La recuperación de Trump
El presidente Trump se crece ante la adversidad. Tiene a los medios y la izquierda radical del Partido Demócrata en campaña permanente y furiosa contra él, pero no sólo no le hace mella, sino que además crecen las expectativas de reelección.
El viernes de la semana pasada, Trump se reivindicó a sí mismo y sus políticas de éxito al conocerse el dato de empleo: 2.500.000 de empleos creados en mayo. La recuperación que prometió después de superar la pandemia del coronavirus, es un hecho y sus medidas son las directas responsables.
Es el mayor regreso en la historia de Estados Unidos, tal y como él mismo lo definió exultante. Motivos no le faltan. Tras una dura crisis provocada por el virus chino y las forzosas medidas de confinamiento y restricción social, de nuevo vemos la luz de la prosperidad gracias a la varita mágica de las políticas del presidente.
No es sólo una gran noticia para la economía, que lo es, sino también para la campaña de reelección de Trump, que ha recibido así el primer respaldo real que importa a los ciudadanos: los resultados positivos se ponen de nuevo del lado del presidente. Una vez más, Trump rompió con las negras expectativas de los “expertos” que pronosticaban una pérdida de 8 millones de empleos, nada menos, y una tasa de desempleo del 20%. Los estímulos del presidente llevaron a la creación de esos 2.5 millones de empleos y bajó la tasa al 13.3%, sólo disparada hasta esa cifra por el coronavirus. Los meses de verano van a ser gloriosos para el presidente en términos de buenas noticias. Poco importa que el Partido Demócrata y sus aliados en los medios y el Estado Profundo traten de alterar la vida pública con disturbios y discursos raciales que ya nadie se cree a estas alturas. Toda vez que Trump ha hecho más por la comunidad negra y el resto de minorías, que nadie, incluido Obama en 8 años desperdiciados, el apoyo al presidente crece también en la comunidad afroamericana, situándose en el 40%, de acuerdo a los datos de Rasmussen. Las cifras de aprobación a la gestión global de Trump supera el 52% y se ha situado en una tendencia al alza.
El presidente ha denominado con acierto esta etapa que vivimos como “Transición a la Grandeza”, y el éxito se empieza a vislumbrar ya. La apertura del país y de la economía, unido a las inyecciones de liquidez mediante dinero federal, han obrado el milagro y estamos sentando las bases para un cuarto trimestre de crecimiento histórico. Trump consiguió la mejor economía de la historia y va camino de lograrlo una segunda vez.
El país avanza en la dirección correcta gracias a las políticas de Trump, algo que los ciudadanos vemos cada día. Lejos de la crispación que quieren instalar los medios y el Partido Demócrata en las calles y la vida pública, Trump está adoptando medidas eficaces e inteligentes para que Estados Unidos siga prosperando.
Los demócratas quieren bloqueos, disturbios y manifestaciones en los estados y ciudades que gobiernan porque los utilizan como herramientas para atacar al presidente. Pero, simplemente, no funciona esa estrategia, salvo con los muy desinformados, los copitos de nieve izquierdistas de la generación millenial y los radicales socialistas y comunistas. La inmensa mayoría de estadounidenses, republicanos, demócratas moderados e independientes, apoyamos a Trump.
Ni todas las manifestaciones y manipulaciones de los medios podrán cambiar el hecho de que Joe Biden es un candidato lamentable al que Trump hace trizas en la confrontación directa.
No es de extrañar, pues, que Trump esté de un excelente humor en la Casa Blanca. Había presionado para reabrir la economía en un momento en que los expertos en salud pública y muchos gobernadores demócratas se mostraban escépticos. Y acertó al impulsar la apertura. Ha impulsado el Programa de Protección de Cheques de Pago, firmando algunas mejoras en la ley el pasado viernes, un programa que ha mantenido a flote a miles de pequeñas empresas durante la pandemia del coronavirus. Y acertó al implementar este programa.
Trump sigue buscando y aplicando fórmulas que contribuyan a ayudar a los ciudadanos en todos los aspectos: económicos, sociales, fiscales y sanitarios. De hecho, ya se anticipa un nuevo recorte de impuestos sobre la nómina y nuevos paquetes federales de estímulo económico. El presidente apuesta porque la recuperación económica ayude sustancialmente a unir de nuevo al país. Al menos a la mayoría de los ciudadanos que no participan de la crispación y el odio, que es la mayoría silenciosa.
El optimismo económico de Trump es, de hecho, la receta mágica que ayuda a todas las comunidades raciales, sin distinción de sexo o credo. Un país más fuerte y próspero es el plan del presidente para unificar el país. La creación de empleo y de oportunidades para todos, como han sido la constante durante esta presidencia, es uno de los grandes activos políticos de Trump de cara a las elecciones de noviembre.
La gestión firme de los disturbios provocados por los ANTIFA y grupos de ultra izquierda, con la opción de recurrir a la Ley de Insurrección y el despliegue de tropas, ha sido determinante para cortar los saqueos y la violencia porque los Gobernadores demócratas, han debido actuar con rapidez. El liderazgo de Trump ha sido decisivo para controlar esta crisis. Su presión a los Gobernadores, alcaldes, y funcionarios estatales y locales para recuperar el control de las ciudades de los saqueadores violentos, ha sido el factor determinante para cortar de cuajo una violencia desatada.
Los medios no se lo reconocerán, como tampoco el éxito de la creación de empleo, pero es la realidad y los ciudadanos lo sabemos y votaremos en consonancia.
Hoy por hoy, el presidente Trump tiene el aval de los datos para ganar un segundo mandato presidencial. Las altas calificaciones a su gestión siguen siendo elevadas, pese a todos los ataques, y la recuperación en marcha consolidará esta tendencia ganadora. La recuperación que está cultivando Trump con esfuerzo, se recogerá en noviembre con una gran victoria electoral que le dará la reelección.
Los ciudadanos preferimos a Trump frente a Biden para liderar el país y seguir reconstruyendo la economía y el futuro de los estadounidenses.