Protocolos para animales en emergencias
Con el incremento de los desastres naturales, epidemias y accidentes de todo tipo, los planes de emergencia se han demostrado imprescindibles para salvaguardar a las personas y los bienes, pero también los animales domésticos, de ganaderías y de zoológicos.
En este sentido, Estados Unidos es líder mundial al disponer de planes para evacuar o mantener seguros a los animales durante situaciones de emergencia o desastres. Desde hace años el trabajo de preparación para afrontar estas situaciones al límite, nos han llevado a fomentar la aplicación de protocolos de seguridad para animales, que son esenciales para salvar sus vidas en momentos de crisis y desastres.
Lo vemos durante los rescates en incendios e inundaciones, al ponerlos a salvo durante tornados o huracanes, o bien salvando animales domésticos tras intensas nevadas. Los protocolos de seguridad para animales se demuestran también especialmente efectivos en situaciones como la del ébola, la gripe aviar y otras enfermedades contagiosas, que permiten salvar las vidas de los animales.
Este tipo de protocolos deben ser un modelo para aquellos países, como España, que todavía están atrasados en este tema y necesitan impulsarlos de forma decidida para evitar sacrificar a los animales durante crisis de cualquier tipo. O dejarlos abandonados a su suerte, como en las recientes nevadas e inundaciones de Navarra y Aragón. Es la única manera de evitar su muerte y dejar atrás a los animales en situaciones de emergencias, sin un lugar seguro donde permanecer, sin alimento, agua ni atención veterinaria, que es la piedra angular de la asistencia a los animales durante las catástrofes.
Lograr que los animales sean incorporados a los protocolos de emergencias, igual que sucede en Estados Unidos, sí es una causa por la que una sociedad decente debería movilizarse. Para empezar, una de las medidas imprescindibles es el acceso de los animales a refugios seguros o albergues en compañía de sus dueños, así como la capacitación especializada de voluntarios en las distintas etapas de la emergencia y en los procedimientos correctos de actuación.
En todo este tema hay algo que nunca debemos olvidar: los animales no son cosas desechables sino vidas a salvar, que tienen un papel importante en materia psicológica para sus dueños, evitando traumas y facilitando afrontar las crisis, así como un valor económico en el caso de ganaderías.
Con protocolos eficaces en marcha se consigue una mayor rapidez en el rescate de los animales, en la atención y la logística necesaria para ello. No es algo que un país deba dejar para el último momento, sino que es necesario tenerlo programado, y no únicamente por parte del gobierno, también por parte de asociaciones de defensa de los animales y de la sociedad civil, que debe movilizarse para actuar cuando es necesario.