, quien firmó la carta mintiendo sobre el ordenador portátil de Hunter Biden en 2020, que ahora ha firmado otra una carta igual de falsa respaldando a Kamala Harris, junto con más de 700 funcionarios gubernamentales de alto, medio y bajo rango, todos comprados de alguna manera por los demócratas.
Mientras tanto, los grandes medios de comunicación se han posicionado claramente a favor de Kamala Harris, al igual que hicieron con Joe Biden en 2020, impulsando una campaña de desinformación y manipulación brutal contra Trump. Estos medios dejan que Kamala Harris eluda preguntas cruciales. Harris y Walz están batiendo récords, pero no en el buen sentido: sólo han hecho ocho entrevistas en total. Esta es la menor transparencia de la historia por parte de los principales candidatos. Los votantes merecemos detalles concretos, no vagos clichés ni respuestas evasivas. La estrategia de ambos es esconderse de las preguntas difíciles. Trump afronta cada día los temas más candentes y responde a todo. Esa es una gran diferencia.
La implicación de los medios y el Partido Demócrata en la deshumanización de Trump, que ya lleva una década, revela la podredumbre moral de ambos.
En este panorama. Sólo Donald Trump se alza como la voz real de millones de estadounidenses y la opción sensata para ganar las elecciones.