La política exterior de Trump
Donald Trump está preparando las bases de su política exterior con el mismo enfoque durante su primera Administración: “paz a través de la fuerza militar”, pero con matices importantes que hará posible una agenda con más éxitos. Todo ellos gracias a una buena estrategia que ya ha empezado a implementarse gracias al trabajo de su grupo de asesores y el equipo de inteligencia.
Los medios de comunicación y la prensa deberían dejar de alarmar con su campaña de noticias falsas y manipuladas con la que tratan de perjudicar a Trump de cara a las elecciones, y agradecer que tengamos la oportunidad de recuperar el prestigio y el liderazgo internacional, además de una política exterior que defiende los intereses estadounidenses y favorece la estabilidad mundial.
No debemos olvidar que durante su primer mandato como presidente, no hubo nuevas guerras y terminaron las que otros habían empezado; negoció un tratado de paz histórico, los Acuerdos de Abraham en Oriente Medio; borró del mapa al ISIS; gestionó hábilmente el trato con dirigentes como Vladimir Putin, Xi Jinping, Angela Merkel, Ursula Von der Leyen o Kim Jong Un, manteniéndolos bajo control, poniéndolos firmes cuando era preciso y reduciendo las amenazas nucleares que se produjeron alguna vez, los abusos comerciales y la financiación de la seguridad mundial.
Hoy día, bajo la terrible Administración Biden, asistimos a una situación caótica y de debilidad, con el mundo convertido en un lugar mucho más peligroso. China se fortalece cada día y se pone gallito. Rusia y Ucrania están en guerra. Israel e Irán también se están agrediendo. Gaza es un torbellino de violencia sin fin. Europa se suicida vía inmigración ilegal y la criminalidad campa por sus ciudades. En medio de todo esto, Biden ha abierto la frontera sur de Estados Unidos, lo que facilita una inmigración ilegal masiva de extranjeros no autorizados e indocumentados, muchos de los cuales provienen de países que odian a Estados Unidos.
Ahora, Trump tiene como objetivo recuperar la Casa Blanca y, a pesar de la tremenda persecución legal que enfrenta, ya ha empezado a tomar medidas antes de una posible victoria en las elecciones. Algunos líderes mundiales están respondiendo y respaldando a Trump de forma activa. La forma de hacerlo es mediante reuniones con distintos jefes de estado y otros destacados líderes políticos. Trump tiene mucha influencia y a medida que presidentes y líderes han comenzado a ver con claridad la creciente probabilidad de que Trump regrese al Despacho Oval, están acudiendo a verle y reunirse con él para establecer una relación positiva y constructiva de cara a su segundo mandato.
En semanas pasadas, Trump dio la bienvenida al presidente polaco Andrzej Duda a su apartamento en la Torre Trump en Nueva York. Conversaron sobre diversos temas, incluida la OTAN, la guerra en Medio Oriente y la guerra entre Rusia y Ucrania. La reunión fue un claro ejemplo de las habilidades diplomáticas de Trump, y no es la primera vez que las pone de manifiesto este año crucial. También saludó en febrero al presidente argentino, Javier Milei y al líder de VOX en España, Santiago Abascal, abriendo las puertas a una eficaz colaboración y un buen entendimiento político; cenó con el ex primer ministro japonés Taro Aso, un alto funcionario del partido gobernante de su país y debatieron sobre la importancia de la alianza entre Estados Unidos y Japón, y los desafíos planteados por China y Corea del Norte; dio la bienvenida al primer ministro húngaro, Viktor Orban, a su casa en Mar-a-Lago, a principios de la primavera. Orban se saltó la reunión con funcionarios de la Casa Blanca de Biden y optó por pasar su tiempo con Trump, que es mucho más provechoso. El príncipe heredero Mohammed bin Salman, de Arabia Saudí, también mantuvo recientemente una llamada con Trump, en otro claro ejemplo de cómo los líderes mundiales se mueven para acercar posiciones y presentar sus respetos a quien tiene más posibilidades de ganar la Casa Blanca este próximo noviembre. El secretario de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, también viajó a Mar-a-Lago a principios de abril, enviando otra señal de que Trump es actualmente el principal factor de poder político en Estados Unidos, lo quieran admitir o no los demócratas y los medios de comunicación. Trump también tuvo una llamada telefónica con el rey de Bahréin, Hama bin Isa Al Khalifa, a principios de este año.
Los movimientos internacionales de Trump están enfocados a preparar su agenda política para negociar con China, Rusia, Europa y detener la violencia mundial y las crisis que nos azotan actualmente. Trump ha comenzado así a sentar las bases para su regreso a Washington D.C. Dos de sus objetivos son controlar a China, económica y militarmente, detener las guerras en Europa y Medio Oriente, llevando a la mesa de negociaciones a Rusia y Ucrania, a Israel y Irán, y evitar la Tercera Guerra Mundial que a algunos les interesa provocar. Es el único capaz de evitarlo.
Trump se prepara para presionar también en casa a los legisladores en Washington D.C. para que presionen a los países extranjeros que se niegan a pagar su parte justa en la defensa común, mientras busca una solución definitiva al problema mediante una negociación sólida e inteligente. Sólo Trump podrá llevar a cabo este delicado y complicado juego de ajedrez político que ya ha empezado. Muchos líderes de todo el mundo lo saben y estén decidiendo aliarse con Trump antes de enero de 2025, cuando jure su cargo como el 47 presidente de los Estados Unidos.