Todo apunta a un declive evidente del sector editorial tal y como lo conocimos hasta ahora. Los hechos están ahí. Las ventas de libros no dejan de bajar, las librerías tradicionales y emblemáticas cierran, los precios se desploman por los suelos o suben por las nubes, la piratería digital avanza, las fórmulas de literatura comercial expresamente diseñadas para atender una demanda femenina cada vez más ceñida a sagas, literatura para adolescentes, romántica, erótica, o histórica convenientemente depurada para que las lectoras de hoy no se atraganten y tengan sus heroínas megaguays aunque sean completamente irreales, y los grandes grupos empresariales se hacen con las editoriales importantes para exprimir el negocio lejos de premisas de calidad literaria.
Y, sin embargo, no todo es negativo. Hay señales de que estamos viviendo una transformación editorial sin precedentes. La explosión de las nuevas tecnologías y la entrada de Amazon y nuevas editoriales en el negocio editorial han roto esquemas. Los nuevos autores encuentran oportunidades de publicar y competir en el mercado como nunca antes, editoriales independientes se abren paso con buenas obras que encuentran sus lectores fieles, los ebooks ganan terreno entre el público (aunque el pirateo impune destruya en buena parte todo lo positivo que implican), los precios se ajustan y se hacen más competitivos y asequibles para los lectores, surgen nuevos conceptos de librerías, como las low cost, las librerías-cafés, especializadas o multiespacios culturales.

Tampoco podemos olvidar que cada vez hay más lectores comprometidos con sus autores favoritos, lectores fieles, que están permitiendo que un puñado sobreviva en el mercado y aporten obras muy interesantes que enriquecen el panorama literario; autores en muchos casos súper ventas con un nivel de calidad y competitividad enormes. Así como eventos culturales, publicaciones, blogs y magazines literarios sobre diversos géneros de un gran dinamismo. Una riqueza que mantiene vivo un sector en plena transformación y que invita a creer en un nuevo amanecer.
A esta época de cambios no sobrevivirán todos los autores ni editoriales, ni librerías, ni magazines, blogs, premios y eventos literarios existentes, pero los que lo hagan se encontrarán con un mercado maduro de lectores que apuestan por la lectura (en papel y en ebook) y que permitirán que crezca el sector editorial con fuerza de nuevo.