Es posiblemente una de las palabras más deseadas, amadas, vilipendiadas y odiadas de la selva literaria. Los best seller, los libros más vendidos, representan la controversia en estado puro. Las editoriales los buscan con denuedo para salvar sus cuentas de resultados y conseguir ser rentables, los medios especializados normalmente se dividen entre los que los aplauden y los que los denigran, y los lectores los leen masivamente tanto como los critican.
La generalización y la obsesión por etiquetar todo, ha conducido a que best seller sea sinónimo de poca calidad literaria y producción editorial para atender la demanda de consumo lector según las modas. Y, efectivamente, esto es así en muchas ocasiones, pero no es bueno generalizar porque en el panorama de los best sellers encontramos muy buenos libros, con una calidad literaria excelente, y con el acierto de haber encontrado esa fórmula mágica que hace posible vender mucho, gustar a lectores y críticos.
En el mercado hay buenos best sellers que merecen ser leídos, originales y con una calidad que deja en evidencia a muchos críticos que pecan de esnobismo cultural y ceguera literaria. Estos best sellers tienen la cualidad de que trascienden las modas y se mantienen vigentes a lo largo del tiempo, convirtiéndose en clásicos y en referentes de la literatura popular, la cual enriquecen de una forma activa como no hacen otras obras de mayores pretensiones pero que no logran enganchar con el gusto de los lectores. Hay casos de libros que no sólo ofrecen entretenimiento sino que también ayudan a comprender el mundo en que vivimos, a pensar, a reflexionar sobre cuestiones importantes y dan a conocer experiencias, opiniones, y lugares de una forma enriquecedora. Y lo hacen con una calidad literaria de alto nivel y de forma entretenida.

En el mundo best seller debemos distinguir entre aquellos libros escritos expresamente para tener éxito de ventas, que son puro marketing o modas pasajeras, y aquellos otros que se convierten en superventas en razón de su calidad y su originalidad, aquellos que combinan entretenimiento y planteamientos literarios de calidad, que conectan bien con el público pero no es lo que buscan prioritariamente sino que es una mera consecuencia de su interés.
En el mundo del libro es, pues, importante diferenciar entre los buenos best sellers, muchos de ellos clásicos intemporales y libros de éxito que seguirán leyéndose dentro de 50 o 100 años, de los libros de moda editados para atender la demanda puntual del mercado y de un valor más limitado.
En cualquier caso, la lectura, ya sea de literatura elitista o de best seller popular, es algo positivo y que debe convivir. Nunca debemos olvidar que los best sellers son sencillamente libros que se venden muy bien, no debemos caer en el error de denostarlos genéricamente y sí buscar aquellos que da gusto leer y se convierten en verdaderas sorpresas.
Los best sellers son cultura popular y, por ende, con un valor incuestionable y un papel destacado en la literatura, aunque algunos aún no se hayan enterado.