Adiós con honor
Ha abandonado. Mitt Romney abandona la carrera electoral, y lo ha hecho como un caballero. Dice adiós con honor. Desde el Supermartes, la brecha con John McCain se ha hecho más grande en el número de delegados. California le ha dado la puntilla, allí la ventaja de McCain es escandalosa, 149 a 6 delegados, por ahora. En torno a 400 delegados de ventaja en el total nacional le lleva el Senador por Arizona.
Romney se ha despedido en la reunión de la Conservative Political Action Conference, celebrada en Washington D.C. Su razón es clara y noble: ayudar a los EE.UU y contribuir a la unión en el GOP. Lo ha expresado con precisión: «If this were only about me, I would go on. But I entered this race because I love America, and because I love America, I feel I must now stand aside, for our party and for our country».
Su decisión es doblemente meritoria por cuanto aún le quedaban posibilidades de luchar por la nominación. Pero se va para fortalecer al Partido Republicano de cara a las elecciones de noviembre y hacer un frente común unido para afrontar a Obama o Hillary.
Su nombre y la fuerza que tiene detrás en delegados, apoyos, y bases conservadoras, pueden venirle muy bien al candidato McCain si se decide a apoyarle, como previsiblemente hará. Esto podría ponerle a un paso de la Vicepresidencia, acompañando a McCain en el ticket electoral. Sería una astuta e inteligente decisión del senador por Arizona. Aunque no olvidemos que tiene otros posibles excelentes candidatos, como el Gobernador por Carolina de Sur, Mark Sanford, por citar uno.
La honestidad de Mitt Romney le engrandece como político y como ser humano. Alguien como él no puede caer en el olvido, y probablemente no será así. Alguien como Romney puede y debe tener un papel importante en una hipotética Administración McCain.
Aunque pudiera parecer que ha sido derrotado, en realidad Mitt Romney pudiera haber ganado el futuro con su comportamiento ejemplar, del que otros deberán tomar nota.
Adiós con honor para un candidato de valores íntegros. Quizá un adiós no demasiado largo.