Las 10 claves del éxito de Benjamin Franklin
De los grandes personajes que han jalonado la Historia se pueden extraer lecciones positivas que nos ayudan a mejorar en lo personal y en lo profesional, lecciones que nos aportan valiosas enseñanzas
Uno de esos personajes de los que aprender es Benjamin Franklin. Aunque se consideraba a sí mismo un hombre sencillo y de habilidades comunes, tenía la convicción de que era posible adquirir o aprender los principios básicos del éxito, los mismos que le permitirían llevar una buena vida. Hombre de mente inquieta y creativa, dedicó sus esfuerzos a establecer un método sencillo y práctico para alcanzar el éxito, de forma que cualquiera pudiera usarlo.
Benjamin Franklin elaboró diez consejos sobre los que profundizar y años más tarde llegó a afirmar que todo su éxito en la vida se basaba en la aplicación de los mismos. Cualquiera puede aplicarlos y buscar el camino hacia el éxito.
Aquí están los 10 consejos o claves:
1. Templanza. No comer hasta la saciedad, no beber hasta la exaltación. ¿Cuántos trabajadores no asisten a un día laboral por el San Lunes? Comer demasiado provoca, está comprobado, sueño. Hay que estar alerta. Y beber demasiado hace que se pierda el juicio.
2. Silencio. Habla sólo lo que pueda beneficiar a los otros y a ti mismo. Evita las conversaciones fútiles. Ejemplo: existe una gran cantidad de proyectos de los que se entera la competencia, debido a una charla de amigos. Esto se reduce al secreto profesional.
3. Orden. Que cada cosa ocupe su lugar; que cada parte del negocio tenga su tiempo. Ejemplo: para esto sirve la administración de recursos humanos: que un abogado no haga la parte de comunicación; cada profesional en su área.
4. Determinación. Resolver lo que se debe; actuar sin dejar de hacer lo que se determine. Ejemplo: es la administración efectiva del tiempo. Tan explotada y tan de moda. Cada cosa tiene un tiempo específico; lo demás estorba.
5. Frugalidad. No gastar más de lo que es bueno para los otros o para sí mismos; esto es, no derrochar nada. Ejemplo: administrar los recursos para que cada dólar (o euro) retorne con algún beneficio.
6. Industria. No perder tiempo; estar siempre ocupado en algo útil; suprimir todas las actividades innecesarias. Ejemplo: hay que planear los días y llevar a cabo los planes. Cada hora puede significar alguna ganancia o un nuevo proyecto.
7. Sinceridad. No usar engaños; pensar inocente y justamente; si se habla, hacerlo como se debe. Ejemplo: esta es la base de la lealtad de los clientes. Si un cliente se siente defraudado, con toda seguridad no volverá.
8. Justicia. No causar perjuicio a nadie haciendo daños u omitiendo los beneficios que se deben. Ejemplo: las letra pequeña. Un acuerdo claro ofrece más rendimientos.
9. Moderación. Evitar los extremos; resiente los daños en la medida que creas merecerlos. Ejemplo: una gran cantidad de ejecutivos y emprendedores se achacan la culpa de todo; hay cosas, como las crisis, que están fuera de su alcance; lo externo no es culpa suya; la no planificación, sí que lo es. Hay que aprender a delegar responsabilidades.
10. Limpieza. No tolerar la suciedad en el cuerpo, vestidos, habitación o empresa. Ejemplo: una empresa limpia, un empresario limpio; quien atiende y el entorno limpios, provocan confianza. Piensa en un hospital o en un médico sucio… ¿Te daría confianza? ¿Y un restaurante? Hay empresas que manejan políticas muy estrictas de limpieza, y les ha funcionado.
Lo dicho, consejos sencillos pero que han demostrado su eficacia a lo largo de la Historia. Sólo que parece que los olvidamos a menudo. Es hora de recuperarlos.