Una de las especies que más acusan la contaminación y las amenazas a los hábitats naturales, son las tortugas, por eso el hecho de que hasta 25 especies de tortugas se encuentren en peligro de extinción en la próxima década, nos alerta de los graves riesgos a que estamos sometiendo a la fauna y los ecosistemas.
Un informe de la Wildlife Conservation Society (WCS) alerta de la necesidad urgente de erradicar la caza ilegal de estos reptiles y de tomar medidas para la conservación de su hábitat natural, con el objetivo de evitar su extinción. Al día de hoy algunas de estas especies tienen menos de cinco ejemplares.
Entre las 25 especies amenazadas se encuentra el único ejemplar de tortuga gigante de la isla Abdington, conocido como el «Solitario George». Otra especie en situación extrema es la tortuga gigante de caparazón blando del Yangtsé, de la que sólo se tienen censados cuatro ejemplares.

La mayor parte de las especies en peligro de extinción se localizan en Asia, 17 de las 25, en América del Sur y en África existen tres, una en Australia y otra en Centroamérica.
El hecho de que la mayor parte de ejemplares se localicen en el continente asiático convierte a la caza ilegal en un problema difícil de solucionar, ya que estos animales se utilizan con frecuencia para la elaboración de alimentos y medicamentos. Uno de los coautores del informe, Brian D. Horne, ha explicado que: «En un solo mercado en Dhaka, Bangladesh, vimos cerca de 100.000 tortugas masacradas para el consumo durante una fiesta religiosa, y sabemos de, por lo menos, otros tres mercados dentro de la ciudad». Cambiar algunas costumbres y concienciar a la gente en algunos países es una tarea ingente de educación, pero necesaria para evitar la extinción de estas tortugas.

WCS indica que la correcta aplicación de las leyes comerciales vigentes es una primera vía para la supervivencia de estas especies, al igual que un incremento de la protección de los espacios naturales y la apuesta por la cría en cautividad de las especies más vulnerables.
Medidas que no admiten demoras. La protección de las tortugas es importante por sí mismas y por el papel que desempeñan en toda la cadena ecológica.