La integración de la inmigración hispana en Estados Unidos es uno de los desafíos más acuciantes, porque de ello depende la prosperidad y las oportunidades de empleo y educación para millones de personas. Por esta razón son tan importantes programas e iniciativas dirigidas a apoyar la formación de los inmigrantes desde la base.
Uno de esos programas lo encontramos en Los Ángeles (California) una de las ciudades con mayor presencia hispana. El Centro Latino para la Alfabetización tiene como objetivo enseñar a leer y escribir a los inmigrantes. Esto es particularmente importante porque sólo en una ciudad como Los Ángeles hay alrededor de 200.000 hispanos analfabetos. Reducir esa cifra y lograr la integración mediante la educación, es probablemente la mejor forma de evitar barrios arrasados por drogas, violencia, fracaso escolar, embarazos no deseados, pandillas, etc. Es importante porque la mayoría de las veces las soluciones a los grandes problemas empiezan con pequeños pasos, y muy frecuentemente en áreas como la educación, que es la base de cualquier proyecto personal, social, o comunitario.

El Centro Latino para la Alfabetización, fundado en 1991 por el nicaragüense Marcos Cajina y que está dirigido por Ana María Ruiz, lleva desde entonces alfabetizando a los hispanos a través de su programa “Leamos”. Un ejemplo de cómo se puede transformar las vidas de las personas desde una actuación sencilla pero eficaz, dotándoles de la herramienta más básica para empezar a integrarse en este país.
En este programa participan esencialmente inmigrantes que proceden de comunidades rurales muy pobres de Guatemala, México, Honduras y El Salvador, que desde muy pequeños se vieron obligados a trabajar. Aunque para muchos este tipo de programas les resulte casi anecdótico entre tantos problemas graves, lo cierto es que son estos programas, muy cercanos a los problemas de algunos inmigrantes, los que marcan una diferencia e impactan en las vidas de ellos, abriéndoles nuevas oportunidades de crecimiento personal, de progreso y de integración.
A menudo nos preguntamos dónde encontramos vivo el Sueño Americano, si aún lo está, y muchas veces lo tenemos en el ejemplo de esos inmigrantes hispanos que un día no tenían ni para transporte escolar o libros, y que no sólo aprender a leer y escribir, aprenden inglés, o a gestionar sus finanzas, sino que también prosperan, crean negocios, encuentran empleos, acceden a mejores estudios, y hacen realidad los sueños de una vida mejor, más completa y feliz. Todo ello partiendo de la nada, con esfuerzo y trabajo duro. Ello son los mejores representantes de un Sueño Americano que sigue muy vivo, y de valores conservadores en práctica en el mundo real, no simples discursos políticos.

Por eso el Centro Latino para la Alfabetización y el programa “Leamos”, como otros similares, representan esa otra cara real de Estados Unidos que constituye un homenaje al esfuerzo humano de individuos con nombres y apellidos, con sueños y esperanzas.
Al principio, el Centro Latino para la Alfabetización impartía sus clases en escuelas, iglesias, bibliotecas públicas y otros recintos, pero desde 1999 lo hacen en su sede, que se encuentra en Los Ángeles, donde los estudiantes, de diversas edades, reciben clases gratis. El programa “Leamos” se está extendiendo a otros condados, lo que nos habla de su influencia en la población inmigrante. Una vez que se termina con la alfabetización, este centro ofrece “clases funcionales”, en las que los alumnos tienen la oportunidad de aprender inglés, salud, matemáticas, finanzas y otros temas. Por consiguiente, una educación integral.
Ejemplos de integración social como estos deben ser apoyados y reconocidos, porque son el camino directo a una sociedad más justa y equitativa para todos.