Caza criminal
Desde algunos sectores de la Inteligencia estadounidense hemos dado la alerta sobre un nuevo sistema de financiación de actividades terroristas y criminales que perjudica doblemente, por sus fines ilícitos pero también por el sistema empleado, que atenta directamente contra especies protegidas. Desde hace tiempo cuantos monitoreamos las actividades de criminales de distinto pelaje (terroristas, hackers, narcos, delincuentes, fanáticos, tarados, etc), hemos detectado una nueva fuente de ingresos absolutamente condenable porque utilizan Internet y las tecnologías de localización por GPS para cazar especies de animales protegidas y en peligro de extinción.
Mediante este sistema un cazador furtivo, un cibercriminal o un ciberterrorista podrían acceder ilegalmente a la cuenta de correo electrónico a la que se envían los datos transmitidos por los collares con GPS que llevan algunos animales en peligro de extinción. Los biólogos utilizan estos collares para estudiar el comportamiento de los animales y para monitorizar sus desplazamientos, de manera que si los cazadores furtivos o terroristas consiguen esta información, pueden controlar los movimientos migratorios de los animales (en algunos casos incluso registrar su ubicación en tiempo real), cazarlos y obtener beneficios en el mercado negro. Es una fuente incipiente de financiación que no vamos a tolerar y que combatiremos con dureza.
Hay casos flagrantes de este tipo de acciones, por ejemplo, en India, donde unos hackers intentaron acceder a una cuenta de correo electrónico que contenía la información transmitida por el Iridium GPS Satellite Collar, el tipo de collar llevado por un tigre de la reserva de Panna Tiger, en el estado central de Madhya Pradesh. No es el único caso en el que se ha intentado algo similar. Son acciones repugnantes, en tanto que atentan contra especies amenazadas, y algunos ya exigimos medidas contundentes contra los que participan en estas actividades, poniéndolos claramente como objetivos militares a neutralizar. Si el terrorismo y la criminalidad empiezan en sus fuentes de financiación, este es el momento de cortar de raíz una de esas nuevas fuentes. La divulgación entre la opinión pública es una medida más entre las que estamos aplicando.
Ya sean cazadores furtivos con el único propósito de ganar dinero o enviados por terroristas y criminales de distinta condición, no podemos tolerar que estas acciones se extiendan porque pondrían en riesgo numerosos programas de conservación de especies altamente valiosas, como el tigre, el lobo, el oso, la pantera, el rinoceronte, el elefante, el gorila, el león, etc.
Otra de las medidas necesarias que defendemos es canalizar tecnología de encriptación y software avanzado desde las agencias federales de seguridad nacional a estos programas de conservación para impedir estos ataques criminales de hackers y furtivos. Más que nunca prevenir es la herramienta eficaz para evitar que esto se convierta en una fuente de financiación estable para grupos criminales organizados y una caza que haría un daño enorme.