Consejos para escritores
Escribir es en gran medida una actividad que nace del talento innato de cada uno y de su creatividad. En este mundo en el que nos empeñamos en etiquetar todo, clasificar y racionalizar, surgen todo tipo de cursos y consejos para escribir esa novela maravillosa que venderá millones de ejemplares y convertirá a su autor en millonario, forrado por los cuatro costados y venerado por la crítica y los lectores.
La mala noticia: no hay cursos ni consejos que puedan obrar semejante prodigio. La buena noticia: la libertad creativa de cada uno se convertirá en el mejor aliado para disfrutar de un proceso de escritura apasionante que puede terminar en éxito, en fracaso, en satisfacción plena, en angustia, en alegría, en tristeza… O en un cúmulo de esas sensaciones. Porque escribir un libro sigue siendo una actividad creativa en la que cualquier cosa puede suceder. Y no hay curso, consejo o técnica capaz de canalizar esa fuerza hacia un objetivo determinado.
Hay muchos charlatanes (y charlatanas) viviendo del cuento alrededor de los escritores que se afanan en triunfar; gentes que aprovechan ese entusiasmo de los más crédulos en beneficio propio y sin aportar nada tangible o que importe al autor.
Desde mi experiencia, recomiendo a cualquiera que escriba olvidarse de muchos de los consejos que pululan en cursos y en internet. Fuera con la mayoría de ellos. No sirven para nada. Puede que a algunos les funcionen, pero cada uno debe encontrar esos mecanismos personales que hacen que una novela cobre vida. Lo que para un autor funciona, por ejemplo: escribir un esquema argumental, para otros es una camisa de fuerza que impide la creatividad plena. Algunos autores necesitan tomarse tiempo libre y descansos durante la escritura de una novela, y otros simplemente no y las escriben de un tirón. Algunos autores escriben pensando en su target de lectores, y otros escriben lo que les sale de los cojones… o de su creatividad literaria (si quieren ser finolis). Lo llame como quiera, es lo mismo.
Un autor puede triunfar sin realizar una sola acción promocional, y otro puede dedicarse a hacer entrevistas en cadenas de televisión y radios, y firmas de libros, y no comerse un colín en ventas. Algunos necesitan motivaciones para inspirarse, y otros se inspiran sólo con observar alrededor. Hay autores que necesitan de cien asesores externos, y otros que pergeñan una obra maestra a solas con el ordenador y su talento. Autores que se exigen mucho a sí mismo y escriben novelas geniales, y autores que no se exigen nada y escriben mierda. Y esto va así, no lo dude. De modo que olvídense bastante de cursos, consejos y demás morralla intelectual. Escribir es esforzarse por sí mismo en una carrera de fondo en la que uno está básicamente solo consigo mismo y su talento. Escoja aquellos consejos y recomendaciones que mejor se adapten a su estilo, pruebe mil cosas distintas, no se amolde, no se conforme, sea coherente consigo mismo, intente superarse, pero no al estilo de los demás, sino siendo fiel a sí mismo.
Mis consejos a escritores nunca son realmente consejos estrictos, son sugerencias libres y abiertas, conocimiento compartido basado en la experiencia y la sabiduría adquirida durante años de duro trabajo.
Escribir es una aventura imprevisible. Algo maravilloso y creativo. Su verdadera magia no está encerrada en libros de autoayuda, cursos ni consejos, aunque todo ello pueda ayudar en ciertos momentos, está en la creatividad y el talento de cada uno, ése que permite escribir con originalidad y sin garantía de nada, sin red de seguridad. Escribir es vivir plenamente. Y vivir plenamente te hace escribir mejor.
El mejor consejo para un escritor es que no hay consejo. Déjese llevar por su talento e inspiración. Eso es lo que hace la magia.