Los grandes avances en ocasiones se producen con pequeños pasos o movimientos apenas imperceptibles. Desde hace al menos diez años numerosos analistas de inteligencia y expertos reclamamos que algunas de las agencias de inteligencia tengan la misma capacidad de renovación tecnológica en cuanto a software que otras compañías privadas que han logrado éxitos importantes en el mercado mundial, como Amazon, Apple, Facebook, Google, Oracle, etc.
En las últimas semanas los planes de compra de software por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) están experimentando un cambio revolucionario, que tienen el objetivo de trasladar con celeridad todas las innovaciones que se produzcan, hayan llegado al mercado o estén en fase de investigación.

Así, a partir de ahora, en vez de seguir los tradicionales acuerdos globales conocidos como «acuerdos de licencia empresariales», la CIA comprará los servicios de software de forma adaptada y flexible, una actuación a medida y de forma puntual, respondiendo a las necesidades reales que se necesiten en el momento. Esto permitirá una gestión informática mucho más avanzada, al hilo de las últimas novedades en software y aplicando soluciones inmediatas y a la carta. Un paso de gigante que va a colocar a la CIA y al resto de agencias de inteligencia que empiecen a aplicar este procedimiento en una posición privilegiada para utilizar los progresos tecnológicos de forma mucho más rápida y útil, consiguiendo soluciones antes que nadie y dotando al personal de inteligencia de herramientas informáticas mucho más poderosas y efectivas.

La antigua forma de contratar el software en propiedad se ha quedado obsoleta con los adelantos que se producen todos los días, inhibiendo una necesaria flexibilidad. Al adoptar esta nueva forma de gestión, que muchos defendemos desde hace tiempo, la CIA estará en disposición de aprovechar todas las capacidades emergentes del software más novedoso y de hacerlo rápidamente y con una flexibilidad absoluta.
Entre otras cosas, esto permitirá gestionar mejor la ingente cantidad de datos e información que se recoge en todo el mundo, filtrar los “datos importantes” que afectan a los temas que nos preocupan y que plantean desafíos a la defensa y la seguridad, así como optimizar los presupuestos de gastos disponibles para licencias de software, que siguen estando clasificados como secretos y no son públicos.

En la comunidad de inteligencia se usan programas de compañías como Oracle, SAP y Hewlett Packard, entre otros, así como software de uso exclusivo del sector, para recopilar y cribar la enorme cantidad de datos que recibimos de múltiples fuentes, y que es vital para elaborar informes, alertas, advertencias, escenarios, proyecciones, estrategias, oportunidades, respuestas a emergencias y planes para diferentes operaciones, que después pasarán a los máximos dirigentes y al presidente de Estados Unidos.
Este cambio en la gestión del software implica, en suma, más efectividad, capacidades y poder de análisis y actuación para la CIA y otras agencias de inteligencia.