Ofensiva en Siria e Irak
Las fuerzas especiales de Estados Unidos ya han iniciado el despliegue en Siria, concretamente se está planificando la ofensiva para tomar Raqqa y otros enclaves estratégicos desde la ciudad de Kobane, en el norte, y otras localidades de la provincia de Hasake, al noreste de Siria. El despliegue en esta zona es esencial para entrenar y apoyar a los combatientes kurdos, entre otros, en las nuevas ofensivas contra los yihadistas del Daesh (Estado Islámico).
La planificación y ejecución de estas ofensivas terrestres son vitales para cortar las líneas de suministro de los yihadistas y recuperar terreno perdido. En esta ofensiva terrestre en marcha hay varios objetivos, entre ellos las ciudades de Jarablus y Raqqa, en manos de los islamistas radicales.
El trabajo de los fuerzas especiales estadounidenses y las unidades de inteligencia desplazadas hasta estas zonas consistirá en ofrecer instrucción, adiestramiento especializado, suministro de armamento, apoyo táctico, información de inteligencia y diseño de operaciones de combate, entre otras actividades. Es decir, impulsar la ofensiva terrestre contra el Daesh (Estado Islámico) para conquistar emplazamientos estratégicos y quitarle el poder sobre el terreno a los yihadistas, que es la única forma de derrotarlos. Para empezar, se aislará Raqqa, se cortará el acceso a la frontera siria y se interrumpirán los desplazamientos de combatientes islamistas en el eje Raqqa y Mosul (Irak), con el objetivo inmediato de recuperar también Ramadi y otras ciudades iraquíes, que son estratégicas para controlar los accesos y las vías de comunicación entre Siria e Irak, utilizadas con fluidez por los yihadistas. Y a los que la presencia estadounidense les va a suponer perder el control del territorio.
Por fin.